Si tus finanzas te preocupan demasiado, estos consejos pueden ayudarte a gestionar las dificultades
Las familias estadounidenses tienen dificultades para pagar sus facturas.
El costo de los alimentos se disparó más de un 23% entre 2020 y 2024. Otras subidas de precios, especialmente pronunciadas en vehículos, seguros, cuidado infantil y vivienda, se producen cuando casi un 40% más de personas están atrasadas en los pagos de sus tarjetas de crédito que en 2022.
Ahora, la incertidumbre derivada de los aranceles en que van y vienen, congelamientos masivos de programas financiados con fondos federales hace que cada vez más personas sean más pesimistas sobre la economía.
Como profesor adjunto de Trabajo Social, he descubierto a través de mi investigación que las diferencias en como las personas viven, se comportan y sienten respecto a sus finanzas personales tienen un impacto tan grande como su edad y género en ciertas decisiones financieras. Y esas decisiones, a su vez, pueden afectar sus ingresos y patrimonio en el futuro.
Los académicos como yo usamos el término "eficacia financiera" cuando evaluamos si alguien posee conocimientos de finanzas personales y la capacidad de aprovecharlos. Las personas con un alto nivel de eficacia financiera pueden ser más capaces de superar dificultades económicas y generar riqueza.
Aunque la situación de cada persona es única y los recursos individuales varían, existen cinco áreas generales que, según los expertos en finanzas personales, están vinculadas a buenos resultados financieros: regulación emocional, capacidad para resolver problemas, capacidad para alcanzar metas, confianza en uno mismo y gestión de riesgos.
Mantener la calma y seguir adelante
Mantener la calma ante una crisis financiera potencial, o real, suele facilitar la toma de decisiones importantes. Por el contrario, reaccionar por miedo suele conducir a errores o soluciones rápidas con costosas consecuencias a largo plazo. Por ejemplo, apresurarse para tratar de resolver un problema podría llevarte a solicitar un préstamo rápido con altas tasas de interés y comisiones.
Por eso debes evitar tomar decisiones financieras importantes apresuradamente. Esperar hasta que te sientas tranquilo, quizás dándote 24 horas para pensarlo, puede protegerte de empeorar una situación difícil. Pero no esperes demasiado: procrastinar puede generar cargos por pagos atrasados y agravar tus problemas.
Mantener tus emociones bajo control depende de tener buenas estrategias para enfrentar situaciones estresantes. Y tener hábitos saludables ayuda a manejar ese estrés.
2. Resolver los problemas con creatividad
Resolver problemas financieros es un ejercicio de improvisación. Esto incluye encontrar maneras creativas de aumentar tus ingresos a través de un nuevo empleo o pequeños trabajos y reducir tus gastos. O busca soluciones que te permitan ganar más tiempo, como negociar un plan de pago para una factura pendiente.
Esta perseverancia e ingenio a menudo requieren confiar en habilidades que ya has usado en el pasado. Y puede ser útil buscar el consejo de personas que sepas que han tomado buenas decisiones financieras anteriormente.
Si tienes dudas sobre cómo resolver un problema financiero, consulta con un asesor profesional o un trabajador social que pueda ayudarte a evaluar tu situación e identificar los siguientes pasos. Pero desconfía de los llamados finfluencers (influencers financieros) que son activos en redes sociales. En su lugar, aprende de los expertos que se centran en la protección del consumidor y la educación imparcial.
3. Establecer metas de gasto y darles seguimiento
Alcanzar metas puede ser una actividad a corto plazo, como resolver un problema inmediato, o un proceso a largo plazo. Significa tener un resultado claro en mente y ser capaz de saber cuándo se ha alcanzado una meta. Las metas más complejas pueden necesitar dividirse en varios hitos para mantener el rumbo.
Cuando tengas graves problemas financieros intenta controlar de cerca tus ingresos y gastos. Adapta tu presupuesto a lo que es importante para ti. Esto aumentará tu sensación de control sobre la situación.
Calcula todas tus deudas, incluyendo tarjetas de crédito, autos, préstamos estudiantiles, facturas médicas o de servicios públicos e hipotecas. Averigua cuánto debes y a quién, y elabora un plan para pagarlo. Y si esto te resulta abrumador, no te preocupes: una organización sin fines de lucro especializada en asesoría crediticia puede guiarte en el proceso.
Enumerar todas tus deudas en papel o en una hoja de cálculo ayuda a reducir la ansiedad y el miedo a lo desconocido. Tener un plan te ayuda a ver un camino real hacia un futuro financieramente más sólido. Luego, toma acción y comienza a pagarlas.
Una posibilidad es solicitar a los acreedores una extensión o un cronograma de pago modificado para una hipoteca o un préstamo de auto. Comunicarte con ellos desde el principio les demuestra que estás asumiendo la responsabilidad y será más probable que cooperen contigo.
Los estadounidenses ahora deben un promedio de $6,455 en deudas de tarjetas de crédito. Pagar la totalidad durante el período de gracia en lugar de más tarde, con intereses, puede resultar en una diferencia sustancial en lo que debes.
4. Ganar más confianza en ti mismo con la práctica
Siempre es más fácil tener confianza en que puedes lograr algo si lo has hecho antes. Así es como la confianza se fortalece sola. Pero, ¿qué pasa si te encuentras en una situación nueva?
Puede ser útil reflexionar sobre tu historia personal y darte cuenta de que ya has enfrentado desafíos en el pasado y que puedes volver a hacerlo. Esto te ayudará a mantener la calma, a pensar en soluciones y a ver que puedes alcanzar tus metas.
Mejorar tu confianza y tus habilidades para istrar tu dinero puede reducir tu ansiedad y estrés en el momento. Puede mostrarte las áreas de tu vida financiera que puedes controlar e iluminar el camino hacia un futuro financiero más saludable.
5. Planificar con anticipación reduce tus riesgos
Incluso si tus finanzas están bien hoy, es aconsejable que planifiques con anticipación. Es importante identificar tus propias redes de seguridad informales antes de necesitarlas.
Supongamos que tuvieras que pagar una factura inesperada de $400. ¿Cómo lo manejarías? ¿Llamarías a un amigo o familiar? ¿Tendrías esa cantidad ahorrada, lista para usar en caso de emergencia? ¿La cubrirías con tus ingresos?
Según la Reserva Federal, solo el 63% de los estadounidenses podría cubrir un impacto financiero de $400 con el efectivo que tienen disponible. Al reservar regularmente parte del dinero que ganas, puedes gestionar mejor tus riesgos y, al mismo tiempo, desarrollar las habilidades necesarias para alcanzar metas más ambiciosas.
Gestionar tus propios riesgos financieros significa hacer todo lo posible para evitar que una situación difícil empeore. También significa que podrías prevenir una catástrofe en el futuro o afrontarla mejor.
Tener pólizas de seguro, como de vida y discapacidad, de vivienda o de inquilinos, de salud y de automóvil, forma parte de esto. Pero también lo es mantener suficientes ahorros para cubrir una emergencia o tener múltiples fuentes de ingresos.
Las medidas que tomes también pueden incluir algo menos tangible, como cuidar tu salud o cuidar tus relaciones con amigos y familiares para poder recurrir a ellos en momentos realmente difíciles. O mejor aún, que ellos puedan recurrir a ti.
* Jeffrey Anvari-Clark es profesor de Trabajo Social en la Universidad de Dakota del Norte.
Este artículo fue publicado inicialmente en The Conversation. Puedes leer en inglés el original.
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