Patricia se disipó sin causar mayores daños

El presidente de México, Enrique Peña Nieto, recorrió el sábado la ciudad de Manzanillo, en el estado de Colima. Por la noche informó que "con base en la última información, se levanta la alerta preventiva" en esa entidad, así como en Jalisco y Nayarit, donde el viernes se esperaba ocurriera una tragedia cuando el huracán Patricia tocara tierra en la máxima categoría de la escala Saffir-Simpson.
El mandatario anunció así que el país comenzará la recuperación de las zonas afectadas.
Desde el viernes, Patricia ha disminuido su ferocidad y este sábado por la tarde registró vientos sostenidos de 30 millas por horas (45 kilómetros por hora).
Aunque el huracán se degeneró poco a poco, el Centro Nacional de Huracanes aseguró que continuarán las "fuertes lluvias" en el noreste de México y las zonas costeras de Texas, que ya registran inundaciones y cierre de carreteras hacia el norte del estado.
La Comisión Nacional de Agua de México (Conaguas) previó rachas de viento de hasta 55 km/h sobre Zacatecas, Nuevo León y Coahuila.
"Su circulación favorecerá potencial de lluvias intensas en Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas; muy fuertes en Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Michoacán, Colima, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, Guanajuato y San Luis Potosí; y lluvias fuertes en Chihuahua y Querétaro", informó el organismo en México.
En una conferencia de prensa, Gerardo Ruiz Esparza, ministro de Transporte y Comunicaciones, informó que los aeropuertos y las carreteras han sido reabiertas. Además, confirmó daños menores, pero no víctimas mortales; aseguró que ha habido cortes parciales de electricidad y que está en funcionamiento un puente aéreo para quienes deseen moverse de la zona afectada.
El ojo de este meteoro tocó tierra alrededor de las seis de la tarde del viernes, hora local, en las inmediaciones del poblado de Emiliano Zapata, en el estado de Jalisco.
Reportes de daños
En su balance inicial, autoridades locales y federales han señalado que Patricia ha causado daños materiales menores a lo esperado y no se han reportado ni muertos ni heridos en las poblaciones impactadas, principalmente los estados costeros de Jalisco, Nayarit y Colima.
A final de la noche del sábado, Peña Nieto informó que había entre 3,000 y 3,500 viviendas afectadas "parcialmente o totalmente", así como otras 3,500 hectáreas de zonas agrícolas afectadas, reseñaron medios locales.
La oficina nacional de Protección Civil y las autoridades de Jalisco y Colima reportaron derrumbes en carreteras e indicaron que grupos de todas las dependencias realizan recorridos para evaluar los daños, que incluyen también postes y árboles caídos.
El Gobierno de Jalisco informó también que el huracán dañó la mayor parte de la estructura de la unidad estatal de Protección Civil en el municipio de Cihuatlán.
Este viernes por la noche, las concurridas calles de Puerto Vallarta, el balneario de Jalisco, mostraron un aspecto fantasmal luego de que miles de turistas y habitantes de la zona fueron evacuados.
Sin embargo, la tarde del sábado los comercios comenzaron a reabrir sus puertas y las calles comenzaron a llenarse de gente.
Brandie Galle, una turista de Grants , Oregon, dijo que se había refugiado con otros visitantes en un salón de fiestas con ventanas protegidas en el Hard Rock Hotel de Puerto Vallarta. Dos horas después de que el huracán tocara tierra, y dado que la ciudad no había sufrido graves consecuencias de la tormenta, los trabajadores les dejaron salir para comer en un restaurante del hotel.
"Dijeron que parecía que la tormenta había golpeado más abajo", dijo. "Todo el mundo empieza a animarse un poco, pero sigue un poco en vilo esperando a ver qué pasa con la tormenta".
Algunos huéspedes desesperados por marcharse habían pagado antes 400 dólares a taxistas para que les llevaran 120 millas (200 km) hasta la ciudad interior de Guadalajara, dijo Galle.
En una banca del Malecón, Francisco Javier Quintero respira ya tranquilo luego de una noche de angustia, mientras envía por teléfono fotos a sus amigos para mostrarles que el sitio está intacto.
"Ya pasó lo peor, ahorita nada más se sienten los remanentes del huracán; el mar está un poco agitado", dice Quintero, un comerciante de unos 60 años que envió a su familia a casa de su hermana, en una zona elevada de Vallarta, mientras él se quedó para resguardar su casa por miedo a posibles robos.
"Tal vez se exageró (la advertencia de que Patricia era potencialmente catastrófica), pero mejor así, prevenirnos", añade Rubén Fregoso, amigo de Quintero y dueño de un restaurante que esta mañana reabrió sus puertas.
Los Sokol, una familia de cinco de un suburbio de Detroit, tenían previsto salir en avión de Puerto Vallarta el viernes, pero terminaron pasando varias horas en un refugio en una universidad tras la cancelación de su vuelo. Cuando llegó la noche estaban donde empezaron: en su hotel, e ilesos.
"Es increíble cómo pasó de ser la peor de la historia a sólo algo de lluvia intensa", comentó Susanna Sokol, señalando que al menos el huracán había dado a su hija un cumpleaños para recordar.
"Durante un rato fue bastante estresante", dijo Tom Sokol. "Me sentí culpable por traer a mis hijos aquí".
Por su ubicación geográfica, México es susceptible de ser golpeado entre mayo y noviembre por huracanes tanto en su costa del Pacífico como del Atlántico.
En 2013, mientras el huracán Manuel golpeaba por el Pacífico, la zona del Atlántico era azotada por el ciclón Ingrid, dejando ambos fenómenos 157 muertos y al menos 1,7 millones de damnificados.