Quién es Bill Stepien, el nuevo jefe de campaña de Trump a quien confía su triunfo en las elecciones

El presidente Trump reemplazo de su actual director de campaña, Brad Parscale, por otra figura de su equipo electoral de 2016: Bill Stepien, un joven pero experimentado operativo de campañas políticas, cuyas acciones no han estado exentas de polémica.

“Ambos participaron en nuestro histórico triunfo del 2016, y espero que juntos logremos otro triunfo grande y muy importante”, dijo Trump en la red social. “¡Esto debe de ser mucho más fácil ya que nuestros resultados de encuestas están subiendo rápidamente, la economía está mejorando, las vacunas y tratamientos pronto empezarán a salir, y los estadounidenses quieren calles y comunidades seguras!”, escribió el mandatario.

Sin embargo, parece ser que el papel de Stepien en la campaña del presidente será justamente revertir esos resultados, que están influyendo en la baja popularidad de Trump y que son sus puntos fuertes para ganar el voto: la respuesta a la pandemia y la economía, dos elementos que siguen jugando en contra del presidente, que ni siquiera lleva mascarillas en público, en un país al borde de los 3.5 millones de casos de coronavirus.

A solo cuatro meses de las elecciones, Trump ha apostado porque la comprensión de Stepien en cuanto a datos y métricas se ponga en función de revertir esa diferencia que lo aleja cada vez más, según Joe Biden.

Pero para Stepien esto no es nuevo. En un panorama igual de complejo llegó en 2016 a la campaña de un candidato que muchos apenas se tomaban en serio. Con la experiencia que fue acumulando en otras campañas políticas de gobernadores y otras figuras prominentes dentro del Partido Republicano, Stepien fue clave a la hora de corregir el rumbo de aquel barco encabezado por Trump y que parecía a la deriva. Contra todos los pronósticos, aquel candidato llegó a la Casa Blanca.

¿Quién es Bill Stepien?

Bill Stepien, de 42 años y natural de Nueva Jersey, se graduó de la Universidad de Rutgers y comenzó su carrera política en la campaña de Anthony Bucco al Senado estatal de Nueva Jersey en 1997.

Tres años después trabajó en la campaña del republicano Bob Franks para el Senado de los Estados Unidos y también en las empresas de comunicación DuHaime Communications y Public Opinion Strategies hasta que, en 2003, formó parte del equipo de Bill Baroni para ganar un asiento en la Asamblea estatal de Nueva Jersey, en lo que fue una gran victoria ese año y un ejemplo de carrera exitosa, destacada por los expertos y medios especializados.

Tras este primer gran éxito, Stepien siguió escalando aceleradamente y se desempeñó luego como director político de la campaña de reeleeción de Bush y Cheney en New Hampshire en 2004, director regional de la campaña presidencial del senador Rudy Giuliani en 2007-2008.

Del 'Bridgegate' a la campaña de Trump de 2016

Bill Stepien se había desempeñado como gerente de campaña y subdirector de personal del gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, una figura del entorno cercano de Trump antes de llegar a la presidencia en 2016.

Pero en su trabajo para Chris Christie Stepien sufrió su primer y gran revés, que amenazó con apartarlo de la vida política. En 2014, Christie se vio obligado a expulsarlo por su papel en el llamado 'Bridgegate', una maniobra sucia y de aparente venganza política en la que se buscó colapsar el tráfico en el puente George Washington en 2013, para castigar al alcalde demócrata de Fort Lee por no apoyar la reelección de Christie.

Como parte de este plan, que involucró a la autoridad portuaria para cerrar varios carriles, ocurrieron cuatro días de embotellamientos que complicaron la circulación y movilizaron a la policía, autoridades de tráfico y otras.

Poco después se supo que aquellos atascos no habían sido ocasionales ni expontáneos y que formaban parte de un plan orquestado en la oficina del gobernador del estado, por lo que Chris Christie se vio obligado a tomar distancia de varios de su equipo, entre ellos Bill Stepien, quien fue despedido, aunque no fue señalado como el principal sospechoso.

"Estoy avergonzado y humillado por la conducta de algunas de las personas en mi equipo", dijo entonces el gobernador republicano y destacó la figura de Stepien en el plan. En aquella conferencia de prensa Christie anunció que estaba cortando lazos con Stepien, alegando "falta de juicio" de su parte, por los comentarios que había hecho sobre el cierre de carriles y todo el objetivo de aquella sucia operación.

"Me molestó el tono, el comportamiento y la actitud de indiferencia insensible que se mostró en los correos electrónicos de mi ex gerente de campaña, Bill Stepien", dijo Christie, quien señaló que había tomado medidas inmediatas para reducir la influencia de Stepien en la política estatal. "Al leer eso, me hizo perder la confianza en el juicio de Bill. Y no puedes tener a alguien en quien no confíes en la cima de tu operación política”.

Pero aunque su nombre estuvo todo el tiempo en la palestra pública durante el sonado caso del 'Bridgegate' y fue despedido, la carrera de Stepien no hizo más que continuar su ascenso, hasta aterrizar en 2016 en el entorno del entonces candidato Donald Trump, de la mano de una figura muy cercana al futuro presidente, su yerno y asesor, Jared Kushner, también de Nueva Jersey.

Según un informe del medio Politico, Kushner llevó a Stepien a la campaña de Trump en 2016, donde rápidamente causó una grata impresión a figuras tan influyentes entonces como el propio Steve Bannon.

De acuerdo con un reporte de CNN, Stepien tiene experiencia en convertir los éxitos de la istración en temas muy puntuales en mensajes personalizados y enfocados a grupos muy específicos de votantes. Estas actitudes pueden ser bien necesarias a la hora de buscar la reelección de un presidente cuya popularidad se hunde cada vez más, en medio de una pandemia y sus devastadores efectos económicos, sanitarios y humanos.

El descontento de Trump hacia Parscale, su anterior director de campaña ahora reemplazado por Stepien, habría aumentado después del mitin del presidente en Tulsa, Oklahoma, a fines del mes pasado. De acuerdo con varios medios, el mandatario habría responsabilizado a su manager de campaña por no haber llenado el coliseo donde se presentó tras haber alardeado que habían recibido más de un millón de pedidos de boletos, pero en cambio solo asistieron unas 6,000 personas.