"La casa voló por los aires": la crisis mortal que afronta Nueva York por incendios de bicicletas eléctricas
A Migdalia Torres se le “apretó el cuerpo” cuando se topó en la prensa local con las fotos de un apartamento del Bronx (Nueva York) calcinado y devorado por el fuego. Las secuelas del incendio quedaban plasmadas en las fotografías que evidenciaban cómo las llamas habían escalado por las paredes y habían llegado al techo. Esa casa era el hogar del padre de sus tres hijos. Un piso que ella conocía, había pasado allí muchos días visitando a la abuela de sus pequeños. En ese mismo domicilio, su expareja, Hiram Echevarría, 40 años, falleció el pasado 3 de diciembre por un incendio causado por una batería de iones de litio.
Según relata Torres a Univision Noticias, Echevarría no murió por las quemaduras, sino intoxicado a causa del humo que se produjo en el siniestro. En la investigación realizada tras el suceso, las pesquisas del Departamento de Bomberos de Nueva York (FDNY) han concluido que en el principal del piso de Echevarría había un dispositivo de movilidad. Seguramente, una bicicleta eléctrica, tal y como confirma esta mujer. “Lo estaba cargando en frente de la puerta y no tuvo salida”, añade.
Echevarría, nacido en Puerto Rico y criado en el Bronx, utilizaba este vehículo para desplazarse por la ciudad y, en algunas ocasiones, también era un elemento de trabajo, lo utilizaba para realizar repartos de comida, según explica su expareja. Este padre de tres hijos – de catorce, nueve y tres años– es la última víctima mortal de los incendios producidos por baterías de litio en la ciudad de Nueva York. En este siniestro, también se registraron trece heridos, según publicó New York Daily News.
Estos fuegos se han convertido en una pesadilla para el equipo de bomberos de la ciudad. Si en 2019 actuaron en 30 incendios de este tipo, en 2023 han registrado 253, según el registro oficial realizado a principios de diciembre por el equipo de Eric Adams, alcalde de Nueva York. Las baterías que provocan estos incendios se utilizan como fuente de energía en vehículos eléctricos como bicicletas, patinetes y monopatines.
18 fallecidos en 2023
Ante la tendencia al alza de estos sucesos, la comisionada del departamento de bomberos de Nueva York, Laura Kavanagh, considera que la ciudad se encuentra en un “punto crítico”. El balance de 2023 es letal, 18 personas han muerto en uno de estos fuegos y 133 han resultado heridas. De esta forma, este año va a terminar con la cifra más elevada de fallecidos de los últimos años, ya que hasta 2022 estos incidentes se habían saldado con una media anual aproximada de tres muertos y 66 heridos, según las cifras facilitadas por el Ayuntamiento de Nueva York.
Los incendios son producidos por baterías de litio defectuosas, que no cumplen los estándares de seguridad, que se cargan de forma inadecuada o a las que no se presta atención mientras están enchufadas, por ejemplo, al dejarlas conectados toda la noche.
Este tipo de fuegos son muy peculiares: son muy explosivos, se propagan rápidamente, provocan humos nocivos y son difíciles de extinguir, tal y como apuntan en las campañas educativas realizadas por el Consistorio.
Más allá de las consecuencias materiales, los siniestros con víctimas mortales se llevan por delante la cotidianidad y la felicidad de las familias afectadas. Este impacto se hace palpable en el día a día de Alfonso Villa y Marilú Torres. Esta pareja perdió a su hija Stephanie, de ocho años, en un incendio que se desató en su casa de Queens. "Estábamos durmiendo. Cuando nos despertamos el fuego estaba por todas partes”, explicó el padre de la menor a ABC7.
A las 7:30 am del sábado 17 de septiembre de 2022 estalló la batería del patinete eléctrico que Villa se acababa de comprar. Él consiguió salir con vida del siniestro. Su hija, no. Stephanie falleció intoxicada por el humo, según informó The New York Times.
La familia Villa Torres no es la única que ha tenido que hacer frente a la tragedia de perder un hijo menor de edad en un incendio de este tipo. En Harlem, la pequeña Erica Williams falleció con tan solo cinco años. La pareja de su padre, una mujer de 36 años, es otra de las víctimas de este suceso que ocurrió en agosto de 2022, tal y como recoge el mismo medio de comunicación.
