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El increíble rescate de un halcón desde el escáner de rayos X de un aeropuerto

Esta es la peripecia para salvar cuatro huevos de una rapaz de la Patagonia chilena decomisados en Brasil.
30 Ene 2016 – 06:15 PM EST
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21 de octubre de 2015. Aeropuerto de Guarulhos, Sao Paulo. En la imagen del escáner de rayos X de un control de aduanas captada a las 19:23 horas los agentes de Brasil ven algo muy poco habitual. El equipaje es de Jeffrey Lendrum, un irlandés que trata de entrar en el país sobre el que Chile ha dado la alarma por sospechas de tráfico de animales. Y lo que se encuentra dentro escondido son cuatro huevos de una rara subespecie de halcón peregrino, Falco peregrinus cassini. Se trata de una variedad diferente de plumas pálidas que solo existe en Chile y Argentina, en el extremo sur de Sudamérica (y protegida por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres).

El traficante es detenido (y condenado posteriormente en Brasil a cuatro años y medio de prisión), pero la historia no hace más que comenzar, pues los huevos están fecundados: en su interior hay embriones aún con vida. La alerta llega al día siguiente al Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile (la institución que activó la alarma sobre Lendrum tras una denuncia anónima) y a partir de ese momento comienza un despliegue internacional para repatriar los huevos y salvar los pollos. Una operación contrarreloj en el que participan hasta 12 centros y organizaciones diferentes, así como diversos expertos en halcones.

Como otras rapaces, existe una especial complicación para sacar adelante las crías de estas aves: pues crean un vínculo muy fuerte con aquellos seres que ven al nacer, sean animales emplumados o humanos. “La idea era repatriarlos con rapidez, antes de que nazcan para evitar la impronta, es decir, que no vean a un humano como su madre, protector o proveedor de comida, porque perjudicaría su reinserción en su hábitat natural”, ha relatado ahora a la agencia AFP Rafael Asenjo, jefe del Departamento de Vida Silvestre del SAG, que asegura que cada uno de los huevos podría haber alcanzado en el mercado negro un precio de unos 20.000 dólares (Lendrum planeaba llevarlos a Dubái).

13 de noviembre. Aeropuerto Merino Benítez, en Santiago. El biólogo brasileño Gustavo Trainini es el escogido para llevar de regreso a Chile los cuatro huevos dentro de una pequeña incubadora. Han pasado ya casi 23 días desde la detención del traficante en Brasil y el tiempo sigue corriendo. El regreso no es sencillo, pues hay que cumplir toda una serie de requisitos sanitarios, pero este especialista en halcones deposita por fin el pequeño tesoro en la Estación de Cuarentenaria Pecuaria, en la capital chilena, para que siga su incubación bajo condiciones controladas. En los laboratorios de este centro del SAG, de pronto todo la atención está puesta en cuatro huevos.

17 de noviembre. Estación de Cuarentenaria Pecuaria, en Santiago. La cáscara de uno de los huevos empieza a romperse. El polluelo pesa 1.42 onzas (40.4 gramos) y al comienzo se le alimenta de forma manual. Cuatro días después nace una segunda cría, que pesa 1.19 onzas (33.8 gramos). Los otros dos huevos acaban siendo descartados, al no registrarse desarrollo embrionario.

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El increíble rescate de un polluelo de halcón desde Brasil hasta la Patagonia

21 de noviembre. Criadero de aves Kreyenborgi, en Santiago. El polluelo más fuerte, el que nace primero, es trasladado al criadero de un cetrero chileno, Christian González, para evitar que se acostumbre a los humanos. A los pocos días, pasa una importante prueba: es introducido en un nido/jaula con una pareja de halcones peregrinos que ya cuida a otro pollo, para intentar que se conviertan en sus padres sustitutos (y evitar así la impronta con humanos). Las aves examinan al nuevo huésped y comienzan a alimentarle.

El segundo polluelo nacido de los huevos robados también llega a este centro, pero no sobrevive. Todas los esfuerzos se centran ya en devolver a la naturaleza el único halcón que queda. Pero para eso hay que darse prisa. Así que se empieza a preparar la logística para encontrar un nido en la Patagonia con una pareja de su misma subespecie que se haga cargo del polluelo.

20 de diciembre. Aeropuerto de Punta Arenas. Pasados dos meses desde que se decomisaron los huevos en el control de Brasil, personal del criadero de Kreyenborgi y de la SAG aterrizan en la Patagonia chilena con la cría de halcón peregrino albino.

El nido seleccionado está en un acantilado de 98 pies de altura (30 metros), en la comuna de San Gregorio, cerca del Estrecho de Magallanes.

22 de diciembre. Acantilado de la Patagonia. En una operación no sin riesgo, dos escaladores dejan al polluelo en el nido, en el que se muestra a la defensiva una pareja de halcones que cuida ahí a otra cría.

"Cuando nos fuimos, la madre retornó al nido, alimentó al polluelo y lo tapó con sus alas, lo que indicó que había sido aceptado", relata Asenjo.

6 de enero de 2016. Acantilado de la Patagonia. En la última visita realizada por los técnicos del SAG Magallanes, el polluelo del huevo decomisado es ya un halcón juvenil. Pronto empezará a volar en libertad.

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