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El presidente de Cataluña dice que se ha ganado el derecho a la independencia, pero suspende la declaración para abrir un diálogo

Carles Puigdemont, que utilizó un lenguaje ambiguo y basó su decisión en el resultado del referéndum ilegal el 1 de octubre, se dio varias semanas para buscar una solución con el gobierno de España.
10 Oct 2017 – 02:00 PM EDT
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Carles Puigdemont, presidente de Cataluña, durante su intervención en el Parlamento regional. Crédito: Getty Images

El presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, afirmó este martes en un esperado y muy ambiguo discurso que esta región se ganó su derecho a ser un país independiente, aunque aplazó la secesión de España para así obligar al gobierno central a iniciar un diálogo.

"Cataluña se ha ganado el derecho a ser un país independiente", dijo haciendo referencia a los resultados del referéndum ilegal de hace 10 días en una comparecencia en Barcelona, aunque inmediatamente propuso que el Parlamento regional desde el que habló " suspenda los efectos de la declaración de independencia de tal forma que en las primeras semanas emprendamos un diálogo".

El líder político justificó su decisión, que dejó insatisfechos a los más independentistas, afirmando que busca "llegar a una solución acordada para avanzar en las demandas del pueblo de Cataluña".

La declaración de Puigdemont, que ha llevado a diferentes interpretaciones en la prensa y los partidos políticos españoles, fue la siguiente:

Señoras y señores, con los resultados del referéndum del 1 de octubre pasado, Cataluña se ha ganado el derecho a ser un estado independiente, y se ha ganado el derecho a ser escuchada y respetada (...) El sí a la independencia ha ganado unas elecciones por mayoría absoluta y dos años después ha ganado un referéndum bajo una lluvia de golpes de porra. Las urnas, el único lenguaje que tenemos, dicen sí a la independencia, y ese es el camino que estoy comprometido a transitar (...) La Ley del Referéndum establece que dos días después de la proclamación oficial del resultado y en el caso de que el número de votos del sí haya sido superior al número de votos del no, el Parlament, y cito textualmente a la ley, abro comillas, "celebrará una sesión ordinaria para efectuar una declaración formal de independencia de Cataluña a sus efectos y acordar el inicio de un proceso constituyente" (...) Llegados a este momento histórico, y como presidente de la Generalitat, presentando los resultados del referéndum delante de todos ustedes y de nuestros conciudadanos, asumo el mandato del pueblo de que Cataluña se convierta en un estado independiente en forma de República. Esto es lo que hoy hacemos con toda solemnidad por responsabilidad y respeto. Y con la misma solemnidad el Gobierno y yo mismo proponemos al Parlament que suspenda los efectos de la declaración de independencia de tal forma que en las primeras semanas emprendamos un diálogo sin el cual no es posible llegar a una solución acordada


El presidente catalán afirmó que "todos debemos asumir nuestra responsabilidad para desescalar la situación. No contribuiré con la palabra ni con el gesto a aumentarla”.

Aparte de confundir, las palabras de Puigdemont decepcionaron a independentistas que se habían reunido en las afueras del Parlamento catalán en Barcelona para apoyar la proclamación de la independencia. Tampoco contentaron a sus socios parlamentarios más radicales (de la CUP), que no aplaudieron.

Para más confusión, Puigdemont y el resto de diputados independentistas firmaron un documento luego ya fuera del Pleno (que ni se votó, ni se registró en la cámara) que proclama "la República catalana, como Estado independiente y soberano" e insta al Gobierno de Cataluña "a adoptar las medidas necesarias para hacer posible la plena efectividad de esta Declaración de Independencia" ( aquí el texto íntegro). Para unos, un texto sin valor jurídico para intentar contentar a todos los independentistas que esperaban mucho más. Para otros, la prueba de que el presidente catalán había declarado la independencia, para luego dejarla en suspenso.