“¿Por qué a ella?”, se pregunta Reina Blanco muy frecuentemente, sin obtener ninguna respuesta. Su hija, Maryuri Beneditt, 29 años, es una de las 18 fallecidas este año por estos accidentes. Ante la incapacidad de encontrar una razón, se encomienda a la fé. “Yo no puedo cuestionar a Dios, si esa es su voluntad”, cuenta en una entrevista con Univision Noticias en la cocina de su casa en el Bronx.
Maryuri Beneditt, 29 años y madre de tres hijos
En algunos momentos, sus respuestas se pierden entre los gritos y el bullicio de la hija más pequeña de Beneditt. Con poco más de un año es un terremoto que se mueve de un lado a otro de la habitación, sin prestar mucha atención a su abuela. Sin embargo, de vez en cuando se acerca, mira alguna de las fotos que ha sacado Blanco y vocaliza “mama” al ver la cara de su madre.
Beneditt tenía dos hijos más. Llegó a Estados Unidos en 2014 procedente de Honduras. Al igual que sus hermanas y su madre, se hizo un hueco en el mercado laboral de Nueva York cuidando a ancianos. Blanco rememora la última conversación que tuvieron el sábado 6 de mayo por teléfono. Al día siguiente su hija se fue a trabajar y nunca más volvió a casa.
Entre el shock y el impacto del suceso, esta mujer no recuerda con claridad lo que le dijeron en aquella llamada en la que le dieron la mala noticia. Solo se acuerda que le hablaron de “un accidente” y “una bicicleta”. Un incendio provocado por una batería de iones de litio se desató en el piso de la señora de la que se ocupaba y allí fue hallada inconsciente, según publicó NBC.
No murió en el acto, estuvo varias horas ingresada e intubada en un hospital. “No esperaba ver lo que me encontré. Pensé que mi hija se iba a levantar de la cama”, explica Reina. Sin embargo, no fue así. Los médicos no consiguieron que se recuperase y esta joven falleció el 8 de mayo. No fue la única víctima de este siniestro, tres personas más murieron por este mismo incendio, incluida la señora que cuidaba Beneditt y el propietario de la bicicleta que inició las llamadas, tal y como informó New York Daily News. Semanas después los investigadores explicaron a la madre de esta joven que “su hija se había quedado atrapada” en el siniestro.
Este tipo de incendios, asevera el Ayuntamiento de Nueva York, afecta “de forma más desproporcionada a los neoyorquinos con bajos ingresos, incluidos los repartidores que dependen de estos dispositivos para su subsistencia”. Barrios como Corona, Washington Heights, el sur del Bronx y el este de Nueva York han sufrido de forma mucho más recurrente sus consecuencias, según detalla el plan de acción de micromovilidad eléctrica de Nueva York, titulado ‘Charge Safe, Ride Safe’, que se publicó en marzo de 2023.
Ante el aumento de incendios y de muertes, la ciudad ha actuado y ha comenzado a legislar para evitar que circulen por sus calles vehículos inseguros. En septiembre entró en vigor una ley que prohibe la venta o el alquiler de vehículos eléctricos y de baterías que cuentan con la certificación requerida.
Las baterías que cuentan con la aprobación del equipo de bomberos municipal tienen una denominación particular, la marca "Underwriters Laboratories (UL)”. De esta manera, se garantiza que “el producto fue sometido a pruebas de seguridad”. Se debe evitar, además, utilizar dispositivos de carga "dañados", así como enchufarlos bloqueando puertas o ventanas.
Los más afectados, la población de "bajos ingresos"
Los vehículos de movilidad eléctrica irrumpieron “siginificativamente” en Nueva York durante la pandemia, detalla la estrategia de movilidad. Tras la expansión del virus, y con una interacción social muy reducida, el estado y la ciudad legalizaron las bicicletas y los monopatines eléctricos. Estos vehículos se han convertido en la principal herramienta de trabajo de los más de 60,000 repartidores de comida –según las cifras que publica el Ayuntamiento en su web– que trabajan en la ciudad.
“El transporte en bicicleta eléctrica es vital para el neoyorquino, especialmente si es migrante, trabajador y si vive en un lugar donde no hay al transporte público”, asevera Ligia Guallpa, directora ejecutiva de la organización Worker's Justice Project (WJP) a Univision Noticias.
