"Sus muñecas atadas con un cinturón y su espalda con moretones": la historia del policía que rescató a un niño de graves abusos y lo adoptó

Este es el oficial de policía con el que todos quisiéramos toparnos cuando tenemos dificultades. Nos referimos a Jody Thompson, un policía de Oklahoma que adoptó al niño víctima de graves abusos que había rescatado en 2015. Meses después, también adoptó a la hermana recién nacida. Y la historia no acaba aquí.
Todo comenzó en 2015, cuando Thompson acababa de dejar a su compañero de rondas en el aparcamiento del departamento de policía de Poteau, en Oklahoma. Aunque no estaba de servicio, atendió a un mensaje de radio relacionado con un caso de abuso de menores, dado que tenía experiencia en este tipo de delitos. Cuando llegó se encontró con un niño extremadamente delgado (pesaba 61 libras), llamado John, con moratones por todo el cuerpo y aterido de frío; el pequeño había estado maniatado y sumergido en un barreño de agua fría.
“No había un solo lugar de su cuerpo sin un moretón o una quemadura. Lo peor que había visto nunca”, dijo Thompson, que decidió compartir su historia recientemente para ayudar a otras víctimas de abusos. Él y sus compañeros llevaron al crío, que entonces tenía ocho años, al hospital.
A partir de aquí, el comportamiento de Thompson -hasta el momento un funcionario haciendo correctamente su trabajo- se convirtió en extraordinario. El policía, que la semana pasada recibió una distinción honorífica, pasó la noche al lado del pequeño internado en el hospital. A la mañana siguiente, ó a los servicios sociales de Oklahoma para solicitar su acogida. En unos días, el pequeño ya formaba parte de su hogar. “Cuando le vi en aquella casa, temblando, empapado y confundido, supe que la única manera de asegurarme de que iba a estar bien era si se quedaba conmigo”, señaló el policía.
La historia de Thompson, que ya tenía dos hijos de 15 y 8 años, no termina aquí. Solo dos días después de que el pequeño John aterrizase en su nuevo domicilio, la esposa del policía anunció que estaba embarazada de su tercer hijo. Y todavía más: al poco tiempo, los servicios sociales llamaron al hogar de los Thompson para preguntarles si deseaban acoger a la hermana recién nacida de John, llamada Paizly y nacida en prisión. La recogieron del hospital al día siguiente, cuando solo tenía un día.
Los padres de John, que cumplían sendas penas en prisión, habían renunciado a la patria potestad de su hijo, pero hicieron lo mismo con la bebé. Se inició entonces un juicio que concluyó en febrero a favor del policía, que adoptó formalmente a la pequeña Paizley, el quinto miembro de la familia.
“El ejemplo de amor y compasión que ha mostrado es algo que todos deberíamos seguir”, dijo el jefe de policía de Poteau, Stephen Fruenr. “Todos decimos que haríamos lo mismo en esa situación. Pero hacerlo de verdad, esto da una idea del hombre que es”. Y tanto.
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