En pocas horas Idalia pasó de huracán categoría 1 a categoría 4: ¿por qué pasa esto?
La tormenta Idalia, que se formó en el mar Caribe, tuvo un rápido fortalecimiento mientras avanzaba hacia Florida. En pocas horas, Idalia pasó de ser un huracán categoría 1 a un huracán categoría 4 (de al menos 75 mph a 130 mph), superando los pronósticos iniciales. En 24 horas, la velocidad de sus vientos aumentó en 55 millas por hora y apenas vio un muy ligero debilitamiento antes de tocar tierra la mañana del miércoles cerca de Keaton Beach, en el Big Bend de Florida, como un categoría 3.
Tras entrar a tierra, Idalia comenzó a debilitarse rápidamente, hasta convertirse en una tormenta tropical. Horas después mantenía esa fuerza de tormenta, mientras seguía avanzando tierra adentro, hasta que salió al Atlántico esta mañana.
Históricamente las tormentas solían tardar días hasta convertirse en poderosos huracanes, pero expertos aseguran que el cambio climático está haciendo que estas rápidas intensificaciones sean más comunes. ¿Cómo ocurre este fenómeno que permite que haya un cambio acelerado en la intensidad de las tormentas?
El fenómeno de la 'rápida intensificación' de los huracanes
Como su nombre lo indica, por 'rápida intensificación' se denomina al fenómeno en que los vientos de una tormenta se fortalecen en muy poco tiempo, como ocurrió con Idalia. Los científicos han acordado que este fenómeno ocurre cuando se produce un aumento de la velocidad de los vientos de al menos 35 millas por hora en 24 horas o menos.
Según los expertos, esto está ocurriendo cada vez más a menudo y sobre todo, cuando las tormentas se están acercando a tierra, por lo que es difícil de anticipar y las hace más peligrosas.
A pesar de que la rápida intensificación de Idalia fue calificada por algunos científicos como 'sorprendente', estos procesos eran esperados dadas las temperaturas océanicas récord que ha experimentado el golfo de México en los últimos meses.
Buena parte de las aguas del Golfo han estado a entre 2 y 4 grados Fahrenheit por encima de la media, y hasta 5 grados en zonas aisladas, lo cual es una gran fuente de energía para los huracanes.
Además de las altas temperaturas del agua, otros dos factores pueden influir en la rápida intensificación de las tormentas, como que en los niveles superiores haya vientos más débiles o que haya mucha humedad en la atmósfera.
En una sesión informativa el miércoles en la Casa Blanca, Deanne Criswell, a de FEMA, explicó que en los últimos años los huracanes se están intensificando muy rápidamente dadas las altas temperaturas del océano y que eso dificulta la respuesta a la emergencia.
"Estas tormentas se están intensificando tan rápido que nuestros funcionarios locales de manejo de emergencias tienen menos tiempo para advertir, evacuar y poner a la gente a salvo", declaró Criswell.
¿Cómo influye la actividad humana en el fortalecimiento de los huracanes?
Las altas temperaturas oceánicas se están dando en gran medida por el cambio climático impulsado por la actividad humana, pero también por el fenómeno natural El Niño y otros eventos climáticos ocasionales.
Según la istración Nacional Océanica y Atmosférica, más del 90% del calentamiento global en los últimos 50 años se ha producido en los océanos.
El calentamiento global, que está influyendo directamente en la subida de las temperaturas en el planeta, está provocado por la acción humana, con las altas emisiones de carbono y los gases de efecto invernadero. El calor también está contribuyendo al derretimiento del hielo y por tanto, a la subida del nivel del mar, lo cual incide también en las catastróficos marejadas que también estamos viendo en huracanes como Idalia.
El Environmental Defense Fund cita a estudios que sugieren que en EEUU los huracanes más destructivos son ahora más frecuentes que hace 100 años.
¿Por qué los huracanes se debilitan al tocar tierra?
Pero del mismo modo en que ganan intensidad rápidamente y en pocas horas se convierten en grandes huracanes, las tormentas también suelen debilitarse rápidamente al tocar tierra.
Los huracanes obtienen su energía de las cálidas aguas y la humedad del océno. Cuando llega a la costa y choca con la tierra, esa fuente de energía se reduce y lo va haciendo cada vez más a medida que la tormenta avanza tierra adentro y se aleja del mar.
La fricción de tierra también hace que se reduzcan los vientos, al punto que la topografía del terreno por donde entra influye directamente. Si hay montañas o colinas esto puede interferir con la circulación del aire y por tanto, con la estructura de sus vientos, debilitándolo o incluso, desviando su trayectoria.
Además, el aire que hay sobre tierra suele ser más seco y frío que el del océano, y esto le roba humedad y temperatura a la tormenta, que necesita para mantener su fuerza.
Todos estos factores hacen que un huracán se debilite rápidamente al empezar a avanzar sobre tierra, como hizo Idalia, horas después pasó a ser una tormenta tropical. Sin embargo, estudios recientes muestran que ese patrón también podría estar cambiando.
Los huracanes ¿duran más tiempo ahora y se debilitan más lentamente?
Si bien Idalia se fortaleció muy rápido, también se debilitó bastante pronto, aunque logrando un gran impacto a su paso y convirtiéndose en el peor huracán que afecta a la región del Big Bend de Florida, al menos en las últimas décadas.
Menos de 24 horas después, Idalia había recorrido cientos de millas y finalmente salió al mar este jueves, cuando sigue afectando con marejadas e inundaciones la costa de Carolina del Norte y el límite con Carolina del Sur. A pesar de ello, Idalia sigue siendo una tormenta tropical y no se ha disipado. De hecho, se espera que los próximos días conserve su condición de tormenta tropical, mientras se mueve por un Atlántico también cada vez más cálido.
Un estudio de 2020 llamaba la atención sobre el hecho de que aunque rápidamente pierden esa acelerada intensidad que ganan en el mar, las tormentas están durando cada vez más tiempo tras tocar tierra, lo cual podría ser otro efecto del cambio climático.
El estudio, publicado en la revista Nature, realizó un análisis de los huracanes que impactaron en América del Norte entre 1967 y 2018 y concluyó que si bien hace 50 años los huracanes perdían un 75% de su fuerza durante el primer día tras tocar tierra, actualmente su fuerza suele decaer solo un 50% durante las primeras 24 horas tras tocar tierra.
El estudio concluye que las temperaturas más cálidas de la superficie del mar están provocando que la desintegración de las tormentas sea más lenta, ya que les permite transportar más humedad.