Así fue como el Cartel de Sinaloa entrenó a pandilleros de la MS-13 para una 'guerra' en México
A principios de 2016, unas semanas después de la segunda captura del narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, pandilleros de la Mara Salvatrucha (MS-13) en California recibieron un “comunicado” del Cartel de Sinaloa pidiendo ayuda para enfrentar a los sanguinarios Zetas en México.
Un total de 25 mareros levantaron la mano y fueron llevados a un campo de entrenamiento paramilitar en Sinaloa, donde los esperaba el instructor, un exmiembro de la Marina estadounidense, según relata a Univision Noticias ‘Pedro’, como llamaremos a este pandillero centroamericano para proteger su identidad.
“En 2016 'El Chapo' le mandó un comunicado a la Mara en Los Ángeles de que él ocupaba (necesitaba), se podría decir, apoyo para que le hiciéramos frente a lo que es el cartel de Los Zetas, porque ya estaban fuera de control”, cuenta.
‘Pedro’, quien emigró a Los Ángeles cuando era un niño, dice que su vínculo con el cartel se inició porque un familiar era operador de esa organización criminal y cuando entró a la Mara se volvió un “enlace” entre ambos grupos. Pasó varios años en prisión porque lo atraparon con un cargamento de droga en el norte de California, que el cartel le entregó a la MS-13, y lo deportaron a su país de origen. Estaba en la frontera norte de México cuando se enteró que el cartel estaba reclutando "soldados" y decidió unirse a los sicarios de ‘El Chapo’.
“En lo personal te puedo decir que yo estuve presente en esa 'limpia' que se hizo con Los Zetas. Y sí, me tocó venir a México a trabajar en nombre del señor, 'El 701'", cuenta refiriéndose a otro apodo de Guzmán por la posición que le dio la revista Forbes en una de sus listas de millonarios.
“Te enseñan desde el principio, desde cero, de no saber nada, hasta resistencia, cómo armar y desarmar un arma, combate cuerpo a cuerpo, natación, o sea, te enseñan todo lo que debe de saber un marine”, dice sobre el adiestramiento que recibieron durante más de dos meses, en la primavera de 2016. Unos 10 ‘homies’ de Los Ángeles y el resto de Centroamérica llegaron al campamento del cartel.
Una vez que aprendieron todo lo necesario para atacar a sus rivales, el comando de pistoleros y pandilleros se fue al noreste de México. Primero llegaba un grupo “de inteligencia” a reconocer el terreno y luego entraban los matones. La “guerra” duró unos seis meses, dice ‘Pedro’.
“Yo estuve en Tamaulipas, en Nuevo Laredo, en Piedras Negras, Coahuila; y una parte de lo que es Nuevo León”, cuenta. “Se dio la orden de primero acabar una parte y dejar limpio ahí y mantener el orden. Y después estudiar otro pedazo de terreno. Y así poco a poco se fue dando”.
En el terreno, ‘Pedro’, armado hasta los dientes, recorría las calles del norte de México. “Te dan todo lo necesario… yo traía una (pistola) Glock 40, mi (rifle) M-16 y un chaleco. Prácticamente como un militar, todo de camuflaje”.
La relación de la MS-13 y los carteles
La relación que la Mara tiene con el Cartel de Sinaloa data de la década de 1990, cuando esta se unió a la pandilla carcelaria Mafia Mexicana o La Eme en California, y le agregó el número 13 a sus siglas.
Pero la MS-13, al igual que otras pandillas, no tiene un contrato de exclusividad y también hace negocios con los carteles Jalisco Nueva Generación (CJNG), Los Zetas, del Golfo y la Familia Michoacana, según reportes del Departamento de Justicia.
Esas alianzas le han permitido tomar control de algunos territorios por donde pasa ‘La Bestia’, como se le conoce al tren de carga al que trepan los migrantes para llegar a la frontera norte de México.
El gobierno estadounidense cree que el órgano que gobierna a la Mara Salvatrucha, conocido como ‘Ranfla Nacional’, ordenó entre 2015 y 2018 que sus en México “explotaran la ruta del tren usada por inmigrantes centroamericanos”, como una extensión de su dominio criminal. Antes, México solo había sido un lugar de paso para muchos pandilleros que se dirigían a Estados Unidos.
Se tiene documentada la presencia en México de esta organización delictiva desde 2007, pero hasta 2015 la ´Ranfla Nacional’ envió a por lo menos siete de sus cabecillas más violentos para establecer uno de sus proyectos más ambiciosos, que ahora se conoce como ‘Programa México’, se lee en una acusación criminal contra varios representantes de la banda que operaban en ese país.
La MS-13 llama ‘programa’ al conjunto de clicas (pandillas que operan en un área) que están en determinado territorio.
En Estados Unidos, la Mara es un socio importante para los carteles, considerando que se estima que tiene alrededor de 10,000 en las principales ciudades, incluyendo Los Ángeles, Las Vegas, Houston, Orlando, Atlanta y Nueva York. Aunado a que por sus territorios en Honduras, Guatemala y El Salvador pasan cargamentos de cocaína fabricada en el sur del continente.
