“Solo tres pudieron hablar con sus hijos”: esta abogada tiene en sus manos 135 casos de padres separados
HARLINGEN, Texas.- La abogada Jodi Goodwin dice que no hay suficientes horas en el día para visitar en los centros de detención a todos los inmigrantes que debería. Con la política de ‘tolerancia cero’ del gobierno de Donald Trump, ella y su socio trabajan hasta 14 horas al día, viajan a diario a las prisiones migratorias, y acaban de dar la bienvenida a nueve abogados de Washington DC que han venido en su ayuda.
“El volumen es mucho más que antes”, dice en su oficina de Harlingen, Texas, a escasas 12 millas de México. Pero, sobre todo, hay algo que la enoja de su nueva rutina.
Goodwin y su equipo ya tienen en sus manos hasta 135 casos de madres y padres inmigrantes que fueron separados de sus hijos por las autoridades de Estados Unidos.
La mayoría son madres solteras, de Honduras, Guatemala y El Salvador, huyendo de “la violencia, de matanzas y violaciones”. Y, al llegar a Estados Unidos, fueron separadas de sus hijos de entre 5 y 17 años.
“Están enojadas, tristes, no saben ni qué hacer, se sienten inútiles”, dice la abogada probono que lleva 24 años visitando centros de detención migratoria. “Lloran mucho, algunas lloran con lágrimas que no paran. Respiran normal pero siguen saliendo las lágrimas”.
De los 135 casos, solo tres madres lograron hablar con sus hijos. Fueron unos cinco minutos: cómo estás mi hijito, cómo te están tratando, cómo estás comiendo… Pero no saben en qué parte de este gigantesco país están sus niños.
El resto de migrantes se queja del número 1-800 que el gobierno dijo poner a disposición de los padres separados. “Tratan de hablar pero nadie contesta, o está bloqueado, o no hay señal”, asegura esta abogada texana.
Pese que el presidente juicios masivos en las cortes criminales, y hay una saturación de los centros de detención. Y hay muchas dudas.
Cómo ocurrió la separación
La controversial separación no ocurrió siempre en el mismo momento, según el relato de los inmigrantes a los abogados.
Algunos explican que fueron alejados de sus hijos en el centro de procesamiento de la Patrulla Fronteriza, en McAllen, Texas. Es el lugar que los migrantes llaman ‘la perrera’ y que tanta indignación levanta por las celdas de reja metálica en la que están encerrados.
Otros fueron distanciados incluso antes, al ser arrestados por cruce ilegal. Llegaron a las estaciones de la Patrulla Fronteriza, conocidas como ‘hieleras’, y los distribuyeron en zonas diferentes: los adultos veían a sus pequeños, pero en la distancia.
Para unos y otros, llegó el día de la corte criminal. Es ya una rutina impuesta bajo la política de ‘tolerancia cero’ del gobierno de Donald Trump, que impone a los indocumentados cargos por entrada ilegal al país. Decenas de inmigrantes, encadenados de brazos y pies, se sientan en los bancos de madera de la corte y son juzgados de manera exprés y masiva.
“Los agentes migratorios les dicen que se van a reunir con sus hijos después de la corte”, dice la abogada. Pero esa unión no ocurrió entonces, ni ha ocurrido por ahora.
“Algunos llevan 20 días sin saber de sus hijos. Nadie sabe dónde están”.
La comunicación fallida
El gobierno dio a conocer el pasado lunes un documento en el que hablaba de tres pasos y tres acciones que los progenitores podían seguir para localizar a sus hijos. La abogada, sin embargo, asegura que ninguno de sus clientes recibió esa información por parte de la Patrulla Fronteriza ni del Servicio de Inmigración.
Son los abogados quienes les explicaron: los detenidos tienen, en realidad, dos caminos. Uno es rellenar un formulario que ICE tiene para que los internos hagan cualquier petición formal desde dentro del centro de detención, en este caso ar a sus hijos.
Otro es el teléfono gratuito 1-800-203-7001 que tantos problemas está dando. Desde los centros de detención, pueden marcar 699#. Pero no es tan fácil.
Como denuncian organizaciones de derechos civiles, los inmigrantes deben tener en torno a 25 dólares en sus cuentas de la prisión para poder hacer llamadas. Desde fuera, familiares o donantes pueden depositar el dinero, pero no todos corren esa suerte.
“Hay quienes no tienen la manera de ar a sus familiares para que se ocupen de poner dinero”, explica Justin Tullius, abogado del grupo Raíces que se ha reunido con otros padres alejados de sus hijos.
Las listas de los separados
La organización Raíces, radicada en San Antonio, elabora una lista de progenitores separados de sus hijos con nombres que recaban de los defensores públicos de la frontera y distribuye esos casos entre abogados probono de la zona, como Jodi Goodwin.
Otros más le llegan a través de los propios inmigrantes en los centros de detención que hacen correr la voz. Las organizaciones realizan un esfuerzo a contra reloj para dar respuesta a un problema que hace tres meses ni existía.
Activistas en Texas dijeron este viernes que los métodos del gobierno para reunir a padres separados de sus hijos son “rudimentarios”. Tienen constancia de brazaletes para los niños o de fotos familiares antes de separarlos para luego encontrarlos.
Univision Noticias ó a las autoridades migratorias para conocer los detalles de esos procesos, pero no obtuvo respuesta. Semanas antes, una vocera de ICE nos dijo que todos los departamentos trabajan coordinadamente para las reunificaciones y que se deportaba a las familias conjuntamente.
Lo cierto es que hay varios casos documentados de padres deportados mientras sus hijos siguen bajo custodia de las autoridades estadounidenses.
La reunificación de familias tomará meses, dijeron funcionarios federales este viernes. Siguen muchos interrogantes en el aire.