Este martes el gobierno japonés anunció que a partir de 2023 comenzaría a verter al océano el agua contaminada de la planta nuclear de Fukushima, accidentada por el terremoto y tsunami que castigó duramente al país en 2011. Crédito: TOSHIFUMI KITAMURA/AFP via Getty Images
Tras siete años de debate sobre qué hacer con el agua empleada para enfriar los núcleos de los reactores de la planta, que entraron en fusión por el desastre natural, el gobierno finalmente ha tomado una decisión, aunque países vecinos y pescadores no están de acuerdo. Crédito: Tomohiro Ohsumi/Getty Images
El vertido comenzará dentro de dos años, "después de asegurarnos de que se halla a un nivel (de sustancias radiactivas) claramente inferior a los estándares de seguridad", declaró este martes el primer ministro Yoshihide Suga. Crédito: KAZUHIRO NOGI/AFP via Getty Images
La necesidad imperiosa de tomar una decisión en este caso se debe a que el agua se está acumulando rápidamente en el lugar y el año que viene podría llegar a los límites de capacidad de almacenacimiento. En 2020 el lugar generó unos 140 metros cúbicos de agua diarios. Crédito: PHILIP FONG/AFP via Getty Images
Los países vecinos de Japón también han mostrado su descontento tras la noticia. Corea del Sur, que convocó al embajador nipón en Seúl, expresó un "gran pesar" por la decisión, que representa "un riesgo para el entorno marítimo". Crédito: Tomohiro Ohsumi/Getty Images
Sin embargo, otros países como Estados Unidos, aliado de Japón, han aprobado la noticia. Crédito: PHILIP FONG/AFP via Getty Images