"Hay que actuar ya": manifestantes de todo el mundo piden detener una catástrofe climática
GLASGOW, Escocia.- El día no podía ser más desapacible, pero el ambiente de la marcha por el clima en Glasgow no tenía nada de sombrío y sí mucha energía expresada en todos los lenguajes, con grupos de manifestantes llegados de todas las esquinas del planeta, desde Panamá hasta Indonesia o Palestina. “La causa bien vale un remojón”, decía Yvonne Yáñez, activista que viajó desde Ecuador con el solo propósito de participar en las protestas del viernes y del sábado.
El despliegue de imaginación desafió también al mal tiempo. Con banderas de todo el mundo y pancartas y símbolos tan ingeniosos como los de los activistas veganos, que se enfrentaron al vendaval con cuatro animales hinchables gigantes atados con cuerdas por encima de sus cabezas. Cada uno de los animales representaba un símbolo de un problema diferente de la industria ganadera: una vaca por el metano, un pollo por el covid-19 y la salud, un pez por los microplásticos y un cerdo por la obesidad.
Este es un pequeño perfil de algunos manifestantes y las razones que les impulsaron a viajar hasta Glasgow:
La marcha, que partió a mediodía del parque Kelvingrove en varios bloques formados por agricultores, sindicatos o grupos religiosos, entre otros, concluyó con las intervenciones de activistas, entre ellos Greta Thunberg y Vanessa Nakate.
Esta jornada de movilización mundial, que tuvo réplicas en 200 ciudades de todo el mundo, desde Filipinas a Corea del Sur, vino precedida de otra protesta el viernes con concluyó con una intervención de la joven activista sueca Thunberg, que denunció que la Cumbre Climática es un “fracaso” y un “festival de relaciones públicas y greenwashing”, la práctica de las empresas de valerse del medio ambiente para incrementar sus ventas.
La COP o Conferencia de las Partes, este año en su 26 edición, comenzó el 31 de octubre y prosigue hasta el 12 de noviembre, con una pausa el domingo.
En la próxima semana previsiblemente se intensificarán las negociaciones en cuestiones clave pero también muy espinosas. En la edición pasada, que se celebró en Madrid en 2019 (en 2020 no hubo encuentro a causa de la pandemia), el ya famoso artículo 6 del Acuerdo de París fue uno de los principales escollos. Este el punto que se refiere a los mercados de emisiones, una solución para que los países compren y vendan los derechos de emisiones de CO2. Otros obstáculos que se quedaron flotando en los despachos hasta última hora fueron la activación de los nuevos planes climáticos con medidas más ambiciosas de los países y la compensación de daños para los países vulnerables.
La ONU advirtió recientemente que los objetivos revisados de los países eran demasiado débiles y dejarían al mundo en camino de calentarse 2.7 C (4.9 F) para finales de siglo.