El poderoso discurso de Michelle Obama en contra de Trump, comentado
SRA. OBAMA: ¡Dios mío! (Aplausos.) ¡Ustedes sí que están animados! (Aplausos.) Bueno, permítanme decirles hola a todos. (Aplausos.) Estoy muy emocionada de estar aquí con todos ustedes hoy en New Hampshire. Aquí me siento como en casa, y este día -- gracias por un hermoso día de otoño. Ustedes acaban de pedir este día para mí, ¿no es cierto? (Aplausos.) Es grandioso estar aquí.
Permítanme comenzar agradeciendo a su fabulosa gobernadora, y próxima senadora de Estados Unidos, Maggie Hassan. (Aplausos.) Quiero darle las gracias por esa hermosa introducción. También quiero reconocer a su congresista, Annie McKlane Kuster, quien es una estimada y querida amiga. (Aplausos.) A su futura congresista nuevamente, Carol Shea Porter -- (aplausos) -- quienes han sido todas excelentes amigas nuestras. Y a su Consejero Ejecutivo y candidato a gobernador, Colin Van Ostern. (Aplausos.)
Y, por supuesto, gracias a todos ustedes por tomarse el tiempo de estar aquí conmigo hoy. (Aplausos.)
MIEMBRO DE LA AUDIENCIA: ¡Te queremos! (Aplausos.)
SRA. OBAMA: Muchísimas gracias. Eso es muy amable de su parte. Yo también los quiero. ¡No puedo creer que sólo falten unas pocas semanas para el día de las elecciones, mientras nos reunimos para apoyar a la próxima Presidenta y Vicepresidente de los Estados Unidos, Hillary Clinton y Tim Kaine! (Aplausos.) Y New Hampshire va a ser importante, como siempre.
Así que me voy a poner un poco seria, porque creo que todos estamos de acuerdo en que esta ha sido una semana difícil en una elección ya de por sí difícil. Esta semana ha sido especialmente interesante para mí personalmente porque ha sido una semana de profundos contrastes.
Miren, el martes, en la Casa Blanca, celebramos el Día Internacional de la Niña y Let Girls Learn. (Aplausos.) Y fue una maravillosa celebración. Fue el último evento al que asistiré como Primera Dama para Let Girls Learn. Y tuve el placer de pasar horas hablando con algunas de las más increíbles jóvenes mujeres que se puedan conocer, chicas de Estados Unidos y de todo el mundo. Y hablamos sobre sus esperanzas y sus sueños. Hablamos de sus aspiraciones. Miren, resulta que muchas de estas niñas han enfrentado obstáculos impensables sólo para asistir a la escuela, poniendo en peligro su seguridad personal y su libertad, arriesgando el rechazo de sus familias y comunidades.
Así que pensé que sería importante recordar a estas mujeres jóvenes y cuán valiosas y preciosas son. Yo quería que ellos entendieran que la medida de cualquier sociedad es cómo trata a sus mujeres y niñas. (Aplausos.) Y les dije que merecen ser tratadas con dignidad y respeto, y les dije que deberían hacer caso omiso de cualquier persona que las degrade o devalúe, y que deben hacer que sus voces se escuchen en el mundo. Y me fui de allí sintiéndome tan inspirada, al igual que me inspiran todos los jóvenes aquí presentes -- (aplausos) -- yo me sentí animada por esas niñas. Eso fue el martes.
Y ahora estoy aquí, en la campaña electoral en una elección en la que constantemente hemos venido escuchando un lenguaje hiriente y detestable sobre las mujeres -- lenguaje que ha sido doloroso para muchas de nosotras, no sólo como mujeres, sino como padres que intentamos proteger a nuestros hijos y criarlos para que sean adultos solidarios y respetuosos, y como ciudadanos que pensamos que los líderes de nuestra nación deben cumplir las normas básicas de la decencia humana. (Aplausos.)
