Empleado de la limpieza destruyó 20 años de investigación científica
Una compañía de limpieza fue demandada por más de un millón de dólares después de que uno de sus empleados apagó el congelador de un laboratorio, dañando el producto de más de 20 años de investigación científica en una universidad politécnica en el estado de Nueva York.
El Instituto Politécnico Rensselaer de la ciudad de Troy interpuso una demanda civil contra Daigle Cleaning Systems, empleador de la persona de mantenimiento que apagó el congelador después de repetidas "alarmas molestas".
La pérdida de una investigación científica potencialmente innovadora
El empleado Joseph Harrington fue asignado entre agosto y noviembre de 2020 para la limpieza del laboratorio Cogswell de Rensselaer, el edificio que alberga el congelador.
En ese laboratorio, la profesora K.V. Lakshmi llevaba a cabo una investigación que según la demanda "tenía el potencial de ser innovadora" y había sido financiada en su totalidad por la universidad.
La demanda alega que el congelador guardaba varios cultivos celulares y muestras biológicas que debían ser almacenadas a una temperatura de -112 grados Fahrenheit y que una fluctuación de solo tres grados podría causar "daños catastróficos".
El congelador está equipado con un sensor que hace que se dispare una alarma si la temperatura sube a -108 grados o bajaba de -115.6 grados, que fue lo que ocurrió el 14 de septiembre de 2020 cuando la temperatura del congelador subió a -108.4 grados.
Después del incidente la profesora Lakshmi determinó que el producto de su investigación aún estaba ileso y ó al fabricante del congelador para programar un servicio de emergencia para regular la temperatura del aparato y hacer que dejara de sonar la alarma.
Sin embargo, las restricciones para evitar la propagación del covid-19 aún vigentes en ese momento, hicieron imposible prestar servicio al congelador hasta septiembre de 2022.
Las “alarmas molestas” llevaron al empleado a tratar de ayudar
Como resultado, la alarma se disparaba constantemente, por lo que a fin de evitar que alguien desconectara el congelador para silenciarla, se colocó un aviso en su puerta que decía: "Este congelador está pitando ya que está en reparación. Por favor no lo mueva ni lo desconecte. No se requiere limpieza en esta área, puede presionar el botón silenciar alarma/prueba durante 5-10 segundos si desea silenciar el sonido".
Sin embargo, tres días más tarde Harrington estaba limpiando cerca del laboratorio cuando escuchó lo que posteriormente describió como "alarmas molestas", al relatar el incidente a funcionarios de la universidad.
En un esfuerzo por ayudar, el empleado accionó los interruptores que proporcionan electricidad al congelador, dejándolos en posición de “apagado” creyendo que los estaba dejando encendidos al "leer erróneamente el de control".
Al día siguiente, los estudiantes de la profesora Lakshmi encontraron el congelador apagado, y aunque intentaron preservar la investigación, "la mayoría de los especímenes se vieron comprometidos, destruidos y se volvieron insalvables, destruyendo más de veinte años de investigación", según alega la demanda.
Los daños causados por la acción de Harrington fueron estimados por la universidad en cerca de un millón de dólares.
Aunque el Instituto Politécnico Rensselaer no cree que Harrington actuó intencional o maliciosamente, la universidad cree que la compañía de limpieza es responsable por la pérdida del material así como por daños y perjuicios, porque no capacitó ni supervisó debidamente a su empleado.