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¿Por qué fijar una fecha límite a la negociación del TLCAN o posponerla hasta después de las elecciones en México?

“Concluir la negociación de un acuerdo tan importante para México 60 o 70 días antes de que desaparezca el poder real de una istración implicaría una irresponsabilidad terrible”.
Opinión
Político, intelectual y comentarista, ex Secretario de Relaciones Exteriores de México.
2017-12-15T12:22:33-05:00
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Un grupo de empleados empacan aguacates para la exportación en una planta ubicada en el municipio de Uruapan, estado de Michoacán. Crédito: Getty Images

Empieza una cuenta regresiva para las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. No porque Trump vaya a reventar el acuerdo levantándose de la mesa (lo cual puede suceder), ni tampoco por el calendario electoral mexicano o estadounidense (que también incide), sino por otras dos razones. Una estadounidense, otra mexicana.

Primero, la primera. Cada día es más probable que tres de los principales interlocutores del gobierno mexicano en Washington tengan los días contados. El yerno de oro, Jarred Kushner, quien según los medios estadounidenses ya perdió influencia con su suegro, se encuentra al borde una imputación (“indictment”) penal por el fiscal especial Mueller. En estos casos, la información pública en ocasiones es más confiable que la “confidencial”.

Otro interlocutor es el Secretario de Estado Tillerson que, de acuerdo con todas las versiones y la lógica misma de sus recurrentes humillaciones por parte de su jefe, parece que se marcha en enero.
Por último, el que equivocadamente algunos consideraron como amigo de México, a saber el General John Kelly, Jefe de la Oficina de la Casa Blanca, también se siente frustrado y desbordado. Sabe que cada día de más al lado de Trump es una estrella de menos en su larga carrera militar. Ya ha sido tildado –con razón, quizás– de supremacista blanco, ignorante de la historia de Estados Unidos y menos susceptible de controlar u ordenar a su jefe.

Nos quedaríamos entonces con el General McMaster, Consejero de Seguridad Nacional, el menos influyente y el más alejado de México.

¿Que tiene que ver todo esto con el TLC, si los negociadores del TLCAN son otros (Ross y Lightizer)? Mucho, ya que el acuerdo, si lo hay, incluirá de manera inevitable, por México y por Estados Unidos, elementos migratorios (trabajadores agrícolas estacionales, de la industria de la construcción en Houston y Florida, y dreamers), de seguridad (frontera sur de México) y del narco (la llamada epidemia de opioides). Todo esto se negocia en la Casa Blanca o en el Departamento de Estado, o simplemente no se negocia.

La segunda razón es mexicana. Ya quedó claro que no habrá término de las conversaciones sobre el TLCAN antes de la primavera del año entrante. En otras palabras, un par de meses antes de las elecciones mexicanas. Se entiende que el gobierno le apueste a que gane su candidato, pero por lo menos debiera aceptar la posibilidad de que no sea el caso.

Concluir la negociación de un acuerdo tan importante para México sesenta o setenta días antes de que desaparezca el poder real de una istración implicaría una irresponsabilidad terrible. Si nadie lo planteara de este manea, salvo el que escribe, carecería de cualquier trascendencia. No es el caso.

Tanto Andrés Manuel López Obrador como ahora Ricardo Anaya han propuesto, por no decir exigido, que la negociación del TLCAN se posponga hasta que haya presidente-electo, por lo menos. Imposible saber qué piensa José Antonio Meade al respecto, porque ni los medios le preguntan (se entiende), ni el piensa ofrecer respuesta alguna (también se entiende). Pero el dilema existe. ¿Que hacemos? Lo ideal sería lo responsable: fijar una fecha o guillotina para concluir las negociaciones, en vista de la sucesión presidencial. Si no hay acuerdo antes de tal fecha, se suspenden las pláticas hasta que haya nuevo gobierno. ¿Alguien le apostaría al sentido de Estado del presidente Peña o de su candidato Meade?

Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.

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