El hecho es que, en esta elección, tenemos un candidato a Presidente de Estados Unidos quien, a lo largo de su vida y el curso de esta campaña, ha dicho cosas sobre las mujeres que son tan chocantes, tan humillantes que yo simplemente no voy a repetir aquí hoy. Y la semana pasada, vimos a este candidato realmente presumiendo de asaltar sexualmente a las mujeres. Y no puedo creer que estoy diciendo que un candidato a Presidente de los Estados Unidos haya alardeado sobre asaltar sexualmente a las mujeres.
Y debo decirles que no puedo dejar de pensar en ello. Me ha sacudido hasta lo más profundo de mi ser de una forma que yo no podía haber imaginado. Así que, aunque me encantaría disimular que esto no está ocurriendo, y a venir aquí y dar mi discurso normal de campaña, sería deshonesto y engañoso para mí simplemente pasar a lo siguiente como si todo esto hubiera sido sólo un mal sueño.
Esto es algo que no podamos ignorar. No es algo que simplemente podamos barrer bajo la alfombra como otra nota inquietante en una triste temporada electoral. Porque esto no fue solamente una "conversación indecente". Esto no fue solamente una broma de vestidores. Esto se trata de una persona poderosa que habló libre y abiertamente sobre la conducta depredadora sexual, y, de hecho, se jactó de besar y manosear a las mujeres, utilizando un lenguaje tan obsceno que a muchos de nosotros nos preocupó que nuestros hijos lo oyeran al encender el televisor.
Y para colmo, ahora parece muy claro que éste no es un incidente aislado. Es uno de los innumerables ejemplos de cómo él ha tratado a las mujeres toda su vida. Y tengo que decirles que escucho todo esto y lo siento muy personalmente, y estoy segura de que muchos de ustedes también, sobre todo las mujeres. Los vergonzosos comentarios sobre nuestros cuerpos. La falta de respeto hacia nuestras ambiciones e intelecto. La creencia de que le puede hacer lo que desee a una mujer.
Es cruel. Es aterrador. Y la verdad es que me duele. Nos duele. Es como esa sensación desagradable que tenemos cuando vamos caminando por la calle, pensando en nuestros problemas y un hombre nos grita palabras vulgares sobre nuestros cuerpos. O cuando vemos que el hombre en el trabajo se para demasiado cerca, nos mira por demasiado tiempo, y nos hace sentir incómodas en nuestra propia piel.
Es ese sentimiento de terror y violación que muchas mujeres han sentido cuando alguien las agarra, o se echa sobre ellas y ellas han dicho que no, pero él no escucha -- algo que sabemos que ocurre en los campus universitarios y otros innumerables lugares cada día. Nos recuerda las historias que hemos escuchado de nuestras madres y abuelas, sobre cómo, en su época, el jefe podía decirle y hacerle lo que quería a la mujer en la oficina, y a pesar de que trabajaban tan duro, superaban cualquier obstáculo para demostrar su valía, nunca fue suficiente.
Pensamos que todo eso es historia antigua, ¿no es así? Y muchos han trabajado durante tantos años para ponerle fin a este tipo de violencia y abuso y falta de respeto, pero aquí estamos, en 2016, y estamos escuchando exactamente estas mismas cosas todos los días de la campaña electoral. Nos ahogamos en ellas. Y todas nosotras estamos haciendo lo que las mujeres siempre han hecho: Estamos intentando mantener nuestras cabezas por encima del agua, intentando pasar esto, intentando fingir que esto realmente no nos molesta, quizás porque pensamos que itir cuánto nos duele nos haría parecer mujeres débiles. Quizás tenemos miedo a ser vulnerables. Quizás nos hemos acostumbrado a tragarnos estas emociones y permanecer tranquilas, porque hemos visto que la gente a menudo les cree más a ellos que a nosotras. O quizá no queremos creer que todavía hay gente que nos desprecia como mujeres. Demasiados están tomando esto simplemente como otro titular del día, como si nuestra indignación fuera exagerada o injustificada, como si esto fuera normal, sólo política como de costumbre.
