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Elecciones en España

España busca gobierno a la desesperada

El rey Felipe VI inició una nueva consulta con los partidos que, de no dar con un candidato a una investidura, acabará con una nueva cita electoral.
25 Abr 2016 – 10:12 AM EDT
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En esta imagen del miércoles 6 de enero de 2016, el rey de España, Felipe VI, camina junto al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a la izquierda, durante la celebración de la Pascua Militar en el Palacio Real de Madrid, España. Crédito: Daniel Ochoa de Olza/ AP Foto

Este lunes comenzó la nueva ronda de consultas del rey Felipe VI para evitar lo que todo el mundo considera ya inevitable en España: nuevas elecciones. Han pasado más de cuatro meses desde que los españoles fueron a las urnas el 20 de diciembre y ningún partido político ha conseguido articular una coalición que consiga los votos necesarios para superar la investidura.

Ante este panorama, Felipe VI se reunió con los ocho partidos con menor representación parlamentaria y continuará este martes con otros seis, donde estarán los principales jugadores en esta partida de ajedrez que -si un movimiento sorpresivo no lo remedia- culminará en una nueva partida. La fecha máxima para evitar la reedición electoral es el 2 de mayo.

Entre los consultados el martes estarán las consideradas formaciones tradicionales, como el Partido Popular (centroderecha) y el Partido Socialista Obrero Español (centroizquierda); y los partidos nacidos con motivo de la crisis económica y la fuerte corrupción que ha golpeado el país, Ciudadanos y Podemos.


El escenario que todo el mundo tiene previsto en su agenda es la repetición de nuevas elecciones. Tanto es así que Felipe VI este lunes ha pedido a los partidos políticos reduzcan sus gastos de campaña electoral.

Cuando el 20 de diciembre por la noche se conocieron cómo habían votado los españoles, algunos medios consideraron que salía una "España ingobernable". La fuerte fracturación política hacía casi imposible una suma para dar un gobierno estable: el PP sufrió un fuerte castigo y se quedó con 123 escaños y el PSOE cosechó tal solo 90 diputados. Los beneficiados fueron la formación de centroderecha Ciudadanos (40 escaños) y el izquierdista Podemos (69 representante).

El primero que pasó por la oficina del Rey tras las elecciones fue el líder del partido ganador, Mariano Rajoy, quien declinó presentarse a una votación ante la falta de apoyos. Su renuncia dio pie a que el representante del PSOE, Pedro Sánchez, comenzara una negociación para armar una coalición a su alrededor que le diera la investidura. Pero fracasó. Tan solo ha conseguido atraer el apoyo de Ciudadanos pero no a Podemos, cuyos votos son necesarios.

Precisamente, Pablo Iglesias, cabeza de esta formación, ha reprochado esa alianza por considerar que Ciudadanos sigue una política similar a la del Partido Popular.

El resultado ha sido un callejón sin salida en el que han estado estancados los partidos. Al menos, aparentemente, porque en estos meses sí han existido reuniones secretas que tal vez lleven a un desenlace inesperado que evite nuevas elecciones.

Si no es así, y los españoles vuelven a las urnas, seis meses después de las elecciones del 20 de diciembre, el país podría enfrentarse nuevamente a la misma parálisis política. Las encuestas publicadas indican que los votantes no tienen intención de cambiar su voto. Ni los casos de corrupción ni las negociaciones fallidas alterarían significativamente los nuevos resultados.

El diario El País publicó un sondeo el viernes donde se mostraba que el voto quedaría repartido de manera muy parecida. Tan solo una posible unión entre Podemos y el pardido de Izquierda Unida (comunista) podría dar la sorpresa y quedarse como la segunda opción más votada, desplazando al PSOE a una tercera posición.


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