Reinician operaciones del ducto afectado por un ciberataque que llevó a una escasez de gasolina
La empresa Colonial Pipeline dijo este miércoles que comenzó a restablecer las operaciones en su ducto que abastece con gasolina a buena parte del sureste de Estados Unidos, tras una reducción de los suministros y un alza en el precio de ese combustible.
La compañía aclaró que tomará varios días para que la gasolina comience a fluir de forma habitual hacia los estados a los que llega ese ducto, que transporta cerca de 2.5 millones de barriles de gasolina y otros combustibles como diésel y combustible para aviación. El 45% de los combustibles que consume la Costa Este fluyen a través de esa red de tuberías, que es también la más grande de Estados Unidos.
La firma dijo que intentará transportar tantos combustibles como le sea posible de forma segura hacia los puntos afectados, que van desde las estaciones de servicio —donde el precio de la gasolina se disparó hacia los $3 el galón— hasta aeropuertos.
Colonial Pipeline fue afectada la semana pasada por un ciberataque que dejó al desnudo lo vulnerable que puede estar infraestructura crítica para el abastecimiento de energía del país. Fue un ataque tipo ransomware, en el que los hackers suelen encriptar información para bloquear el a los sistemas de cómputo, lo cual paraliza las redes, y luego exigen un cuantioso rescate para liberar la red.
Se desconoce si la compañía pagó para que sus sistemas fuesen 'liberados' por un grupo que se hace llamar DarkSide.
La preocupación por este cierre forzado del ducto se agudizó este miércoles cuando más y más estaciones de servicio se quedaron sin gasolina. En Carolina del Norte, el 65% de las gasolineras registraron desabastecimiento, mientras que en Georgia lo sufrieron el 45% de las estaciones, de acuerdo con un registro del analista petrolero Patrick De Haan de Gas Buddy.
Ello apuntaló los precios del combustible a un promedio nacional de $3 por galón, según la asociación AAA que lleva un registro diario, e hizo que los gobernadores de Carolina del Norte, Georgia, Virginia y Florida declararan un estado de emergencia para afrontar la escasez. Asimismo, en la mañana, el gobierno federal relajó algunas normas para que facilitar el transporte de combustibles por otras vías.
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