Las lanchas de 'El Mencho': cómo el Cartel de Jalisco ahora desembarca en playas de California
LOS ÁNGELES, California.- A las 8:20 pm del 11 de marzo, un avión militar detectó una lancha cargada de bultos que navegaba a gran velocidad hacia el norte de California. Al trazar su ruta anticipó que llegaría a una playa de Santa Barbara, que con el paso de los años se volvió un punto de descarga popular entre los narcotraficantes mexicanos.
La embarcación de 50 pies pasó tres días en altamar evadiendo a las autoridades de ambos países. Cinco transportistas de droga zarparon desde algún sitio de Ensenada (México) y recorrieron más de 300 millas rodeando el cerco de vigilancia de la Marina mexicana, la oxidada reja fronteriza que se hunde en Playas de Tijuana y los potentes radares de la Guardia Costera estadounidense.
Su plan se frustró porque las playas de Santa Barbara están ahora bajo estricta vigilancia por ser el destino más lejano de la ruta marítima de la droga. Antes llegaban solamente a las playas de San Diego, apenas internándose en EEUU. Pero los traficantes fueron alargando sus trayectos hasta meter en un predicamento a todas las agencias del orden que vigilan la extensa costa del sur de California.
El operativo que se realizó durante la noche del 11 de marzo concluyó la madrugada siguiente con el arresto de los cinco tripulantes de aquella panga y de otras 17 personas que fueron a recoger los paquetes en Gaviota Beach. Dos se colocaron en la cima de un cerro para vigilar, sin saber que a ellos los espiaban con cámaras infrarrojas desde un avión. Todos cayeron tras una persecución que no llegó lejos.
Les decomisaron 204 paquetes que contenían 2.1 toneladas de marihuana y más de 40 galones de aceite de cannabis. Cuatro sinaloenses, de entre 28 y 59 años, que viajaban en la lancha enfrentan cargos de narcotráfico y podrían pasar al menos 10 años en una prisión, informó la Fiscalía federal.
Uno de los tripulantes terminó cooperando con las autoridades y por eso no es citado en el caso criminal. Él declaró que dos acusados recién habían llegado de Sinaloa, que recogieron las pacas de marihuana en Ensenada y que navegaron tres días usando un localizador satelital GPS para seguir las coordenadas de su destino final. También reveló que un grupo criminal prometió pagarles una vez que regresaran con la panga a México. No se reveló para qué cartel trabajaban.
La playa entre Gaviota Beach y Hollister Ranch, a la cual los llevó el GPS, es una zona de descargue popular de los carteles porque es remota, escasamente poblada y está a unos pasos de la carretera 101.
“Durante mi carrera en HSI (la unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional) he respondido a Hollister Ranch Beach en múltiples ocasiones para investigar actividades de contrabando usando pangas”, dijo el agente James Kessel en una declaración jurada que integra la acusación en dicho caso.
La semana pasada encontraron otra panga abandonada en esa misma franja costera, sin más rastro de los contrabandistas que varios botes de combustible que vertieron sobre la vegetación en Tajiguas Beach.
Las lanchas de ‘El Mencho’
De día, el corredor costero de 13 millas entre Gaviota Beach y El Capitan State Beach ofrece una hermosa vista Pacífico para quienes recorren la carretera estatal 101. Pero de noche, los narcos esperan en caminos solitarios, paralelos a la 101, para recibir a las pangas que vienen desde México cargadas con droga.
Varias veces las autoridades solo hallan los botes abandonados sobre la arena. Valen muy poco comparados a la mercancía que mueven. Cuando eso ocurre, los contrabandistas lograron llevarse los cargamentos a casas de seguridad en Los Ángeles para después entregarla a sus clientes en varias ciudades de EEUU.
Por años este método ha sido uno de los sellos del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
“Es preciso atribuir a esos dos carteles gran parte de las actividades de contrabando con las que lidiamos en Estados Unidos”, dijo el director de la unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) en Los Ángeles, David A. Prince, en una entrevista con Univision Noticias.
Es la primera vez que un funcionario estadounidense revela que la organización criminal que dirige Nemesio Oseguera Cervantes, alias ‘ El Mencho’, también participa en el narcotráfico por la costa de California.
La oficina que dirige Prince está al frente de los esfuerzos de varias agencias policiales para detectar las lanchas cargadas de narcóticos que llegan a Santa Barbara y la costa de Los Ángeles. En lo que va del año han detectado al menos cuatro pangas con droga, mientras que en 2019 solo interceptaron una.