Desde esta organización, reivindican que se instale “una infraestructura” pública de cargas eléctricas para evitar que los s de estos vehículos metan las baterías a sus casas. Con este objetivo, el Ayuntamiento se ha comprometido a poner en marcha a principios de 2024 un parking público con los enchufes necesarios para un grupo concreto de repartidores.
Además, Guallpa recuerda que es necesario que existan programas formativos que expliquen por qué es importante adquirir baterías seguras. "No todas las baterías de litio son peligrosas", indica.
En esta línea, considera que son necesarias campañas que detallen las conductas que sí que generan riesgos como cargar estos dispositivos "en outlets que no tienen capacidad” o potencia necesaria y dejarlas enchufadas “toda la noche”. Alerta además de la necesidad de invertir en un buen equipo y evitar baterías baratas y antiguas.
Echevarría era consciente de las precauciones que tenía que tener con este tipo de vehículos eléctricos, de acuerdo al relato de su expareja. “Cuando vivía conmigo ponía una alarma para [saber] cuándo cargar la batería y [cuándo] quitarla”, explica Torres. Desde hace tres años este puertoriqueño se desplazaba con este modelo de bicicletas. La utilizaba sobre todo para moverse de parque en parque. Ese era uno de sus trabajos, formaba parte del equipo de limpieza de los espacios verdes del Bronx.
“Uno se acomoda y se le olvida que la vida es corta”, reflexiona Torres, poco más de dos semanas después de que el padre de sus tres hijos haya fallecido. A pesar de que ya no estuviesen juntos, esta mujer destaca que su expareja era “un padre bueno” que “estaba muy apegado a sus hijos”. No solo eso, pide a sus allegados y a la prensa que Echevarría sea recordado como “un artista”, una persona creativa que realizaba “dibujos y arte con las manos”.
Tras el shock inicial de la muerte inesperada y totalmente accidental, esta mujer que también reside en el Bronx considera que, a partir de ahora, ella y su familia tienen “que averiguar cómo empezar una vida nueva”.
Es habitual que los incendios provocados por estas baterías sean bastante aparatosos. La ferocidad de estas llamas se debe a la cantidad de “energía que hay almacenada en los materiales que están dentro de la batería”, indica a Univision Noticias Nitash P. Balsara, profesor de Electroquímica en la Universidad de California, Berkeley.
"Se necesitan productos químicos especializados para apagar estos incendios"
En estas pilas hay dos componentes que contribuyen a que “los incendios de baterías de litio sean más fuertes que los de coches de gasolina”: “el electrolito líquido” y el “óxido de cobalto de litio”, explica el docente académico. De esta forma, añade el entrevistado, “el metal de litio estalla espontáneamente en llamas cuando entra en o con el agua”. Por esta razón, “se necesitan productos químicos especializados para apagar estos incendios con seguridad”.
Las consecuencias de un fuego de este tipo todavía se observan en la casa en la que falleció Modesto Collado, 63 años. Él fue la primera víctima mortal de estos incendios en 2023. El siniestro que acabó con su vida se originó en un apartamento del primer piso de la calle 89 de Queens, según recogen los reportes en medios, que detallan que las llamas de color naranja envolvieron las tres plantas de la vivienda
Su hermana, Mary Paniagua reseña a Univision Noticias que durante el incendio “la casa voló por los aires”. Pasados los meses, el edificio continúa cerrado debido a los destrozos sufridos, siempre según su relato.
Preguntados por las conclusiones finales de las investigación de los incendios que terminaron con la vida de Collado, Echevarría y Beneditt, el equipo de bomberos de la ciudad asegura que "los daños en las bicicletas" y en las baterías "son tan importantes que resulta difícil determinar la causa exacta" del fuego.
El pasado jueves, Beneditt hubiese cumplido 30 años. Su progenitora reconoce que no ha superado todavía su fallecimiento y teme el momento en el que sus nietos comiencen a hacer preguntar para indagar y conocer la causa de la muerte de su madre. Esta mujer quiere el accidente sufrido por su hija no quede impune y señala a los fabricantes de las baterías: “Han quitado muchas vidas”.