Trump usa Obamacare contra Clinton pero no aporta detalles nuevos sobre su plan de Sanidad

VALLEY FORGE, Pennsylvania-- A una semana del final de la campaña, Donald Trump y Mike Pence celebraron un evento a las afueras de Filadelfia para centrar el debate sobre Obamacare, la reforma sanitaria que el presidente logró aprobar hace seis años y que los republicanos quieren derogar. Trump se comprometió a derogar la ley si es elegido presidente. Pero dejó los detalles a su segundo, que explicó las propuestas de la campaña sobre Sanidad.
“Cuando ganemos y elijamos un Congreso republicano, podremos derogar y reemplazar de inmediato Obamacare”, dijo Trump entre los aplausos de una audiencia con más mujeres que de costumbre antes de prometer un seguro “mejor y más barato”.
Acompañado por el neurocirujano Ben Carson y por varios congresistas republicanos, el candidato acusó en falso a su adversaria de querer que el Gobierno federal esté “completamente al cargo” de la Sanidad en Estados Unidos y n0 dio ningún detalle nuevo sobre su propio plan, que prevé que los ciudadanos puedan comprar su seguro médico en otros estados y que puedan acumular en una cuenta de ahorros lo que paguen por él.
“Lo que acaban de hacer con los teléfonos de Samsung es justo lo que vamos a hacer con Obamacare”, dijo Pence unos minutos antes que Trump en uno de los chistes más aplaudido. “Vamos a sacar Obamacare del mercado para que deje de quemar nuestras carteras”.
El aspirante a la vicepresidencia aseguró que Trump acabaría con el deber de contratar un seguro médico que impone Obamacare pero añadió que protegería a quienes hoy reciben ayudas y a quienes sufren alguna enfermedad crónica. Dos detalles pensados para atraer el apoyo de votantes moderados de condados como los que Trump necesita para ganar.
Un arma casi inédita
Al contrario que otros candidatos republicanos, Trump apenas ha hablado de Obamacare durante la campaña y ha optado por centrarse en asuntos como la economía, la delincuencia o la inmigración. Pero esa actitud cambió hace unos días cuando el Gobierno federal anunció que los precios de las pólizas más comunes subirían un 22% de media en 2017. De pronto Trump empezó a hablar de Sanidad en sus discursos y se dio cuenta de la potencia simbólica del asunto, capaz de unir a los republicanos en torno a una causa común.
El rechazo a Obamacare es uno de los asuntos más populares entre los republicanos, que llegaron a bloquear el Gobierno federal para intentar forzar su derogación. “Obamacare es un fracaso catastrófico y Hillary quiere redoblar ese fracaso pero nos quedan siete días para evitarlo. Ha llegado la hora de volver a casa”, dijo al final de su discurso Mike Pence, al que la campaña está utilizando como una herramienta para convencer a personas conservadoras que se resisten a votar por Trump.
Obamacare ha reducido a la mitad el número de personas sin seguro médico. Pero también ha aumentado los precios de algunas pólizas y ha aumentado los gastos de las empresas. Esos detalles y el rechazo ideológico de los conservadores a los planes de Obama han potenciado la oposición a la ley, que ronda el 52% según un sondeo elaborado por el New York Times a principios de año. Un 41% de los ciudadanos está a favor de la ley.
La reforma ha reducido el porcentaje de personas sin seguro médico del 18% al 8,6% y ha ayudado a comprar seguro médico a millones de personas que no se lo podían permitir.
La subida anunciada hace unos días no será tan grave como parece: el 85% de los asegurados reciben ayudas públicas que les permiten limitar el precio de su póliza al 10% de su renta. El problema es que muchos se verán obligados a cambiar de médicos y que en algunos estados las subidas serán muy altas. En Carolina del Norte, donde la carrera está muy ajustada, el precio de los seguros más usados subirá un 40%. En Arizona, donde Clinton aspira a batir a Trump, se duplicará.
Pence luchó contra Obamacare durante sus 12 años en el Congreso pero como gobernador de Indiana aplicó uno de sus aspectos clave: la expansión de Medicaid.
Al contrario que la mayoría de los gobernadores republicanos, Pence aceptó la expansión propuesta por Obama, que extiende la cobertura del sistema a cualquier adulto cuyos ingresos anuales estén por debajo de 16.400 dólares. Más de 345.000 habitantes de Indiana se habían enrolado en este sistema en enero de 2016.