El poblano que colgaba los cuadros de Trump
“Atención, todos preparados… Gigi Seven, próximo a llegar”.
Cuando este mensaje se escuchaba en las radios portables de los trabajadores del club de golf de Trump en Westchester, Nueva York, el personal del lugar se entregaba a una frenética actividad de preparativos contra reloj.
A lo largo y ancho de las 140-acres del club del golf se escuchaba a los jefes dando órdenes para que las cuadrillas se pusieran a trabajar en su respectivo departamento dejando todo impecable.
Adela García, empleada indocumentada del club, era parte del equipo que respondía por los baños públicos.
“Vayan a limpiar bien los baños, revisen los baños, este que no huela feo, pongan olor, cepillen los toilett, el orinal, es lo que más nos mandaban a hacer cuando él llegaba”, recuerda García
En otro frente de trabajo, su esposo Gabriel Sedano debía asegurarse de que el tapete con el apellido de Trump a la entrada del club estuviera impecable y sin una sola arruga. Gabriel sabía que tarde o temprano, Gigi Seven lo llamaría para que le diera una mano en su pasatiempo favorito: colgar cuadros con su imagen.
Gigi Seven era el nombre clave de Donal Trump, propietario del club al norte de Nueva York. Sedano no sabe de dónde salió el código o qué significado tenía.
García y Sedano son dos de una treintena de exempleados de la organización Trump que fueron despedidos a comienzos de 2019 por no tener documentos legales de inmigración para trabajar. Ellos iten que trabajaron sin documentos, pero que sus supervisores lo sabían. La masacre laboral ocurrió luego de que Victorina Sanán, una empleada de otro club de Trump, denunció presuntos atropellos de una supervisora y reconoció que era indocumentada.
García y Sedano, quienes trabajaron para el Trump National Club de Westchester sostienen que comparten la desazón que les produce la ingratitud de un patrón por el que hicieron todo para mantenerlo contento a su paso por el club, y que al final terminó llamándolos ladrones, violadores y portadores de enfermedades.
“El sabía que nosotros éramos una mano de obra muy, muy buena... Los latinos o los hispanos para él o sea ¿cómo es posible que él pudiera expresarse tan mal de nosotros?”, se pregunta Sedano.
La pareja es quizás la última de una ola migratoria de familias de Puebla, México, que durante más de una década trabajaron sin papeles en este club, pasándose la voz los unos con los otros. Puebla se convirtió en prácticamente una maquila de mano de obra indocumentada del club de Westchester. Sedano dice que a él lo convenció un primo que trabajaba de cocinero en el club.
Sedano, de 42 años, laboró durante 14 años ininterrupidamente en mantenimiento. Durante ese tiempo desarrolló una especialidad al lado de Trump: colgar sus cuadros perfectamente bien alineados.
“Siempre llevaba cuadros. Muchos o la mayoría de ellos tenían su foto de él, sus campos de golf y él ahí parado junto a una bandera”, afirma Sedano. “Me tocó colgar cientos de cuadros en ese campo’’, agregó.
Los cuadros debían pasar una rigurosa inspección de limpieza y nivelación por parte de Trump, agrega el extrabajador.
“El llegaba y tocaba y si no se movía es que estaba bien hecho el trabajo”, explica Sedano.
Sedano dice que desarrolló un “truco” para pasar la prueba:
“Le poníamos unos stickers atrás para que el cuadro no se balanceara”.
La vida de la pareja cambió intempestivamente el día de febrero de este año que la gerencia del club les pidió a 12 trabajadores del club de Westchester que se presentaran en la oficina de personal. Casi todos eran de Puebla. Ellos pensaron que se trataba de alguna instrucción general, pero cuando se preparaban para presentar en grupo en la oficina les dijeron que debían hacerlo individualmente y acompañado por un guardia de seguridad y esperar frente al ascensor de la lavandería.
Cuando las puertas del elevador se abrieron, el rostro del primer trabajador que volvía de regreso de la oficina se los dijo todo a los demás. Era Sedano. Tenía los ojos ahogados en lágrimas.
“Yo le pregunte ¿qué pasó Gaby?, recuerda Garcia que pregunto a su marido. “Dice no pues.... Nos despidieron. ¿Por qué? Pues por no tener papeles”.
Nota: Univision no ha recibido respuesta de la Organización Trump ni de la Casa Blanca a un cuestionario en el que pedimos sus puntos de vista en relación con los testimonios de los inmigrantes entrevistados para este reportaje. En el pasado, la organización Trump ha respondido a otros medios que tan pronto detecta que un empleado está usando documentos falsos, lo despide.