Por qué Rafael Caro Quintero es el enemigo número 1 de la DEA y qué le espera ahora
De efectuarse la extradición de Rafael Caro Quintero tras su captura, el capo más buscado por la DEA, sería trasladado al distrito del Departamento de Justicia que tenga el caso más sólido. Es posible que sea la jurisdicción del Este de Nueva York, donde juzgaron a uno de sus socios Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.
Caro Quintero reconoció en una entrevista que, tras salir libre en 2013 se reunió con ‘El Chapo’, entonces otro fugitivo prioritario, pero negó que lo hizo para retomar sus actividades ilícitas.
Otra opción es el Distrito Central de California, que llevó dos procesos relacionados con el caso Camarena: contra el doctor Humberto Álvarez Machain, quien suministró medicamentos para extender la tortura al agente de la DEA en una casa en Guadalajara; y contra Rubén Zuno Arce, quien usó sus conexiones políticas en México para ayudar a la organización criminal de Caro Quintero.
Álvarez Machain fue exonerado por una serie de violaciones al debido proceso y ahora atiende una taquería en Jalisco. Zuno Arce murió de cáncer a los 82 años en una prisión de Florida en 2012.
Si le imponen una sentencia, es casi seguro que lo envíen a la prisión de máxima seguridad ADX Florence, donde ‘El Chapo’ purga una condena a cadena perpetua. Para llegar a eso, sin embargo, es necesario cumplir con varios procesos en los sistemas judiciales de ambos países.
Caro Quintero, el objetivo de la DEA
Caro Quintero llevaba tres años huyendo de las autoridades cuando concedió una entrevista. No le importó que ya era uno de los fugitivos más buscados por el gobierno de EEUU.
“Lo único que busco es paz y le pido perdón a la sociedad de México por los errores que cometí, a la familia Camarena, a la DEA, al gobierno de Estados Unidos, les pido perdón”, le dijo a la periodista Anabel Hernández, colaboradora de Proceso, en julio de 2016.
Este capo de la droga hablaba desde la clandestinidad, implorándole a la DEA que lo perdonara por un crimen que ha marcado su vida: el secuestro, tortura y asesinato del agente antinarcóticos Enrique ‘Kiki’ Camarena en 1985.
La acusación señala que el capo ordenó ese crimen para vengarse, porque Camarena se infiltró en el Cartel de Guadalajara, lo que condujo a la destrucción de un enorme plantío de marihuana en el rancho ‘El Búfalo’ de Chihuahua. Fue un decomiso histórico.
"No lo secuestré, no lo torturé y no lo maté. Sí estuve en ese lugar (del crimen), es mi participación, nada más”, afirmó al medio.
El narco quedó en libertad en agosto de 2013, tras pasar 28 años en prisión, por un error procesal. Se fugó casi de inmediato apenas supo que tratarían de ejecutar una orden de captura para extraditarlo a EEUU. Por la captura del llamado ‘Narco de narcos’ EEUU subió la recompensa a 20 millones de dólares, la cifra más alta fijada por el arresto de cualquier fugitivo en el mundo.
En abril de 2018, el capo volvió a recurrir a la prensa para implorar que lo dejaran de seguir. “Yo no pertenezco a ningún cartel. Así de fácil. Yo no voy a volver al narcotráfico nunca”, aseguró al medio Huffington Post. “Yo le pediría a la DEA que sea más cuidadoso en sus investigaciones”, insistió.
- "¿Cuáles son sus actividades ahorita?", le preguntó la reportera.
- "Ninguna, a puro andar huyendo", respondió Caro Quintero.
Quien fue uno de los fundadores del Cartel de Guadalajara negó que tenía vínculos con el crimen organizado. De hecho, jamás ha reconocido públicamente ser un traficante de droga.
“Yo le pediría a la DEA que fueran más cuidadosos con sus investigaciones, y al gobierno de México también. Si me aclaran a mí, pero que sea cierto, que sea verdad… yo me entrego”, dijo en una de las entrevistas que concedió desde la clandestinidad. “Lo único que busco es paz y le pido perdón a la sociedad de México por los errores que cometí", agregó.
Una tumba en México o una cárcel en EEUU
Pero los fiscales estadounidenses señalan que, entre enero de 1980 y marzo de 2015, la organización liderada por Caro Quintero, el Cartel de Caborca, estuvo involucrada en el transporte de grandes cargamentos de marihuana, metanfetamina y cocaína hacia EEUU.
Con las ganancias millonarias, él adquirió al menos ocho propiedades en Zapopan, Jalisco, las cuales están a nombre de sus familiares. Uno de ellos es su hija Roxana Elizabeth Caro Elenes. Por eso, en octubre de 2019, el Departamento de Justicia interpuso una demanda civil en una corte federal de Nueva York pidiendo que le decomisen esos ocho inmuebles.
Este pedido de decomiso se suma a una acusación presentada en abril de 2018 en un tribunal federal de Brooklyn señalando a Caro Quintero por liderar una empresa criminal vigente y otros delitos, incluida su participación en el crimen de Camarena. Hay otras acusaciones en California y Arizona.
“Las atrocidades de Rafael Caro Quintero no se olvidan, y la historia del terror que ha infligido sirve como un recordatorio constante a la DEA de que nunca detendremos la búsqueda de justicia", declaró Ray Donovan, entonces encargado de la oficina de la DEA en Nueva York, al interponer la demanda.
El gobierno también le advirtió a 'RCQ', como lo llaman funcionarios antinarcóticos de ese país, que tenía dos opciones: morir en México o pagar por sus crímenes en una prisión de EEUU.
“Nunca olvidaremos que Caro Quintero es responsable del asesinato del agente especial Camarena y ahora se enfrenta a una cruda elección entre los únicos finales disponibles: una prisión estadounidense o una tumba mexicana, y ahora es el momento de elegir”, declaró el fiscal federal Richard P. Donoghue.
En 2016, la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro publicó el domicilio de cada una de las gasolinerías de 'El narco de narcos'. En su nombre, Diana Espinoza Aguilar, alias 'Altagracia Espinoza Aguilar', quien se cree es su actual pareja, se encarga de estas y otras empresas, incluyendo restaurantes, inmobiliarias y constructoras, según la acusación.
Espinoza Aguilar era esposa de un traficante colombiano hasta que conoció a Caro Quintero mientras purgaban condenas por contrabando de droga en la prisión de Puente Grande. Ella fue fichada por el gobierno de EEUU en mayo de 2016, tres años después de que el capo salió de una prisión mexicana y –según la DEA– se unió a la cúpula del cartel de Sinaloa.
La dependencia también fichó a sus hijos Héctor Rafael, Henoch Emilio y Mario Ybran Caro Elenes.
En la lista negra agregó a su madre María Elizabeth Elenes Lerma. La OFAC afirma que todos ellos han sido testaferros de Caro Quintero, dueño de las empresas Minerales Nueva Era y Minerales Nueva Generación, Operadora Engo, Petro Mas, Taxi Aéreo Nacional de Culiacán y las inmobiliarias Prominente, Villas del Colli y Barsat.