Exagente del FBI Charles McGonigal es sentenciado a más de 4 años de prisión por lavar dinero y trabajar para oligarca ruso
Un exagente del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) fue condenado este jueves a más de cuatro años en prisión por ayudar a un oligarca ruso a investigar a uno de sus enemigos, además de lavar dinero.
Charles McGonigal, de 55 años, fue sentenciado a 50 meses de prisión en una corte federal de Manhattan por la jueza Jennifer H. Rearden, quien dijo que perjudicó la seguridad nacional al burlar repetidamente las sanciones destinadas a ejercer presión económica sobre Rusia.
McGonigal, retirado desde 2018, también le fue impuesta una multa de $40,000. Rearden ordenó su ingreso en prisió para el 26 de febrero de 2024.
La jueza impuso la sentencia después de que el fiscal describiera el crimen de McGonigal como un codicioso afán para obtener más dinero.
De acuerdo con el fiscal, el exagente aprovechó los conocimientos que adquirió en su carrera en el FBI para ayudar a un conocido oligarca ruso, el multimillonario Oleg Deripaska.
McGonigal fue agente especial a cargo de la división de contrainteligencia del FBI en Nueva York de 2016 a 2018. Supervisó investigaciones sobre oligarcas rusos, incluido Deripaska, quien fue sometido a sanciones estadounidenses en 2018 por motivos relacionados con la ocupación rusa de Crimea.
El industrial ruso sobornó a McGonigal para que este lo ayudara a salir de la lista de sancionados.
Tras ser detenido en enero, el exagente del FBI se había declarado inicialmente inocente, pero después cambió su declaración.
En agosto, itió su culpabilidad en un único cargo de conspiración para lavar dinero y violar sanciones estadounidenses. McGonigal declaró ante el juez que aceptó más de $17,000 para ayudar a Deripaska a recopilar información despectiva sobre otro oligarca ruso que era competidor suyo en los negocios.
McGonigal dijo que Deripaska canalizó el pago de $17,500 que recibió a través de un banco en Chipre y una corporación en Nueva Jersey antes de que fuera transferido a su cuenta bancaria.
Además, según arrojó la investigación del caso, tanto McGonigal como Deripaska estaban en negociaciones junto con otros conspiradores para recibir una comisión de entre $650,000 y 3 millones de dólares por buscar archivos electrónicos que revelaran activos ocultos por valor de 500 millones de dólares pertenecientes a un enemigo de Deripaska.
Un delito por codicia
Durante su carrera en la división de contrainteligencia en el FBI, McGonigal obtuvo grandes logros, por lo cual el abogado defensor Seth DuCharme pidió que se le diera una sentencia sin encarcelamiento.
El abogado resaltó el trabajo de McGonigal después de los ataques terroristas del 11 de septiembre y su investigación de dos atentados terroristas mortales en embajadas de EEUU en África en 1998.
Pero el fiscal adjunto Hagan Scotten abogó por una pena máxima de cinco años, diciendo al juez que McGonigal ganaba más de $200,000 al año antes de jubilarse del FBI y que obtenía más de $850,000 dólares al año en el sector privado como jefe de seguridad global de una importante empresa internacional cuando cometió su delito.
"La pobreza no motivó este delito, señoría. Fue la codicia", dijo.
En un comunicado, el fiscal federal Damian Williams dijo que la sentencia de McGonigal era una prueba de que cualquiera que viole las sanciones de EEUU "pagará una dura pena".
"Charles McGonigal violó la confianza que su país depositó en él al utilizar su puesto de alto nivel en el FBI para preparar su futuro en los negocios. Una vez que dejó el servicio público, puso en peligro nuestra seguridad nacional prestando servicios a Oleg Deripaska, un magnate ruso que actúa como agente de Vladimir Putin".
El exagente “profundamente arrepentido de sus actos”
McGonigal, que vive en Manhattan, fue acusado por separado en un tribunal federal de Washington DC de ocultar al menos $225,000 en efectivo que supuestamente recibió de un antiguo funcionario de inteligencia albanés mientras trabajaba para el FBI. Su sentencia se dictará el 16 de febrero.
Cuando se le dio la oportunidad de hablar, McGonigal dijo al juez con voz temblorosa que tenía un "profundo sentimiento de remordimiento" y que lamentaba sus actos.
"Reconozco más que nunca que he traicionado la confianza de mis allegados", dijo. "Durante el resto de mi vida, lucharé por recuperar esa confianza".
Mira también: