Estas son las razones por las que Pensilvania es tan importante para Trump y Harris en las elecciones 2024
A menos de dos meses del día de las elecciones, Pensilvania ha surgido como el principal objetivo en los planes de cada partido para ganar la Casa Blanca.
El interés por Pensilvania es tan grande que la empresa AdImpact, que rastrea la compra de publicidad política, informa de que tanto la campaña de Donald Trump como la de Kamala Harris están gastando más dinero allí que en cualquier otro estado indeciso de este ciclo.
Kamala Harris voló a Pittsburgh el 5 de septiembre y permaneció en el estado hasta el debate presidencial del 10 de septiembre, que tuvo lugar en Pensilvania.
El “Keystone State”(el estado clave), conocido así desde el siglo XIX debido a la importancia geográfica, económica y política de Pensilvania, ha recibido mucho amor este ciclo electoral. Ambos candidatos parecen estar tratando a Pensilvania como su segundo hogar hasta el día de las elecciones.
Soy profesor adjunto de Ciencias Políticas en el Gettysburg College de Pensilvania, donde investigo e imparto cursos sobre política estadounidense, opinión pública y métodos estadísticos y te explico ¿por qué es Pensilvania tan crucial para ambas campañas?
Cómo se ganan las elecciones presidenciales en EEUU
En 2020, Pensilvania se decantó por el demócrata Joe Biden por 1.16 puntos porcentuales, lo que se traduce en 80,555 votos.
Es un margen pequeño, pero ni siquiera estuvo entre los tres estados más reñidos de ese ciclo. Wisconsin, Arizona y Georgia se decidieron por diferencias aún más pequeñas. Carolina del Norte, Nevada y Michigan también estuvieron muy ajustados, aunque no tanto como Pensilvania.
Seis de los siete estados con más probabilidades de decidir las elecciones de 2024 fueron para Biden en 2020. Trump ganó en Carolina del Norte.
Entonces, ¿por qué las campañas no se centran en estos estados indecisos más cercanos? ¿No deberían considerarse más importantes que Pensilvania los estados que se decidieron por márgenes más estrechos en 2020?
Para entender la respuesta, repasemos las matemáticas detrás del Colegio Electoral que es lo que decide la presidencia en EEUU: para ganar las elecciones, un candidato debe recibir al menos 270 de los 538 votos electorales.
Cada estado nombra a sus electores, que votan en el Colegio Electoral. El número total de electores de cada estado es igual a su delegación en el Congreso: es decir, el número de senadores más el número de representantes en la Cámara de Representantes. Washington DC también tiene tres votos electorales, que equivaldrían a la delegación del Congreso si DC fuera un estado.
Los estados más poblados tienen más electores, y los más pequeños, menos. En todos los estados el candidato más votado gana todos los electores, salvo en Maine y Nebraska, que tienen un sistema proporcional.
Las elecciones de 2024 son las primeras presidenciales desde que el censo decenal dio lugar a la reasignación, una palabra elegante para redistribución de escaños en el Congreso por mandato constitucional.
Eso significa que Estados Unidos se enfrenta a un nuevo mapa electoral esta temporada: los estados cuya población disminuye pierden escaños y los estados cuya población aumenta ganan escaños. Pensilvania, por ejemplo, pasó de 20 votos en el colegio electoral en 2020 a 19 votos en 2024.
A pesar de la pérdida de un escaño, Pensilvania sigue teniendo la mayor cantidad de votos electorales de todos los estados indecisos este ciclo. Así que quien gane en el estado va camino de la victoria.
Este proceso de reasignación produjo resultados que favorecen ligeramente a Trump. Suponiendo que Trump solo gane exactamente los mismos estados que ganó en 2020 y ningún otro en estas elecciones, ganaría 235 votos electorales en 2024. Eso serían tres más de los que ganó con el mismo conjunto de estados en 2020, aunque aún por debajo de los 270 necesarios para ganar.
Si Harris gana todos los estados que Biden ganó en 2020, será elegida presidenta con 303 votos electorales.
¿Cómo favorecería ganar Pensilvania a Trump?
Volvamos a la pregunta de por qué Pensilvania es tan importante en estas elecciones.
Para entenderlo, empecemos con un escenario en el que todo lo que hace Trump es ganar los mismos estados que en 2020, además de dar la vuelta a Pensilvania. Ese escenario arroja 254 electores: 235 + 19 = 254. No es suficiente para ganar la presidencia, ¿verdad?
A continuación, supongamos que Trump también puede darle la vuelta a Georgia, el estado que se decidió por el margen más pequeño en 2020 y un estado decisivo este ciclo. Si Trump obtiene los de 2020 y da la vuelta a Georgia y Pensilvania, alcanza los 270 votos electorales y es elegido presidente.
Pero, ¿por qué no intentarlo en los estados con márgenes más estrechos que Pensilvania?
Veamos otros escenarios.
Cada escenario asume que Trump repite lo que ganó en 2020 y luego da la vuelta a varias combinaciones de estados indecisos. Estos escenarios también asumen que los partidos reciben el mismo desglose de votos electorales en Maine y Nebraska.
En los otros dos escenarios sin Pensilvania, Trump no alcanza los 270 votos. Eso significa que tendría que dar la vuelta a un estado más, tres estados en total, para ganar la presidencia.
Pero con Pensilvania, Trump podría ganar la presidencia con solo arrebatarle a los demócratas dos estados.
Sin embargo, este cálculo solo funciona si Trump gana otro estado con un número bastante grande de votos electorales, como los 16 de Georgia. No llegaría a los 270 si solo ganara Pensilvania o si sumara además uno de los pequeños estados indecisos.
La victoria en Pensilvania, más un estado indeciso cercano y rico en electores, como Georgia, le daría a Trump la presidencia.
Voltear o mantener Pensilvania allana el camino para el ganador
Incluso con tres estados indecisos, el camino de Trump para recuperar la Casa Blanca es más fácil con Pensilvania.
Siempre que Trump dé la vuelta a Pensilvania, suponiendo de nuevo que mantenga sus otras victorias de 2020, solo necesitaría 16 votos electorales adicionales para alcanzar los 270. Eso puede lograrse con varias combinaciones de estados indecisos adicionales.
Pensilvania y Georgia se consideran al alcance de Trump y Harris porque ambos partidos han ganado estos estados por poco en los dos últimos ciclos electorales.
Trump ganó Georgia y Pensilvania en 2016 y claramente piensa que puede volver a hacerlo, a pesar de sus estrechas derrotas en ambos estados en 2020. La dupla de Biden-Harris ganó ambos estados en 2020, y Harris también piensa claramente que puede hacerlo.
La campaña de Harris, por su parte, ve los mismos datos y llega a una conclusión similar sobre la importancia de Pensilvania.
El camino de Harris hacia la victoria es mucho más fácil con Pensilvania que sin ella, aunque su campaña tiene más caminos hacia la victoria que Trump, basándose en los “swing states” de este ciclo.
Sin embargo, con el gran número de votos electorales de Pensilvania, en realidad puede permitirse perder alguna combinación de otros tres estados indecisos, siempre que se mantenga en Pensilvania, y al menos en algunos de los otros estados indecisos.
Entonces, ¿por qué es tan importante Pensilvania?
Porque dar la vuelta a dos estados es más fácil que dar la vuelta a tres. O dicho de otra forma: 2 < 3.
* Alauna Safarpour es profesora adjunta de Ciencias Políticas en Gettysburg College.
Este artículo fue originalmente publicado en The Conversation. Si usted desea leer la versión en inglés puede hacerlo en este enlace.
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