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Masacre en Orlando

Así fueron las conversaciones telefónicas entre el atacante del Club Pulse y negociadores de la policía

Un juez ordena publicar las grabaciones de la conversación entre los negociadores y el atacante de la discoteca gay de Orlando, que mató a 49 personas el pasado 12 de junio.
1 Nov 2016 – 02:59 AM EDT
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Casi 30 minutos de grabación de varias conversaciones telefónicas entre Omar Mateen, el hombre que disparó el 12 de junio en la discoteca gay Pulse de Orlando donde mató a 49 personas, y negociadores de la policía fueron dados a conocer este lunes por orden de un juez.

Los audios se corresponden con las transcripciones de las conversaciones que sostuvieron los policías y el atacante publicadas en septiembre.

Más de una docena de agencias de noticias, incluída la AP, habían reclamado a la justicia la liberación de dichos audios, al tratarse de la peor ejecución en masa en la historia moderna de Estados Unidos, y porque ello contribuiría a esclarecer el papel de la policía en el fatal hecho.

El juez consultó a los familiares de las personas fallecidas si estaban de acuerdo con la publicación de los audios. Algunos como Jessica Silva, hermana de Juan Rivera, que murió en el Pulse, consideró "extremadamente difícil escuchar estas llamadas", porque los familiares podrían "reconocer las voces de sus pacientes gritando". Finalmente, los familiares dijeron que esperaban tener una mejor comprensión de lo que pasó escuchando las llamadas.

Las dudas iniciales

El primero que ó a la policía, a través del número 911, fue Mateen. En esa primera llamada se identificó, juró lealtad al grupo Estado islámico, recitó parte de una oración en árabe y luego le dijo en inglés a su interlocutor que fue él quien "hizo los disparos".

Los negociadores no estaban seguros en un principio si la persona que les hablaba era el atacante del Club Pulse. De hecho lo llamaron más de una docena de veces, porque Mateen cortaba la comunicación durante las tres horas que estuvo dentro del local.

En la conversación que tuvieron desde las 3:15 a las 3:20 de ese día, los agentes intentaron captar el sonido de fondo para determinar dónde podría estar Mateen. Pero el ruido de fondo "era estéril", dijo un oficial, como si estuviera encerrado en una oficina. O un cuarto de baño, dijo otro oficial.

"Todavía no estoy convencido de que este tipo esté allí", dijo uno de los negociadores cuando Mateen cortó la llamada. En ese momento, los agentes de la policía iban a la dirección que había proporcionado Mateen, en Fort Pierce, para comprobar si estaba en su casa.

Seco, poco cooperativo

En otro momento en que lograron comunicarse, el atacante dice: "Están matando a mucha gente inocente. Entonces, ¿qué voy a hacer aquí, cuando están matando a mi pueblo allí? ¿Capta lo que estoy diciendo?".

El negociador le pregunta si ha hecho algo al respecto.

"Sí, lo hice", contesta Mateen.

"Dime lo que hiciste, por favor", interpela el negociador.

"No, usted ya sabe lo que hice", responde Mateen, sonando impaciente.

Mateen habló con el negociador por sólo unos pocos minutos y luego colgó.


A partir de las 3:10 am el negociador llama repetidamente a Mateen que atiende al sexto intento. Estaba calmado pero seco, poco cooperativo, aunque a veces condescendiente y llamaba al negociador "amigo" (o "colega").

En otro momento, cuando el negociador lo presiona para obtener una lista de sus reclamos, Mateen le responde: "No, no, no, no, no, señor negociador de rehenes, no. No intente ningún juego conmigo".

Cuando el negociador intenta que le diga si lo acompaña algún cómplice, Mateen contesta: "Ese no es su problema". Esa llamada duró seis minutos. Mateen guardó silencio hasta que terminó.

Nuevamente, lo vuelve a telefonear a las 3:25. "Me molestan con tantas llamadas. Realmente no lo estoy agradeciendo", dijo Mateen.

"Bueno, si lo aprecia o no, no importa en este momento", le responde el negociador. "Tenemos que hablar y mantener la comunicación abierta".

Mateen le reprende: "no me hable de esa manera".

Es cuando el negociador le transmite que podrían empezar los ataque aéreos y le sugiere que salga desarmado y se entregue a la policía. Mateen cuelga la llamada y ya no atiende más el teléfono.


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