Estos pequeños resultaron heridos en un hospital de campaña durante un bombardeo a una zona controlada por los rebeldes en Alepo el 18 de noviembre de 2016. En 2012 comenzaron los enfrentamientos entre rebeldes y el gobierno por el control de la segunda ciudad más grande de Siria. Crédito: Abdalrhman Ismail /Reuters
Un bebé muerto, un niño herido y otras víctimas en el distrito de Maadi, en el este de Alepo, luego de un ataque del gobierno Sirio el 27 de agosto de 2016. Un informe de Amnistía Internacional explica que "las fuerzas del gobierno efectuaron ataques indiscriminados y ataques directos contra civiles, como bombardeos de zonas residenciales e instalaciones médicas civiles, con artillería, morteros, bombas de barril y, según informes, agentes químicos, y perpetraron homicidios ilegítimos de civiles. También impusieron asedios prolongados, que cercaron a la población civil y la privaron de alimentos, atención médica y otros servicios básicos". Crédito: AMEER ALHALBI/Getty Images
Un grupo de civiles sirios sacan a un niño de los escombros de un edificio bombardeado en la zona de Al-Kalasa, vecindario controlado por los rebeldes en abril de 2016. Sobre los rebeldes, el informe de Amnistía Internacional explica que “el grupo armado Estado Islámico impuso asedios en zonas civiles controladas por el gobierno; efectuó ataques directos contra civiles, así como atentados suicidas con bomba, presuntos ataques con armas químicas y bombardeos de zonas civiles, y perpetró numerosos homicidios, en muchos casos de personas cautivas”.
Crédito: AMEER ALHALBI/Getty Images
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Un niño sirio llora junto al cuerpo de un familiar que murió en un bombardeo a una zona rebelde al norte de Alepo, el 27 de abril de 2016. Tanto el bando rebelde como el gubernamental han sido acusados de ataques mortales contra civiles, infraestructura civil, hospitales, escuelas o equipos de rescate. Crédito: KARAM AL-MASRI/Getty Images
Varias familias huyen de Alepo hacia Turquía luego de una ofensiva del gobierno apoyada por Rusia el 6 de febrero de 2016. A finales de octubre, Rusia y Siria abrieron corredores para permitir salir a la población civil residente en los barrios en conflicto. Crédito: BULENT KILIC/Getty Images
Un grupo de niños regresa junto a su familia a examinar el estado de sus casas luego de un bombardeo en la zona controlada por el gobierno de la ciudad el 4 de diciembre de 2016. En julio de este año el gobierno había recuperado gran parte de la ciudad y se estimaba que en la zona controlada por el gobierno era habitada por un millón y medio de personas, mientras que el área rebelde solo era habitada por 300,000. Crédito: Omar Sanadiki/Reuters
La organización Defensa Civil de Siria rescata a un niño de los escombros de un edificio atacado por las fuerzas del gobierno el 30 de mayo de 2016. Según la ONU, al concluir 2015, el conflicto había causado 250,000 muertes, y había 7,6 millones de personas desplazadas internamente y 4,6 millones refugiadas en otros países.
Crédito: AMEER ALHALBI/Gertty Images
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Un grupo de niños sirios juega en la calle con armas de juguete en una zona controlada por los rebeldes en el norte de Alepo, el 7 de junio de 2016. Amnistía Internacional advierte que tanto Rusia como Estados Unidos han hecho ataques aéreos contra los rebeldes en los que han sido afectado miles de civiles. Crédito: AMEER ALHALBI/Getty Images
Un ataque del gobierno Sirio sobre Maadi, en el este de Alepo, el 27 de agosto de 2016. Al menos 15 civiles murieron cuando dos bombas cayeron con algunos minutos de diferencia cerca de donde algunas personas recibían condolencias por los muertos esa semana. Crédito: AMEER ALHALBI/Getty Images