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Incendios

Los incendios de California dan paso a otro problema: el humo puede ser nocivo para la salud

Camp Fire, el peor incendio registrado en la historia de EEUU, no solo se ha llevado por delante la vida de al menos 79 personas. Las consecuencias de inhalar el peligroso humo, incluso a muchas millas de distancia, se harán notar durante años y podrían dar lugar a problemas de salud entre los residentes más vulnerables.
20 Nov 2018 – 04:42 PM EST
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Los colegios cancelaron las clases, los parques quedaron desiertos, las farmacias despacharon grandes cantidades de inhaladores para el asma y otros remedios, y las calles se inundaron de mascarillas. Esa era una tendencia propia de ciudades como Beijing o Nueva Delhi, pero no de lugares como Oakland o San Francisco. Hasta ahora. Los residentes del norte de California que se han salvado de los efectos destructivos inmediatos de Camp Fire no son inmunes a las consecuencias negativas para la salud.

De acuerdo con Berkeley Earth, una organización sin fines de lucro que monitorea la calidad del aire en California, Oakland, San Francisco, Stockton y Sacramento se convirtieron durante varios días en las ciudades con la peor calidad del aire del mundo.

El problema es que el humo de los incendios, que oscurece el cielo, contiene productos químicos tóxicos parecidos a los de la contaminación, con pequeñas partículas, tan diminutas que pueden incluso alcanzar el torrente sanguíneo y causar desde malestar temporal hasta enfermedades pulmonares o cardíacas.

Las investigaciones sobre los efectos a largo plazo de los grandes incendios como este son todavía muy nuevas. Pero un creciente número de estudios indican que cuando se inhala este humo, estas pequeñas partículas pueden permanecer en el tejido pulmonar y ocasionar daños en el sistema inmunológico. El cuerpo trata de expulsar estos cuerpos extraños, pero las repercusiones de este o pueden durar años, ya que el cuerpo tenderá a reaccionar exageradamente cuando se produce alguna irritación pulmonar. Esto supone que incluso una exposición corta a este humo puede provocar asma, alergias y otros problemas respiratorios a lo largo de la vida.

La contaminación también puede exacerbar problemas del corazón e incluso propiciar un ataque. “El corazón y los pulmones están entrelazados, de forma que los problemas con los pulmones repercutirán en el corazón”, señaló al diario The New York Times el doctor Len Horovitz, especialista en problemas del corazón en el Lenox Hill Hospital en Manhattan.

"La gente en California lleva mascarillas para bloquear el aire lleno de humo. Esta es mi mascarilla", dice este de Twitter.

No todas las personas se ven afectadas de la misma manera por el humo. La edad, el estado de salud y tiempo de exposición juegan un papel importante. Pacientes con problemas respiratorios o coronarios, adultos mayores, fumadores y niños están en mayor riesgo de sufrir secuelas. Para la gente en buen estado de salud, la exposición al humo puede ser solo una incomodidad transitoria que causa picor de ojos y garganta irritada. Pero los médicos están preocupados ante la posibilidad de que los fuegos puedan suponer un peligro de salud pública, ya que la temporada de incendios se extiende mucho más allá de lo habitual (de junio a septiembre).

Un estudio extenso elaborado tras la temporada de incendios de 2015 en el norte de California mostró que la exposición al humo supuso un incremento en el uso de los servicios de emergencia hospitalarios entre los adultos de todas las edades, pero en especial entre aquellos de 65 o más años. Esa investigación encontró que durante los periodos en los que el humo era más denso, se produjeron más visitas por ataques al corazón e infecciones respiratorias.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades señalan que el humo de los incendios forestales es una mezcla de gases como monóxido de carbono u otros químicos y partículas finas que provienen de árboles y otras plantas.

La mayor amenaza para la salud proviene de las diminutas partículas conocidas como PM 2.5, que pueden viajar hasta los pulmones e incluso entrar al torrente sanguíneo. La exposición a altos niveles de estas partículas pueden derivar en una bronquitis o una neumonía, un descenso de la capacidad pulmonar y una incremento de la mortalidad por cáncer de pulmón y enfermedad del corazón, según el Departamento de Salud de Nueva York.

¿Cómo protegerte?

  • Revisa a diario los reportes de calidad de aire en este link. La Agencia de Protección Ambiental de EEUU (EPA, por sus siglas en inglés) también recomienda que uses el sentido común: si hay humo afuera, probablemente lo mejor es que no salgas de casa.
  • Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades aconsejan no estar al aire libre y mantener las ventanas y puertas cerradas.
  • Si tienes aire acondicionado, asegúrate de que la función que permite extraer aire del exterior esté apagada.
  • No uses la hornilla ni la aspiradora dentro de casa. Tampoco fumes.
  • Comprar un purificador de aire con un filtro HEPA es una buena idea para limpiar el aire dentro de casa.
  • Si piensas salir, ten en cuenta que cubrirte la boca con una bufanda o con una máscara médica no te protegerán de inhalar las peligrosas partículas PM 2.5. Lo que sí puedes adquirir es un respirador especial que contenga la nomenclatura NIOSH N95 o P100 en la etiqueta. El problema es que estas máscaras no vienen en tallas infantiles y no son nada cómodas.
  • Si sufres de asma o problemas respiratorios consulta de inmediato a tu médico.
  • Si estuviste en el exterior cámbiate la ropa y date un baño apenas llegues a casa.

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