Las mataron a tiros por recoger comida vencida y echaron sus cadáveres en pocilgas para que se los comieran los cerdos
El caso de dos mujeres negras que fueron asesinadas y tiradas en una pocilga para que se las comieran los cerdos tiene consternados a los familiares, a los pobladores y a las organizaciones de derechos humanos en Sudáfrica, que pidieron este miércoles que no se les otorgue fianza a los tres sospechosos del crimen.
Los cuerpos de las dos mujeres, identificadas como Maria Makgato, de 45 años y Lucia Ndlovu, de 34, fueron encontrados en una granja en la provincia de Limpopo en agosto de este año.
El dueño de la granja, un hombre blanco, y dos empleados más están acusados por los asesinatos y de haber arrojado los cuerpos a los cerdos para que se los comieran y ocultar la evidencia del crimen.
Este miércoles, un tribunal local inició la vista para decidir si concede la libertad bajo fianza a los acusados, pero horas más tarde, aplazó la vista hasta el 6 de noviembre para permitir nuevas investigaciones, por lo que los sospechosos permanecerán bajo custodia.
“Se trata de uno de los actos más inquietantes e inhumanos cometidos en nuestra provincia, y nos aseguraremos de que los responsables se enfrenten a todo el peso de la ley”, declaró Thembi Hadebe, comisario de policía a TimesLive.
Cómo sucedieron los hechos en la granja en Sudáfrica donde dos mujeres fueron asesinadas
De acuerdo con las investigaciones de las autoridades, en agosto, un camión de una empresa de lácteos vertió productos potencialmente caducados en la granja del acusado, un hombre identificado como Zachariah Johannes Olivier, lo que llevó a las mujeres a entrar sin autorización e intentar recoger los productos para poder alimentarse.
Fue entonces cuando el granjero disparó contra ellas. Ambas murieron por heridas de arma de fuego, dicen las autoridades locales.
Un hombre, que era el esposo de una de ellas y también fue a recoger la comida, resultó herido y se arrastró hasta una carretera cercana para pedir ayuda a gritos.
El hombre, identificado como Mabutho Ncube,
acudió a la policía a denunciar lo sucedido y días después las autoridades encontraron los cadáveres descompuestos de las mujeres en una pocilga con cerdos.
Walter Mathole, hermano de una de las víctimas, le dijo a la BBC que él acudió con la policía a la granja y presenció un espectáculo espantoso dentro del corral de los cerdos donde vio el cuerpo de su hermana, que había sido devorado en parte por los animales.
¿De qué están acusados los tres hombres implicados en el caso de la granja en Sudáfrica?
El propietario de la granja, Zachariah Johannes Olivier, el supervisor, Andrian Rudolph de Wet, y el empleado, William Musora, se enfrentan a dos cargos de asesinato premeditado, un cargo de intento de asesinato y posesión de un arma de fuego sin licencia.
Musora, de nacionalidad zimbabuense, también se enfrenta a cargos por encontrarse ilegalmente en el país.
La familia de Makgato se declara desolada por su muerte, especialmente sus cuatro hijos, de entre 22 y cinco años.
“Mi madre tuvo una muerte dolorosa, era una madre cariñosa que hacía todo por nosotros. No nos faltaba de nada gracias a ella”, declaró entre lágrimas a la BBC Ranti Makgato, el mayor de sus hijos.
“Creo que dormiré mejor por la noche si se deniega la libertad bajo fianza a los presuntos asesinos”, agregó.
Varios partidos políticos protestaron ante el Tribunal de Magistrados de Mankweng, pidiendo que se les denegara la libertad bajo fianza y se les impusiera la pena más dura posible. Mientras que la Comisión Sudafricana de Derechos Humanos pidió a la población que no se tomara la justicia por su mano como represalia.
Los delitos violentos en las granjas sudafricanas son motivo de preocupación desde hace años, como los asesinatos de granjeros a manos de delincuentes y los malos tratos de los granjeros a los trabajadores.
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