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Jeff Sessions se va, pero su legado queda: la política de 'tolerancia cero'

El político republicano fue un férreo crítico por más de dos décadas de la llamada inmigración descontrolada, especialmente la indocumentada, vinculando en muchas ocasiones a los extranjeros con el terrorismo. Desde la campaña republicana de 2016 fue un estrecho colaborador de Trump cuando todavía no se perfilaba como el nominado a la Casa Blanca.
7 Nov 2018 – 05:07 PM EST
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Cuando el presidente Donald Trump anunció en noviembre del 2017 la nominación del entonces senador republicano por Alabama, Jeff Sessions, como fiscal general, demócratas y republicanos moderados comentaron que los inmigrantes debían estar preocupados. Y las advertencias no fueron en vano.

En 22 meses de ejercicio, Sessions cambió tantas reglas migratorias como pudo bajo el paraguas de la política de ‘tolerancia cero’. Desde quitarle poderes a los jueces de inmigración hasta cancelar miles de casos de deportación que permanecían dormidos, algunos desde hace más de dos décadas.


Y también fue el artífice de la polémica separación forzada de familias en la frontera, una decisión que, si bien no existe una política al respecto, obligó a los agentes federales de inmigración a presentar cargos criminales a los padres por ingreso ilegal al país y con ello arrebatarles a sus hijos y entregarlos al cuidado del Departamento de Salud y Recursos Humanos (HHS).

Entre el 5 de mayo y mediados de junio, la orden impartida por Sessions afectó a 2,562 familias y de ellas más de 470 padres fueron deportados sin sus hijos, operación que recibió una oleada de críticas dentro y fuera de Estados Unidos.

El ahora ex fiscal general y exsenador republicano por Alabama se opuso a la inmigración ilegal por más de dos décadas, vinculando a los recién llegados con el terrorismo. Desde la campaña fue uno de los asesores más cercanos al presidente Trump.

El mandatario quería en su gabinete a un político con experiencia en inmigración -o mejor antiinmigración- y para ello consideraba que nadie era mejor que Sessions. Su nominación fue en respuesta al respaldo que el exsenador por Alabama le dio al entonces candidato Trumo en febrero de 2016, cuando todavía pocas figuras republicanas se atrevían a apoyarlo públicamente.

Desde entonces su presencia fue vital en el proceso de darle forma a la candidatura y a las políticas del hoy presidente.

A base de insultos


Trump lanzó su candidatura llamando a los inmigrantes mexicanos violadores que traen drogas, crimen, pero que algunos -asumía- eran "buenas personas". La postura del mandatario al respecto no ha cambiado.

Las frases que más se cantan en sus mitines y con mayor fuerza son los llamados a construir un muro en la frontera con México (y hacer que México pague por él). En este tema central quizá su aliado más importante, su puente al establishment político, fue Sessions, responsable de diseñar las políticas que fueron cambiando paulatinamente la interpretación de la Ley de Inmigración precisamente para acomodarla al discurso del presidente.

"Él es realmente el experto, hasta donde yo sé, en fronteras, en muchas cosas", dijo Trump al anunciar el apoyo oficial que le ofreció el senador por Alabama en febrero del 2016. "Cuando hablo de inmigración y cuando hablo de inmigración ilegal y todo lo demás pienso en un gran hombre".

Los elogios, sin embargo, pasaron a convertirse en críticas cuando Sessions se recusó de la investigación de la trama rusa, (Rusiagate), un paso clave en la presidencia de Trump que le costó al republicano no solo la confianza de Trump, sino a la larga, el puesto.

Los argumentos


Los cambios ordenados por Sessions a la política migratoria le permitieron al mandatario dibujar un escenario que ha colocado a unos 11 millones de indocumentados más expuestos a ser deportados de manera expedita y cerrar las puertas a la inmigración futura.

El ex fiscal general, un opositor “acérrimo” de la amnistía en el Congreso de Estados Unidos, como alguna vez lo llamó el senador republicano por Texas, Ted Cruz, se opuso desde su asiento en el Senado a prácticamente todos los proyectos de ley de inmigración que pasaron por el pleno en las últimas dos décadas”, reportó el diario The Washington Post, incluyendo el plan bipartidista S. 744, que incluyó un camino hacia la ciudadanía para millones de indocumentados.

Dos años antes, en 2011, tras la aprobación del proyecto de ley HB 56 de Alabama, que puso en la mira incluso a niños indocumentados que asisten a las escuelas públicas, Sessions comentó: “Solo diría que es triste que hayamos permitido que ocurra esta situación por décadas y que grandes cantidades de personas estén en el país ilegalmente y eso va a tener consecuencias desagradables y desafortunadas”.

En una columna que escribió para el Post en 2015, Sessions dijo que "la inmigración legal es la fuente principal de inmigración de bajos salarios a Estados Unidos... Lo que necesitamos ahora es moderación de inmigración: bajarle al paso de nuevas llegadas para que los salarios puedan subir, las listas de asistencia social del gobierno puedan achicarse y las fuerzas de la asimilación puedan unirnos a todos".

Se trata del mismo discurso que el ahora ex fiscal general utilizó en los últimos dos años para establecer la política de ‘tolerancia cero’ de Trump.

La lista de Sessions

Estas son principales acciones que fueron emprendidas por Sessions:


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