Su vínculo con los narcos mexicanos se afianzó en las prisiones californianas. De acuerdo con una acusación sometida en el Distrito Sur de Nueva York, el encarcelado jefe de la MS-13 en EEUU, José Juan Rodríguez Juárez, alias ‘Sacerdote’, ‘Dreamer’ y ‘Bicho’, habló en julio de 2011 con dirigentes de la Mafia Mexicana y de la Familia Michoacana sobre cómo unir fuerzas para distribuir droga en este país.
Se comunicaron usando teléfonos que metieron de contrabando a las cárceles. En ese encuentro, también participó la mano derecha de alias 'Sacerdote', Amílcar de Jesús Romero, apodado ‘Soldado’ y quien es el líder de la pandilla en Los Ángeles, su principal bastión en este país. Este criminal “ayudó a planificar una red de distribución transfronteriza de metanfetamina”, dijo el fiscal federal Damian Williams en un comunicado.
Con la ayuda de la Mara Salvatrucha, el “cristal” de la Familia Michoacana llegó a Carolina del Norte, Nueva York, Virginia y Tennessee, según el Departamento de Justicia.
Romero, de 53 años, se declaró culpable de un cargo de narcotráfico y en mayo de 2022 fue sentenciado a 13 años de prisión. Él se encuentra en la prisión estatal Calipatria, en California, en espera de que lo trasladen a un penal federal.
“El brazo armado” del Cartel de Sinaloa
‘Pedro’ afirma que, de todas esas alianzas, la más fuerte sigue siendo la del Cartel de Sinaloa.
“Nosotros somos el brazo armado del Cartel de Sinaloa en Los Ángeles… Los soldados, los que cuidan la mercancía, que llegue a su destino sin ningún contratiempo”, asegura.
Son los operadores del cartel quienes eligen con qué clicas trabajan, basados en la lealtad que éstas tengan con la MS-13, explica ‘Pedro’. “Como dicen ellos, no podemos reclutar mareros que estén ‘malos’, porque si le fallaron a lo que le eran fiel, nos van a fallar a nosotros también”.
Una vez que los cargamentos están en manos de la Mara, sus se encargan de llevarlos por tierra a donde sea necesario. “Desde California nosotros lo movemos hasta donde tiene que llegar, hasta su destino. Si tiene que llegar hasta Nueva York, hasta allá está… La Mara Salvatrucha tiene presencia en casi todos los estados de EEUU”, advierte.
El gobierno advierte que la red de clicas de la pandilla ha facilitado la distribución de metanfetamina, cocaína, heroína y marihuana.
Es el jefe de la mara “que ahorita está en el penal”, señala ‘Pedro’ sin mencionar su nombre, “el que dice qué es lo que se hace y qué es lo que no se hace, y hasta dónde uno puede colaborar con el cartel”.
Un caso penal sometido en el Distrito Central de California en 2017 reveló que la MS-13 vendía droga que le proveían el Cartel de Sinaloa y el grupo criminal La Línea, que es el brazo armado del Cartel de Juárez.
Contratados para secuestrar y torturar
La relación con el Cartel de Sinaloa no se limitaría a la entrega de su producto. Una acusación federal exhibió cómo dos mareros actuaron bajo la dirección de los narcos y viajaron de Los Ángeles a Minnesota en abril de 2014 para secuestrar y torturar a dos adolescentes, en un esfuerzo por recuperar 30 libras de metanfetamina y 200,000 dólares en efectivo que desaparecieron de una casa de seguridad en St. Paul.
Jesús Ramírez, entonces de 31 años, y Jonatan Álvarez Delgado, quien tenía 22, ataron a sus víctimas a una silla y las golpearon durante horas. Ramírez les apuntó con un arma y les exigió que le dijeran quién pudo haberse llevado la droga y el dinero, de acuerdo con la acusación.
Ambos mareros se declararon culpables. Ramírez purga en un penal de Louisiana una condena a 14 años de encarcelamiento y su liberación está programada hasta abril de 2024. Por su parte, Álvarez Delgado cumplirá el próximo 4 de agosto su sentencia a 12 años de prisión.
Independientemente de qué tan cercana sea una colaboración individual con el cartel, siempre se fija un plazo para que el pandillero vuelva a su clica, asegura ‘Pedro’.
“Nosotros somos mareros y nunca vamos a dejar de ser mareros. Hay ‘homies’ (pandilleros) que siguen trabajando con el cartel, pero no reciben órdenes directas del cartel… Se hacen contratos y cuando se te acaba el contrato, pues tú ya tienes que dejar de trabajar ahí. Ya si quieren renovar el contrato, pues se hace directamente con la Mara”, asegura.
Este pandillero afirma que sigue leal al grupo que fundó 'El Chapo', a pesar de que otros mareros se aliaron al CJNG, "las cuatro letras", como él lo llama. " de la Mara que sean 'buenos' (que sigan las normas) no están trabajando con Jalisco, puede que algunos estén trabajan con ellos, pero son los que no sirven".
'Pedro' dice que no ha cambiado de bando porque, según él, las reglas que rigen a los narcos sinaloenses son similares a las de la MS-13. "El niño chiquito del Cartel de Sinaloa viene siendo la Mara", asegura.
