La mujer que puede salvar a Donald Trump

Hace ahora cuatro años, el congresista republicano de Misuri y aspirante al Senado Todd Akin dijo que el embarazo en caso de violación es muy raro. Según él, “si la violación es legítima, el cuerpo femenino tiene maneras de cerrar toda la cosa”.
El entonces candidato presidencial Mitt Romney, como otros republicanos, pidió a Akin que se retirara.
La asesora de Akin era la encuestadora Kellyanne Conway, ahora la nueva directora de campaña de Donald Trump. En 2012, Conway aconsejó a su candidato que resistiera.
“Creo que el establishment tendrá que mirar a esta carrera y tendrá que taparse la nariz”, explicaba ella en un foro con su amigo y cliente Tony Perkins, presidente de la asociación Family Research Council. Conway le aconsejó a Akin que aguantara como el líder de la secta de los davidianos en Waco que en 1993 se atrincheró y acabó con la vida de 76 personas.
“El primer día era como la situación en Waco con David Koresh donde están intentando sacarlo con los equipos de las fuerzas especiales, los helicópteros y los discos malos de Nancy Sinatra. Después, llega el día en que te das cuenta de que el tipo no va a salir del búnker. Todd ha mostrado sus principios a los votantes”, decía Conway.
Siguiendo sus consejos, Akin aguantó. Pidió disculpas por sus comentarios y no se retiró. Perdió la carrera en noviembre por más de 15 puntos contra una impopular candidata demócrata que había usado dinero público para su avión privado. En 2014, Akin dijo en un libro que se arrepentía de haber pedido disculpas por su comentarios y se reafirmó en sus declaraciones originales.
El cliente más difícil
Hasta ahora, Akin había sido el cliente más difícil que había tenido la consultora y encuestadora especializada en mujeres. Unos meses después de las elecciones, Conway hizo una recomendación a los políticos republicanos: que dejaran de hablar de violaciones.
Conway tiene ahora un reto mucho mayor. La impopularidad de Trump entre las mujeres es récord. A nivel nacional, el candidato republicano sólo tiene el respaldo del 35%, una desventaja de 16 puntos respecto a Clinton, según la última encuesta de Marist. En estados clave como Virginia la brecha a favor de Clinton supera los 20 puntos.
Conway se embarcó en la campaña de Trump a principios de julio justamente para enseñar al republicano cómo atraer a las votantes. Ella explicaba entonces que no le gustaban los insultos del candidato (“será porque soy madre”), pero que tenía la esperanza de reconvertirlo. En una entrevista al Washington Post, contaba que su técnica con Trump era la misma que utilizaba con su hija de 11 años: en lugar de decirle “no”, mostrarle otras opciones mejores para que hiciera lo que la encuestadora quería.
Cómo acercarse a las mujeres
Conway es hija de una madre soltera demócrata y católica de New Jersey. Fue criada por las mujeres de su familia y ahora sus amigos la definen como una "súper madre" de cuatro.
Estudió Derecho y dio sus primeros pasos como encuestadora con un asesor de Ronald Reagan. Se ha especializado en explicar a los republicanos cómo acercarse a las mujeres desde que fundó su empresa de consultoría en 1995.
Conway ha trabajado para algunos de los republicanos más conservadores con éxito desigual. En las primarias, asesoraba al senador Ted Cruz y dijo estar poco interesada en Trump porque parecían no importarle las encuestas.
En varias ocasiones durante las primarias, en la CNN, criticó entonces a Trump por insultar a sus rivales o por presumir de defender a los trabajadores cuando se había aprovechado de ellos construyendo su imperio "sobre las espaldas de la gente corriente".
En 2014, ayudó a la elección de un congresista en Long Island, Lee Zeldin, que ahora es uno de los pocos republicanos que ha salido a defender a Trump.
Su empresa, The Polling Company, ha representado a organizaciones como The Family Research Council, The Heritage Foundation y el comité del partido republicano.
Ahora aconseja a Trump que se centre en las políticas concretas, según explicó a Fox News tras su elección. Ella puede ser la pieza clave para que el candidato republicano tenga un tono más moderado y presidencial.
Una buena elección
Pese a haber hecho campaña por candidatos conservadores y haber criticado al establishment republicano, sus conocidos la describen como una persona moderada y amigable con personas de cualquier ideología.
En 2005, publicó un libro con la encuestadora y estratega demócrata Celinda Lake sobre las mujeres: What Women Really Want: How American Women Are Quietly Erasing Political, Racial, Class, and Religious Lines to Change the Way We Live.
En el libro, Conway se presenta como una mujer que está “al final de la generación X, casada, madre de gemelos 16 días antes de las elecciones y conservadora”.
Su colega y amiga Lake es demócrata y ha trabajado para la campaña de Hillary Clinton, pero sólo tiene palabras de alabanza para Conway. "Es una elección brillante. Estoy contenta de que tenga el crédito que merece", me dice Lake. La describe como una persona con la que se trabaja muy bien y que tiene mucha experiencia de gestión y conocimiento de las mujeres como votantes y consumidoras. Cree que ahora estará centrada en conseguir rascar votos para Trump entre las mujeres jóvenes y las blancas casadas de algunos estados.
Al día siguiente de las elecciones de 2004, Conway y Lake decidieron trabajar juntas. El mensaje del libro se parece más al de Barack Obama aquel año en la convención demócrata. Las autoras hablan de “una base unida y poderosa de mujeres que está redefiniendo Estados Unidos más que la política” y que actúan de manera que “a veces borran todas las líneas habituales de división: política, raza, religión, edad, clase”.
“Aunque a los medios les gusta concentrarse en el desacuerdo porque es más dramático, la manera de operar de la sociedad se centra en buscar el terreno común, con todo el mundo luchando por minimizar las diferencias”. “Esta manera de actuar no es política, pero su peso cultural es mayor y más duradero que los vientos cambiantes de la opinión política”, escriben las autoras.
“Dos mujeres pueden votar a dos candidatos distintos pero querer el mismo resultado. Por ejemplo, seguro médico y pensiones”, sostiene el libro. “Las tendencias nacionales más importantes son dirigidas por mujeres y trascienden diferencias políticas”.
En los primeros meses de 2005, las autoras hicieron dos grandes encuestas y concluyeron que Estados Unidos era “mujer-céntrico”.
“Hoy estamos decididamente en una era postfeminista. Las mujeres no están luchando por un sitio en el establishment. Son el establishment”, escribían. “Las mujeres se han convertido en la norma y quieren una América que refleje mejor su imagen”.
El estilo Trump
En el libro hay una mención a Trump y, aunque no es negativa, ya anticipaba que su estilo no gustaría a las votantes.
“El modelo de negocio americano fue construido sobre la idea del logro personal, poniendo énfasis en los superhéroes solitarios como Ross Perot o Donald Trump. Las mujeres están introduciendo gradualmente un modelo diferente, más igualitario, uno que depende de la cooperación, la productividad del equipo y el equilibrio saludable entre vida y trabajo”.
La cuestión, según Celinda Lake, es si Trump será capaz de escuchar a Conway. "Ella es emprendedora y muy lista. El asunto es si Trump la escuchará. Si Trump quiere a gente que lo aconseje o a gente que lo valide".