Pero el mar de California sigue 'caliente', incluso durante la pandemia. Del 1 de octubre de 2019 al 19 de junio, abarcando cuatro meses desde el inicio del brote del coronavirus, la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP) registró 162 incursiones ilegales de embarcaciones en San Diego, arrestando a 655 personas (narcos, indocumentados y coyotes) y decomisando más de 6,000 libras de droga.
Ese conteo no incluyó las 761 libras de marihuana y 64 de metanfetamina que agentes de la CBP descubrieron en una lancha de pesca que navegaba por la costa de San Diego el 11 de julio.
El HSI tiene otro dato revelador: desde la frontera con México y hasta Santa Bárbara, lograron confiscar en 2019 más de 13,500 libras de marihuana en lanchas, embarcaciones comerciales y pangas.
Las cifras relacionadas con las playas de Santa Bárbara han variado: en 2018 descubrieron al menos tres incidentes de este tipo, en uno de los cuales intentaron traficar 3,000 libras de marihuana contenida en 120 bultos (varios de éstos ya los habían puesto en dos camionetas) y detuvieron a 18 hombres.
Allí hubo más actividad entre 2012 y 2013, cuando las autoridades interceptaron más de 20 intentos de contrabando, decomisaron más de 4 toneladas de marihuana y realizaron varios arrestos.
Entre los detenidos estaba Jesús García Guzmán, un joven mexicano que entonces tenía 19 años. Era tripulante de una panga que navegó con casi 2,000 libras de marihuana.
Los narcos prefieren estos lugares de desembarque en la costa de Santa Bárbara: Gaviota Beach, Arroyo Quemado Beach, Refugio State Beach y El Capitán State Beach. Todos cerca de la carretera 101.
De la panga a la cúpula del cartel
Este problema está ligado a la guerra que libran los pistoleros de ‘El Mencho’ y del Cartel de Sinaloa para quedarse con el corredor marítimo Tijuana-Ensenada, desde donde zarpan las pangas con droga.
La Fiscalía de Baja California cree que esa batalla, en la cual la Marina mexicana ha sido “rebasada”, disparó la tasa de homicidios. “Tenemos varios problemas, creo que el principal nace en las zonas marítimas abandonadas, nunca las hemos cuidado: 2,000 kilómetros (1,200 millas) de litoral que estaban en manos de nadie”, advirtió hace unas semanas el fiscal estatal Guillermo Ruiz Hernández en una entrevista con el semanario Zeta.
Para los narcos, una pequeña embarcación que navega solitaria por aguas internacionales significa mover varias toneladas de droga que valen una fortuna en las calles estadounidenses.
“Este es probablemente uno de los métodos más afectivos que tienen las organizaciones de contrabando de narcóticos para introducir su mercancía a Estados Unidos”, describe Prince, el encargado del HSI en Los Ángeles.
“No tienen que transitar por calles y autopistas, ni cruzar la valla fronteriza, exponiendo su mercancía ante una variedad de agencias policiales: la Patrulla Fronteriza, oficiales aduanales, la DEA, la Patrulla de Carreteras de California…”, explica.
Su oficina se ha dedicado a registrar arrestos y decomisos relacionados con las pangas como una serie de incidentes vinculados a un cartel. La idea, explica el funcionario, es anticipar el siguiente movimiento.
“Nos da una idea de lo que está pasando con una organización en particular, cuáles son sus actividades, sus planes y cuál será nuestra respuesta a lo que están planeando”, señala Prince.
HSI, el ala de investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), también incluye en sus averiguaciones a los carteles colombianos, que son los productores y dueños de una parte de los cargamentos de cocaína que ingresaron a EEUU a través del mar de Santa Bárbara.
La dependencia coordina una iniciativa en la que participan varias agencias del orden, entre éstas la Guardia Costera, la Patrulla de Carreteras de California (CHP) y el Sheriff del condado de Santa Bárbara.
Prince describe que cada operativo es planeado anticipando una posible reacción violenta por parte de los narcotraficantes. “Siempre existe el riesgo de que ocurra un acto violento”, advierte Prince.
“Son parte de una estructura organizada de criminales internacionales, por su alcance. En ocasiones usan armas de fuego, que es un potencial de violencia, pues mueven una importante cantidad de narcóticos. Lidiamos con organizaciones dispuestas a usar la violencia para cuidar su mercancía”, señala.
El trabajo de las autoridades es seguir la madeja del contrabando marítimo hasta llegar a la cúpula del cartel.
Les ha dado resultados: parte de la evidencia presentada en el juicio contra Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán fue un decomiso de casi media tonelada de marihuana en una playa de Los Ángeles en enero de 2012.
El capo trató de borrar su rastro buscando un abogado para que vigilara las declaraciones de los tres transportistas arrestados esa vez, pero el FBI ya tenía pinchado su teléfono y usó ese plan en su contra.