Pero, dejemos algo claro, New Hampshire: Esto no es normal. Esto no es política como de costumbre. (Aplausos.) Esto es vergonzoso. Es intolerable. Y no importa qué partido pertenezca -- Demócrata, Republicano, independiente -- ninguna mujer merece ser tratada de esta forma. Ninguna de nosotras se merece este tipo de abusos. (Aplausos.)
Y sé que es una campaña, pero esto no se trata de política. Se trata de la dignidad fundamental del ser humano. Se trata de lo correcto y lo incorrecto. (Aplausos.) Y simplemente no podemos soportar esto, ni exponer a nuestros hijos a esto -- ni un minuto más, y mucho menos cuatro años. (Aplausos.) Ahora es el momento en que todos debemos levantarnos y decir basta. (Aplausos.) Esto tiene que parar ahora mismo. (Aplausos.)
Porque consideremos esto: Si todo esto es doloroso para nosotras como mujeres adultas, ¿qué creen que le hace a nuestros hijos? ¿Qué mensaje están escuchando nuestras niñas sobre cómo deben verse, cómo deben actuar? ¿Qué lecciones están aprendiendo sobre su valía como profesionales, como seres humanos, sobre sus sueños y aspiraciones? ¿Y cómo está afectando a los hombres y niños de este país? Porque puedo decirles que los hombres en mi vida no hablan así sobre las mujeres. Y sé que mi familia no es distinta a las demás. (Aplausos.) Y descartar esto como plática cotidiana de vestidores es un insulto a los hombres decentes en todas partes del mundo. (Aplausos.)
Los hombres que ustedes y yo conocemos no tratan a las mujeres de esta manera. Son padres cariñosos que les enferma pensar que sus hijas estén expuestas a este tipo de lenguaje vicioso acerca de la mujer. Son maridos y hermanos e hijos que no toleran que a las mujeres se les maltrate ni se les falte el respeto. (Aplausos.) Y como nosotros, estos hombres están preocupados por las repercusiones que esta elección está teniendo en nuestros muchachos que están buscando modelos de lo que implica ser un hombre. (Aplausos.)
De hecho, alguien me contó recientemente una historia acerca de su hijo de seis años que un día estaba viendo las noticias -- estaban viendo las noticias juntos. Y el niñito, de la nada, dijo: "Yo creo que Hillary Clinton va a ser Presidenta". Y su mamá dijo, "Bueno, ¿por qué dices eso?". Y este pequeño de seis años de edad, dijo, "Porque el otro tipo le dijo cerdita a alguien", dijo, "no puedes ser presidente si le dices cerdito a alguien". (Aplausos.)
Por lo tanto, incluso un niño de seis años lo sabe bien. Un niño de seis años sabe que ésta no es la manera en que los adultos se comportan. No es así como se comportan los seres humanos decentes. Y ciertamente, no es así como se comporta alguien que quiere ser Presidente de Estados Unidos. (Aplausos.)
Porque vamos a dejar algo muy claro: Los hombres fuertes -- los hombres que son verdaderos ejemplos -- no necesitan menospreciar a las mujeres para sentirse poderosos. (Aplausos.) Las personas que son verdaderamente fuertes apoyan a los demás. Las personas que son verdaderamente fuertes unen a los demás. Y eso es lo que necesitamos de nuestro próximo Presidente. Necesitamos a alguien que sea una fuerza unificadora en este país. Necesitamos a alguien que sane las heridas que nos dividen, alguien que realmente se preocupe por nosotros y nuestros hijos, alguien con fuerza y compasión para llevar este país adelante. (Aplausos.)
Y permítanme decirles, estoy aquí porque creo con todo mi corazón que Hillary Clinton será la Presidenta. (Aplausos.)
Miren, sabemos que Hillary es la persona adecuada para el trabajo porque hemos visto su carácter y compromiso no sólo en esta campaña, sino en el transcurso de toda su vida. El hecho es que Hillary encarna muchos de los valores que tanto intentamos inculcarles a nuestros jóvenes. Les decimos a nuestros jóvenes que se "esfuercen en la escuela, que se eduquen bien". Los alentamos a utilizar esa educación para ayudar a otros -- que es exactamente lo que Hillary hizo con su licenciatura y su título de abogada, abogar por los niños con discapacidad, luchar por la atención de la salud de los niños como Primera Dama, por los servicios de guardería asequibles en el Senado. (Aplausos.)
