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Lo que espero de las elecciones de hoy en México

"Soy optimista. En México hay más votos que balas. Aún recuerdo cuando a muchos les parecía imposible que el país se convirtiera en una democracia. Pero fueron millones los que exigieron un cambio y participaron para lograrlo. Lo mismo debemos hacer con la violencia".
Opinión
Inmigrante, periodista y presentador de Noticiero Univision, Al Punto y Real America with Jorge Ramos.
2024-06-02T10:34:21-04:00
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"El cambio comienza hoy". Crédito: Getty Images

Espero tres cosas para las elecciones de hoy: que la votación se realice en total tranquilidad, que gane realmente la candidata con más votos, y que todos -ganadores y perdedores- encontremos juntos una manera de terminar con la violencia en México.

Soy muy optimista sobre el futuro de México. Veo claros avances. Crecí en un México autoritario –“la dictadura perfecta”, le llamaba Mario Vargas Llosa- en el que los presidentes se escogían unos a otros por dedazo, donde el jefe y sus amigos se enriquecían burda e impunemente con casas, cuentas en el extranjero y lujos insostenibles con sus magros salarios de burócratas, y en el que se usaba la represión y la censura para acabar con cualquier intento de cambio verdadero.

Pero la democracia se fue colando poco a poco. Hubo miles de gestos de desobediencia. Yo recuerdo a periodistas muy valientes, y a maestros y alumnos en las universidades que se atrevían a discutir y denunciar la masacre de 1968, a pesar del riesgo de ir a la cárcel o ser silenciados. Y cómo el gobierno no pudo controlar las protestas por el mayúsculo fraude de 1988 -y la “caída del sistema”- que puso ilegalmente a Salinas de Gortari en la presidencia. Fue luego con la rebelión zapatista y la crisis financiera de 1994 cuando supe, con millones de mexicanos, que el sistema ya no daba más. Y no dio. El 2 de julio de 2000 bailé feliz y jugué futbolito en la explanada del Zócalo, ante los ojos desconcertados de los soldados, poco después que se anunciara la derrota del PRI y el fin de 71 años de abusos, masacres, robos y fraudes institucionales.

Por eso soy optimista. Porque lo que va a ocurrir hoy es mucho mejor de lo que viví de joven en México. Ahora pude votar sin problemas desde el extranjero. Creo, como millones de mexicanos, que el INE va a cuidar nuestros votos y a contar correctamente cada uno de ellos. Y a pesar de las burdas y constantes intromisiones del presidente López Obrador en la campaña electoral, él se va y será elegida la candidata con más votos.

En un país con tantos feminicidios, con tantas fosas comunes, con tantas mujeres desaparecidas y con tantas madres buscadoras, tiene todo el sentido del mundo que los mexicanos quieran un cambio y pongan a una mujer al frente. No es que desaparezca en un día la larga tradición machista que ha oprimido y oprime a niñas, adolescentes y mujeres de todas las edades en las familias, las escuelas y lugares de trabajo. Pero el mensaje es claro: los hombres no pudieron. Llegó la hora de la presidenta.

Por eso soy optimista.

No debemos minimizar este gran logro. Estados Unidos, con una historia democrática de más de dos siglos, aún no elige a su primera mujer en la Casa Blanca. Hay muchas cosas que Estados Unidos podría aprender de México, incluyendo el cambio de mando generacional. México está viendo hacia delante y Estados Unidos -con Trump y Biden- hacia atrás.

Pero ambos países están totalmente polarizados. Familias, amigos y compañeros de trabajo se han separado en Estados Unidos por Trump, de la misma manera en que López Obrador ha dividido a los mexicanos. Son dos egos muy saludables con apetitos autoritarios.

Entiendo que Claudia y Xóchitl tienen proyectos muy distintos de país y que obedecen a maquinarias partidistas con ideologías contrastantes. Las campañas, con sus bocinas a todo volumen en las redes sociales, han hecho aún más patentes las diferencias. Sin embargo, todos podemos coincidir en algo: es necesario terminar con la violencia.

Así no se puede vivir. Es difícil encontrar en México a una familia que no haya sufrido un crimen, un robo, una extorsión, un secuestro, un asesinato o el miedo constante a una inminente tragedia. El sexenio de AMLO podría terminar con casi 190,000 muertos. Más que ninguno. Pero solo con una estrategia a nivel nacional, con el apoyo de todos los partidos, se puede vencer la violencia. Va a tomar mucho tiempo y vidas. Y ningún gobierno puede solito.

Soy optimista. En México hay más votos que balas. Aún recuerdo cuando a muchos les parecía imposible que el país se convirtiera en una democracia. Pero fueron millones los que exigieron un cambio y participaron para lograrlo. Lo mismo debemos hacer con la violencia.

Y el cambio comienza hoy.

Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.

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