Lo que se juegan los candidatos demócratas en Iowa

Iowa es la primera de la nación, como orgullosamente indica en el lema que usa cada cuatro años para destacar que ese estado del medio oeste estadounidense es donde empieza el proceso de elecciones primarias con el que los partidos escogen a quienes serán sus candidatos a la presidencia.
La de Iowa no es una elección sino un ‘caucus’ o asamblea electoral que se rige por normas distintas. Además, por su población de poco más de 3 millones de personas, en un estado rural cuya economía está muy vinculada a la agroindustria, es visto como poco representativo de la sociedad contemporánea estadounidense.
Sin embargo, por ser el primero en la nación todas las miradas están puestas en lo que pase el lunes 3 de febrero en esas asambleas electorales.
Este año, esa atención ha estado en competencia con Donald Trump en el Senado. Es posible que el juicio termine antes de que se cumpla con la cita electoral, pero incluso en ese caso lo que quede del proceso seguirá acaparando el interés público (sobre todo porque al día siguiente de los ‘caucus’ Trump debe dar su discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso).
De acuerdo con Elizabeth Warren, con 16%.
Este fin de semana fue de intensa actividad proselitista en Iowa. Tres de los principales contendientes: Sanders, Warren y en un distante quinto lugar, Amy Klobuchar, por ser senadores, tuvieron que estar toda la semana en la Cámara Alta atentos a la marcha del juicio a Trump y quedaron fuera de la campaña.
Ganar Iowa puede ser un buen impulso para algunos candidatos, pero perderlo no significa un daño irreparable para las aspiraciones del resto. Por ejemplo, en 2016, el senador Donald Trump. Cierto que Cruz fue el último contendor que quedó en pie en el campo republicano al final de la contienda, pero nunca fue una real amenaza para las aspiraciones del entonces magnate inmobiliario.
La importancia de ganar
Este año los cálculos se centran en cómo se verán afectadas a nivel nacional las candidaturas de los 4 principales contendientes por la nominación demócrata: el exvicepresidente Biden, los senadores Warren y Sanders, y el alcalde Buttigieg.
Sanders y Warren se disputan el estandarte de los liberales. Un triunfo contundente de cualquiera de ellos sobre el otro puede servirle de impulso diferenciador para aglutinar a los más progresista del partido, sobre todo tomando en cuenta que apenas una semana después se verán las caras en la primaria de New Hampshire.
Biden puede estar más tranquilo. Ya se sabe que Iowa no es refleja el electorado nacional y en ese universo el exvicepresidente de Barack Obama sigue siendo el favorito. Además, tradicionalmente los candidatos progresistas tienen buenas actuaciones en las primarias del norte, como New Hampshire.
Sin embargo, tanto Buttigieg, como la senadora Amy Klobuchar están tratando de presentarse como la opción moderada demócrata.
Si Biden llegara a quedar detrás de ellos en las dos primera citas electorales de febrero, su campaña tendrá que entrar en una intensa fase de recuperación para encarar Nevada, Carolina del Sur y, un mes después, el crucial Super Martes, que este año tiene a Texas y California.