La increíble historia de unos pingüinos prehistóricos que eran más altos que una persona

Aunque hoy los vemos como animalitos coquetos y pequeños que caminan con gracia sobre el hielo, hace 55 millones estos animalitos eran un poco distintos: pesaban 220 libras y eran casi tan altos como personas ( medían hasta 6 pies).
Recordemos que el pingüino emperador, el más grande en la actualidad, pesa 50 libras y mide alrededor de 4 pies.
Además, en lugar de la coloración blanca y negra con la que los asociamos hoy, esta especie era de color marrón, según los hallazgos publicados este mes en la revista Nature Communications.
“Probablemente se trató de un animal musculoso que soportaba las frecuentes sumergidas para cazar a su presa”, explica uno de los autores principales del estudio Alan Tennyson.
Los pingüinos gigantes salieron del mapa hace más de 20 millones de años. Se cree que tras la extinción de dinosaurios o reptiles marinos, estos animales pasaron de volar a nadar, para poder cazar en el agua.
Sin embargo, cuando luego tuvieron que competir con focas y mamíferos marinos dentados como las ballenas, sucumbieron. O terminaron siendo presa de estos o no encontraron suficiente comida para alimentarse.
Este hallazgo lo hizo un equipo de paleontólogos coordinados desde el Museo de Nueva Zelanda Te Papa Tongarewa, en Wellington.
En 2004 los investigadores descubrieron restos fósiles de aves que los sorprendieron tremendamente por su enorme tamaño, pero fue tras su análisis meticuloso en 2015 que pudieron determinar la existencia de esta especie en la región que hoy llamamos Nueva Zelanda y le pusieron Kumimanu biceae.
En maorí, lengua indígena de una población nativa en Nueva Zelanda, el vocablo 'kumi’ significa un gran monstruo mitológico y ‘manu’, ave. Es decir, su nombre significa ave monstruosa (en referencia a sus dimensiones).
La otra parte del nombre científico Biceae, se puso en honor a Beatrice Tennyson, madre de uno de los paleontólogos que dirigieron el estudio: Alan Tennyson.
La existencia del Kuminamu biceae sugiere que existieron otras especies de aves sin alas de gran tamaño que habitaron el Hemisferio Sur y la Antártida.