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Política y honor

"Votar por líderes sin honor es como escoger cadáveres morales para que nos gobiernen.'Un hombre sin honra es peor que un muerto', escribió Miguel de Cervantes. Pero no tenemos que recurrir a clásicos del pensamiento ni de la literatura para entenderlo. Por fortuna, contamos con el ejemplo de integridad, entrega y sacrificio que hoy nos dan hombres y mujeres como Cheney, Yovanovitch y los hermanos Vindman".
Opinión
Miembro del equipo de política de Univision.
2022-08-22T11:37:05-04:00
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"Pero lo cierto es que, en la práctica, la mayoría de nosotros seguimos valorando el honor". Crédito: Andrew Harnik/AP

Los griegos clásicos consideraban el honor una virtud fundamental en los ciudadanos, especialmente si estos eran servidores públicos. “Prefiero fracasar con honor que ganar con trampa”, decía Sófocles. Y Platón instaba a “no honrar más a los hombres que a la verdad”. Pero, poco a poco, el honor fue esfumándose de nuestro lenguaje, al menos, en lo que respecta a la vida pública. Nuestros contemporáneos rehúyen el uso de una palabra que consideran anacrónica o cursi. Pero a mí me sigue pareciendo irable encontrar honor – u honorabilidad, si lo prefieren - entre políticos y tecnócratas, como ha sucedido recientemente.

Me refiero, por ejemplo, a la representante republicana de Wyoming, Liz Cheney, quien en las recientes elecciones primarias sacrificó su escaño a la defensa por principio de la legalidad, la democracia y la libertad, no solo ni principalmente las de ella, sino la de todos los estadounidenses. Muchos no lo ven así porque les ofusca la pasión por Donald Trump, el ídolo con pies de barros al que veneran. Liz Cheney, en cambio, lo considera “una amenaza doméstica como la que nunca habíamos visto”. Y promete continuar luchando para evitar que él y otros políticos que, contra toda evidencia, niegan los resultados electorales de 2020 puedan conquistar y abusar del poder.

Me refiero asimismo a Marie Yovanovitch, la exembajadora de Estados Unidos en Ucrania, a quien Trump y su vil alabardero Rudolph Giuliani, hicieron la vida imposible por oponerse al chanchullo de condicionar la ayuda militar estadounidense a que el presidente ucraniano, Vlodomir Zelensky, encontrara “suciedad” con la que embarrar al entonces candidato presidencial demócrata, Joe Biden. Yovanovicth nació en Canadá de padres exiliados de la dictadura comunista en la URSS. Tras una brillante carrera en la Universidad de Princeton, sirvió con honor en el cuerpo diplomático de EEUU hasta que chocó con los designios truculentos de Trump y sus compinches.

“Pasé gran parte de mi tiempo en el Servicio Exterior tratando de ayudar a reformistas dentro y fuera del gobierno contra la mala istración y la corrupción que desangra a sus países”, cuenta en sus recientes y recomendables memorias, “Lessons from the Edge”. En español el título de su libro significa “lecciones desde el borde”, una alusión a la infortunada Ucrania, cuyo significado etimológico en eslavo es “borde” o “tierra fronteriza”.

Al evocar el honor en la vida pública pienso también en Alexander Vindman, otro inmigrante a quien sus padres trajeron de pequeño a Estados Unidos después de escapar de una Ucrania entonces sometida al totalitarismo soviético. Veterano de la guerra de Irak, ganador de un Corazón Púrpura por su heroísmo en Fallujah, el teniente coronel Vindman denunció sin medias tintas el chantaje con que Trump manejó la ayuda militar a su tierra natal.

Fue testigo excepcional y crítico del diálogo en que el exmandatario le planteó un infame quid pro quo a un desconcertado Zelensky. Tanto Alexander como su hermano, Yevgeny Vindman, pagaron por ello un alto precio al verse obligados a abandonar sus carreras como servidores públicos. Las habían seguido, dicen, porque querían devolverle a Estados Unidos parte de lo que les dio al acogerlos a ellos y a sus padres. Alexander era el Director de Asuntos Europeos del influyente Consejo de Seguridad Nacional. Yevgeny, uno de los principales asesores legales del mismo NSC. La historia del comportamiento honorable de los Vindman frente a la corrupción política y moral de Trump y sus secuaces ha quedado plasmada en otro libro de memorias escrito por Alexander: “Here, Rights Matter: An American Story”.

Rectitud, decencia, dignidad y respeto son algunas de las virtudes que abarca la palabra honor. Puede que, como decía antes, el término haya desaparecido de nuestro vocabulario común. Pero lo cierto es que, en la práctica, la mayoría de nosotros seguimos valorando el honor. Esperamos, por ejemplo, que la gente se comporte con rectitud, decencia, dignidad y respeto, sobre todo si aspira a que le demos nuestro apoyo para ocupar posiciones de poder en las que se toman decisiones sobre nuestras vidas.

En cambio, votar por líderes sin honor es como escoger cadáveres morales para que nos gobiernen. “Un hombre sin honra es peor que un muerto”, escribió Miguel de Cervantes. Pero no tenemos que recurrir a clásicos del pensamiento ni de la literatura para entenderlo. Por fortuna, contamos con el ejemplo de integridad, entrega y sacrificio que hoy nos dan hombres y mujeres como Cheney, Yovanovitch y los hermanos Vindman.

Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.

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