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Los cubanos exigen patria y vida en las calles de la isla

"Washington debe hacer personalmente responsables a Raúl Castro y a Díaz-Canel de la suerte que puedan correr los manifestantes pacíficos que reclaman libertad, democracia y vacunas en Cuba".
Opinión
Miembro del equipo de política de Univision.
2021-07-12T12:49:04-04:00
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"Sin embargo, sería incongruente exigirles a los cubanos el heroísmo moral de quedarse en la isla aguantando palos y humillaciones". Crédito: Ismael Francisco/AP

Un clamor de libertad recorrió las calles de Yotuel. Fue un estallido popular como los que no se experimentaban en Cuba desde los años 60 y 70, cuando miles de cubanos protestaron en ciudades y pueblos e incluso se alzaron en guerrillas anticomunistas en las montañas de varias provincias, aunque sin los beneficios publicitarios de la tecnología moderna como internet y los teléfonos móviles.

El covid-19 en camillas que se han desbordado a los pasillos de centros médicos, cuyos techos deteriorados dejan ver la cablería que cuelga de forma ominosa.

Además, los cubanos están hartos de la falta de libertades que les impiden expresar públicamente las vicisitudes que enfrentan. Ahora pueden comunicarse mejor entre ellos y expresar sus sentimientos al mundo gracias a internet y a los teléfonos celulares que muchos han recibido de familiares exiliados. Por años la dictadura les prohibió ambas cosas. Pero tuvo que suavizar las restricciones porque necesita internet y móviles para atraer turistas. Decenas de grabaciones de la protesta le están dando la vuelta al mundo.

La rebelión popular y mayormente pacífica comenzó en San Antonio de los Baños, un pueblo de 50,000 habitantes situado cerca de La Habana, y Palma Soriano, una ciudad de casi 80,000 habitantes, con gran tradición de rebeldía y situada cerca de Santiago de Cuba. Pero en cuestión de horas se había extendido a gran parte del país, incluyendo las ciudades principales como Holguín, Santiago, Camagüey y La Habana. El presidente de dedo, Miguel Díaz-Canel, se presentó en San Antonio de los Baños para calmar los ánimos e intimidar a los manifestantes. Pero estos lo saludaron con trompetillas e insultos. En realidad, él y otros cabecillas designados por Raúl Castro habían subestimado el alcance y la dimensión de las protestas.

Ahora que ya conocen lo que está en juego, los jerarcas castristas recurren a la represión, que es el único método que en realidad conocen para encarar el descontento popular. Diaz-Canel se jactó de ello, proclamando: “la orden de combate está dada, a la calle los revolucionarios”, eufemismo que en realidad alude al despliegue de policías, militares y paramilitares – represores vestidos de civil – para asfixiar a golpe y con sangre los clamores de protesta. Al caer la noche, las tropas especiales – integradas por matones entrenados para golpear y asesinar a civiles – entraron en acción en La Habana y otras ciudades. Se reportaron enfrentamientos de jóvenes que lanzaban piedras y volcaban autos patrulleros con policías y paramilitares que respondían con golpes y balas. También se ha informado, extraoficialmente, de los primeros heridos en Camagüey.

La rebelión popular en Cuba ha llegado a tiempo para poner en evidencia lo absurda y contraproducente que resulta la ofensiva de los amigos y compañeros de viaje del castrismo en Estados Unidos. Ellos presionan sin descanso al presidente Joe Biden para que retome la política de entendimiento con la familia Castro que con poca visión y mucha torpeza trazó el expresidente Barack Obama. Los cubanos que con valentía y determinación se tomaron las calles de Cuba, aunque haya sido por unas horas, merecen algo mejor. Merecen respeto y solidaridad del gobierno de Estados Unidos y de todas las democracias del mundo, no mojigangas ni componendas de ningún tipo. Así parece haberlo entendido el presidente Biden quien hoy declaró: “Estamos junto al pueblo de Cuba y su clamor de libertad y alivio de la trágica sujeción a la pandemia y de las décadas de represión y sufrimiento económico a los que lo ha sometido el régimen autoritario de Cuba”.

Washington debe hacer personalmente responsables a Raúl Castro y a Díaz-Canel de la suerte que puedan correr los manifestantes pacíficos que reclaman libertad, democracia y vacunas en Cuba. También debe coordinar con los aliados europeos una respuesta proporcional a la represión que ha desatado ya el régimen y que con toda certeza se intensificará en los próximos días. Y debe insistir ante el régimen en la necesidad de enviar asistencia humanitaria directamente al pueblo cubano sin la interferencia manipuladora del oficialismo, que suele confiscarla y desviarla hacia quienes lo asisten en la vigilancia y represión de los cubanos. Una de las mayores vilezas de la dictadura es su renuencia para aceptar ayuda humanitaria con el fin de paliar la actual crisis alimenticia y sanitaria si no la puede istrar ella misma.

Es imposible predecir cómo terminará el estallido popular en Cuba. Pero por experiencia sabemos que el régimen intentará ahogarlo en golpes, prisión y sangre. Tampoco es descartable que intente propiciar un éxodo marítimo hacia Estados Unidos. Washington y sus aliados democráticos deben hacer todo lo que esté a su alcance para aplacar la furia represiva de la familia Castro y de sus cómplices.

Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de Opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresada(s) allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es). Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.


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