De Melania embarazada a los mensajes en el contestador: los detalles de la acusación de acoso contra Trump de una periodista

“Entramos solos a la habitación, y Trump cerró la puerta tras nosotros. Me desvié y en segundos me estaba empujando contra la pared e introduciendo a la fuerza su lengua en mi garganta”. “Me hizo sentir complemente violada”. “No consentí”. La historia de acoso de Donald Trump publicada este miércoles en la revista People por la periodista y escritora Natasha Stoynoff es cruda por sus detalles, su claridad en la acusación y porque se une a una avalancha de denuncias similares desatadas tras la revelación del vídeo en el que Trump presumía hace una década de besar y manosear mujeres sin su consentimiento.
Publicado el mismo día que The New York Times recogía el testimonio de dos mujeres que aseguran que Trump las tocó de manera inapropiada, el texto de Stoynoff relata cómo el magnate la besó contra su voluntad en Mar-a-Lago durante la elaboración del reportaje que estaba escribiendo para People sobre su feliz primer aniversario de boda con Melania. Era 2005 y nada presagiaba aún que Trump se presentaría a unas elecciones 11 años después.
El jueves en la noche la esposa del candidato, Melania Trump, publicó vía Twitter una carta que le enviaron sus abogados a la revista People en la que le dan 24 horas para retractar partes de la historia si no quieren enfrentar acción legal.
Además, un portavoz de Trump, y después el propio Trump en un acto en West Palm Beach, negaron con contundencia las historias de acoso. El candidato desacreditó la acusación de Stoynoff en una referencia a su físico: "Mírenla a ella, miren sus palabras, díganme qué piensan, no lo creo", aseguró. Estos son algunos de los detalles del relato de la periodista:
La agresión
“Cuando nos tomamos un descanso para que la entonces embarazadísima Melania subiera a cambiarse para más fotos, Donald quiso enseñarme la mansión. En especial había una habitación 'tremenda', dijo, que tenía que ver (...). Entramos solos en esa habitación y Trump cerró la puerta tras nosotros. Me desvié y en segundos me estaba empujando contra la pared e introduciendo por la fuerza su lengua en mi garganta”.
El mayordomo
“Soy una mujer alta, fornida, que creció peleándose con dos hermanos gigantes. Una vez incluso peleé con Mike Tyson. Es difícil empujarme. Pero Trump es mucho más grande -una presencia acechante- y fue rápido, pillándome por sorpresa y haciéndome perder el equilibrio. Estaba aturdida. Y me sentí agradecida cuando el viejo mayordomo de Trump entró en la habitación un minuto más tarde, mientras trataba de zafarme”, escribe Stoynoff.
La seguridad de Trump
Stoynoff explica en su relato que tras ese momento intentó seguir con su trabajo y entrevistar a Trump. Mientras ella sostenía la grabadora, él le dijo: “¿Sabes que vamos a tener un affair, verdad? (...) Has estado alguna vez en Peter Luger’s por los filetes? Te llevaré. Vamos a tener un affair, te lo digo”. Después, Melania bajó, “serena y resplandeciente”, y Trump volvió “al modo marido, como si nada hubiera pasado”, y continuaron la entrevista sobre su matrimonio.
El miedo
El día siguiente al incidente, la periodista explica cómo llegó a pasar miedo. El magnate había pedido como un favor a un terapeuta de su resort que tratara su dolor de cuello. Ella llegó tarde a la cita y se encontró con que Trump le había estado esperando, aunque finalmente se fue. “Me tumbé en la mesa de masaje, pero mis ojos estuvieron en el pomo de la puerta todo el tiempo. Va a entrar y este tipo le va a dejar entrar comigo medio desnuda en la mesa. Terminé pronto la sesión, me vestí y me fui al aeropuerto”.
Las dudas
La periodista cuenta con detalle las dudas y temores que sufrió después del ataque: sobre sí misma como víctima (“¿Por qué no pude decir nada?”) y también sobre su trabajo y la influencia de Trump (“Lo minimicé, dudé de mi recuerdo y de mi reacción. Temía qué podía hacer un hombre famoso, poderoso, rico, por desacreditarme y destruirme, especialmente si no publicaba la historia en People”).
La publicación del reportaje
Finalmente, Stoynoff decidió guardar silencio. “La feliz historia de aniversario llegó a las estanterías y una semana más tarde Donald me dejó un mensaje de voz en el trabajo, agradeciéndomelo. “Creo que eres genial”, dijo, “el artículo es grande y tú eres grande”.
Los años de silencio
Tras la publicación del reportaje, la periodista pidió dejar de cubrir la información relacionada con Trump, sobre el que llevaba reporteando desde 2000 y con quien hasta entonces había tenido una relación “muy amigable, profesional”. Solo habló de lo ocurrido con unos pocos amigos. Detalla que una vez se encontró con Melania en Nueva York y que esta le preguntó por qué ya no se veían. “No pude discernir lo que sabía. ¿Realmente no sabía por qué ya no estaba por allí?”.
La decisión de hablar
Stoynoff cuenta también cómo llegó a la decisión de revelar, tras tantos años, lo sucedido. “El otro día le escuché hablando de cómo trataba a las mujeres en la cinta de Access Hollywood. Sufrí una fuerte mezcla de emociones, pero la sorpresa no fue una de ellas. Me sentí aliviada. Por fin entendí que no tenía la culpa de su comportamiento inapropiado (...) Me arrepentí de no haber hablado a tiempo. ¿Y si les hizo algo peor a otras reporteras de la revista desde entonces porque yo no las advertí? Y finalmente, me sentí violada y amordazada otra vez”.