¿Malo para presidente, bueno para senador?: el dilema de varios aspirantes demócratas a la Casa Blanca

Con la proximidad de los plazos para inscribir candidatos para cargos legislativos en las elecciones del 2020, algunos demócratas se están poniendo nerviosos y tienen sus razones. Varios de los que actualmente compiten por la nominación presidencial podrían ser candidatos competitivos para recuperar el control del Senado, si dejaran de aspirar a la presidencia, claro está.
Uno de ellos es el ex gobernador de Colorado John Hickenlooper, quien este jueves se retiró de la lista de precandidatos presidenciales poco exitosos y, aunque no anunció que buscará un puesto en el Senado federal, hizo un guiño en ese sentido en un video que publicó en la cuenta Twitter de su campaña.
"La gente quiere saber lo que viene ahora para mí. He escuchado de tantos habitantes de Colorado que quieren que me postule para el Senado de los Estados Unidos. Me recuerdan cuánto está en juego para nuestro país y para nuestro estado. Tengo la intención de pensarlo seriamente ", dice en su mensaje el gobernador, quien nunca logró más de 1% en las encuestas nacionales.
En el liderazgo demócrata muchos quisieran que el ejemplo de Hickenlooper cundiera, pero hay candidatos que no parece ser tan fáciles de convencer, como el exrepresentante por Texas, Beto O’Rourke.
Contrario a lo que dijo el exgobernador de Colorado, O’Rourke no está atendiendo los llamados que algunos en su estado le hacen, entre ellos el influyente diario Houston Chronicle , que publicó un editorial donde le pidió expresamente que dejara la carrera presidencial para enfrentarse al republicano John Cornyn.
“¿Le ganarías a John Cornyn, que busca su cuarto mandato? No será fácil. Tendrías que luchar por ello y hacerlo mejor que contra Ted Cruz. Pero mucho ha cambiado desde 2018, y tuviste mucho que ver con eso, y Trump ya no es tan sólido en Texas. Tampoco los republicanos que lo apoyan”, escribió el periódico. “Texas te necesita de vuelta a casa”, concluyó.
Pocas horas después, en una entrevista con MSNBC O’Rourke aclaró tajante que “yo no competiré en ningún escenario para el Senado de Estados Unidos. Estoy compitiendo para presidente. Estoy llevando esta pelea directamente a Donald Trump, y eso es en lo que estoy enfocado en hace ahora mismo”.
Pocos, pero cruciales
Los demócratas están sacando cuentas que les favorecen en sus planes de recuperar el control del Senado.
El Partido Republicano actualmente tiene una mayoría de tres escaños en la Cámara Alta y deben defender más de 20 puestos en 2020, mientras que solo 12 demócratas van por la reelección. Una relación inversa a la que se presentó en las elecciones de mitad de período de 2018, cuando los demócratas estaban a la defensiva (y de hecho perdieron dos puestos).
En realidad, hay pocas competencias senatoriales que son consideradas verdaderamente competitivas para los demócratas, 3 o 4, pero son las suficientes para marcar la diferencia.
Los tres senadores republicanos que se consideran más vulnerables son de estados de tendencia liberal: Susan Collins, de Maine; Thom Tillis, de Carolina del Norte, y Cory Gardner, de Colorado.
Sin embargo, hay dos demócratas que también están a la defensiva en estados que ganó el presidente Trump en 2016: Gary Peter, de Michigan, y Doug Jones, quien en 2017 dio la sorpresa al ganar un escaño por Alabama, un estado tradicionalmente conservador.
En los cálculos de algunos demócratas está que si su nominado lograra derrotar a Trump en 2020, el vicepresidente será demócrata, y será un voto más para el partido.
No solo es Beto
La salida de Hickenlooper de la carrera dejó en la carrera por la nominación a otros 23 demócratas compitiendo por la nominación presidencial.
Es cierto que O’Rourke es una figura con mayor proyección nacional que la que logró el exgobernador de Colorado, sin embargo, ha caído al 3% En las encuestas tras haber lanzado su candidatura en marzo con un 14% de aprobación ( de acuerdo con el promedio que publica Real Clear Politics).
“Una campaña de O’Rourke en Texas cambiaría completamente la dinámica local. Los candidatos actuales son buenos, demuestran lo que será el partido en el futuro, pero él tiene una popularidad notable en el estado y atraería grandes cantidades de dinero. Tiene una oportunidad real”, explicó a Univisión Noticias Brandon Rottinghaus, analista político y profesor de la Universidad de Houston.
Pero O’Rourke no es el único que podría marcar la diferencia en el estado de la estrella solitaria. El exsecretario de Vivienda Julián Castro ha logrado elevar su perfil político en la carrera por la nominación con varios aciertos en los debates y en sus propuestas de campaña. Y con todo eso, se mantiene en el 1% en las encuestas.
Como nativo de Texas y ex alcalde de San Antonio y tras su campaña presidencial, también estaría en posición de competir contra Cornyn.
El gobernador de Montana Steve Bullock es otro potencial candidato para el Senado. En 2016 Bullock ganó la reelección en el estado por 4 puntos, al mismo tiempo que Donald Trump ganó el estado por 20 puntos.
Mientras en las encuestas presidenciales el gobernador está por debajo del 1%, en Montana sondeos muestran que el 60% de los participantes aprueban su desempeño local.
Aunque tener a candidatos presidenciales no asegure la victoria a los demócratas -sobre todo en estado que son considerados sólidos pilares republicanos-, es la única oportunidad real de los demócratas para recobrar el control del Senado.
“Hay varios candidatos buenos para presidente, pero son mejores aún para el Senado y para recobrar la mayoría demócrata ahí. Nada sería más valioso para el partido y para
el país, que Beto y Hickenlooper sean elegidos para el Senado. Alguien más puede ser elegido presidente el próximo año y pueden postularse en el futuro”, dijo a Univisión Noticias el estratega demócrata y consultor Steve Rabinowicz.