La declaración del líder catalán se produjo 10 días después de dicho voto a favor de la independencia celebrado en Cataluña y que el gobierno central trató de evitar –a veces por medio de la fuerza policial– dado que violaba la ley española. Madrid no ha reconocido los resultados del proceso, en el que votaron poco más del 40% de la población con derecho al voto.

El líder catalán afirmó que el referéndum se celebró "en unas condiciones más que difíciles, extremas" y criticó que dicho exceso policial buscaba "que la gente se quedara en casa y renunciara al voto". Además, justificó su celebración ante lo que calificó como frustración de los catalanes por la imposibilidad de decidir su futuro.

"Unas demandas que siempre se han expresado de manera pacífica", sostuvo Puigdemont para criticar la actuación del gobierno español, presidido por el conservador Mariano Rajoy. "No somos unos unos delincuentes", afirmó en español.

"No tenemos nada contra los españoles, al contrario", recalcó, aunque sostuvo que la "relación no funciona".

Según los datos del gobierno regional de Cataluña, el 90% de los que depositaron su papeleta apostaron por la independencia. Los contrarios a la separación de España boicotearon la consulta, por considerarla ilegal, y no llamaron a la participación. Observadores internacionales indicaron que el proceso no cumplió las garantías mínimas para poder refrendar los resultados.

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Presidente catalán tras referéndum: "Nos hemos ganado el derecho de tener un estado independiente"

"Inisible" la declaración "implícita"

Por su parte, el gobierno de España indicó que es "inisible hacer una declaración implícita de independencia para luego dejarla en suspenso de manera explícita", según fuentes citadas por la agencia EFE.

"Carles Puigdemont ha sumido a la comunidad autónoma (de Cataluña) en el mayor nivel de incertidumbre", afirmó Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta española, quien se mostró muy crítica con las palabras del presidente catalán.

"El Gobierno no puede aceptar que se dé validez a la ley catalana del referéndum porque está suspendida por el (Tribunal) Constitucional. La Generalitat (gobierno regional) no puede exhibir los resultados del 1 de octubre porque fue un acto ilegal y sin garantías", explicó.

Rafael Catalá, ministro de Justicia de España, criticó las palabras del presidente catalán y calificó su discurso como una "no declaración de independencia".

Ahora, tras la calculada intervención de Puigdemont, se espera cuál será la actuación del gobierno español, que ha convocado una reunión extraordiaria de sus ministros para el miércoles.

Entre las posibles respuestas está la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que permitiría suspender la autonomía de esta región y convocar elecciones. Esta solución, sin embargo, podría encallar aún más el enfrentamiento entre Barcelona y Madrid.

Tensión y fuga de empresas

Desde el día de la votación del referendo, la tensión en el país ha aumentado y han sido varias las voces desde el mundo independentista que han pedido retrasar la declaración unilateral de independencia.

Santi Vila, consejero de Empresa y Conocimiento del gobierno catalán, pidió hace unos días una "última oportunidad al diálogo" antes de la separación y abogó por una negociación "de buena fe y transparente entre las dos legitimidades enfrentadas, la soberanista y la constitucionalista".

Otra figura relevante del panorama catalán, como es la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, indicó que los resultados de esta consulta no avalaban la independencia de esta región española.

Ante el panorama de incertidumbre política, numerosas empresas -algunas de ellas de las más importantes de España- han anunciado en los últimos días que trasladan su sede fuera de esta comunidad para quedar protegidas por la legislación europea. Entre dichas compañías están los principales bancos de la región: el Sabadell y Caixa Bank.

Puigdemont, durante su intervención, restó importancia a estos movimientos empresariales aunque sí reconoció que están enrareciendo el ambiente económico en la región.

El pasado domingo se celebró una multitudinaria manifestación en Barcelona bajo el lema "Recuperemos el sentido común" para mostrar el rechazo a la independencia. Entre los participantes estuvo el escritor peruano Mario Vargas Llosa –que tiene también la nacionalidad española–, quien afirmó que "ninguna conjura independentista destruirá la democracia".

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