Enseñamos a nuestros hijos el valor de jugar en equipo, que es lo que Hillary ejemplificó cuando perdió las elecciones de 2008 y aceptó trabajar para su oponente como nuestra Secretaria de Estado -- (aplausos) -- obteniendo los altísimos índices de aprobación sirviendo a su país una vez más. (Aplausos.)
También enseñamos a nuestros hijos a que no se toman atajos en la vida, y a que hay que esforzarse para lograr un éxito significativo en cualquier trabajo que se realice. Pues bien, Hillary ha sido abogada, profesora de derecho, Primera Dama de Arkansas, Primera Dama de Estados Unidos, senadora de Estados Unidos, Secretaria de Estado. Y ha tenido éxito en cada función, ganando más experiencia y exposición a la presidencia que cualquier otro candidato que hayamos conocido -- más que Barack, más que Bill. (Aplausos.) Y, sí, resulta que es una mujer. (Aplausos.)
Y finalmente, debemos enseñarles a nuestros hijos que cuando enfrentamos desafíos en la vida, no debemos darnos por vencidos, debemos seguir adelante. Bien, durante sus cuatro años como Secretaria de Estado, Hillary ha enfrentado una buena cantidad de desafíos. Viajó a 112 países, negoció un cese del fuego, un acuerdo de paz, una liberación de disidentes. Pasó 11 horas testificando ante una comisión del congreso. Sabemos que cuando las cosas se ponen difíciles, Hillary no se queja. No culpa a otros. No abandona el barco por algo más fácil. No, Hillary Clinton nunca ha renunciado a nada en su vida. (Aplausos.)
En Hillary, tenemos una candidata que ha dedicado su vida al servicio público, alguien que ha esperado su turno y ha ayudado mientras espera. (Aplausos.) Es una excelente madre. Ha criado a una excelente joven. Es una esposa amorosa y fiel. Es una hija devota que cuidó a su madre hasta sus últimos días. Y si alguno de nosotros hubiera criado a una hija como Hillary Clinton, estaríamos muy orgullosos. Estaríamos orgullosos. (Aplausos.)
Y sin importar quien sea su oponente, nadie podría estar más calificado para este trabajo que Hillary -- nadie. Y en esta elección, si le damos la espalda a ella, si simplemente nos quedamos cruzados de brazos y permitimos que su oponente sea elegido, entonces ¿qué les estamos enseñando a nuestros hijos sobre los valores que deben tener, sobre el tipo de vida que deben llevar? ¿Qué estamos diciendo?
En nuestros corazones, todos sabemos que, si dejamos que el oponente de Hillary gane esta elección, entonces estamos enviando un mensaje claro a nuestros hijos de que todo lo que están viendo y escuchando es perfectamente normal. Lo estamos validando. Lo estamos respaldando. Les estamos diciendo a nuestros hijos que es correcto humillar a las mujeres. Les estamos diciendo a nuestras hijas que esta es la forma en que merecen ser tratadas. Les estamos diciendo a todos nuestros hijos que la intolerancia y la intimidación del líder de su país son perfectamente aceptables. ¿Es eso lo que queremos para nuestros hijos?
PÚBLICO: ¡No!
SRA. OBAMA: Y recuerden, no solo estaremos mostrando un mal ejemplo para nuestros hijos, sino también para todo el mundo. Porque desde hace mucho tiempo, Estados Unidos ha sido un modelo para los países de todo el mundo, motivándolos a educar a sus hijas, insistiendo que les den más derechos a las mujeres. Pero si tenemos un presidente que habitualmente degrada a la mujer, quien se jacta de asalto sexual a las mujeres, entonces ¿cómo podemos mantener nuestra autoridad moral en el mundo? ¿Cómo podemos continuar siendo un faro de libertad y justicia y dignidad humana? (Aplausos.)
Bueno, afortunadamente, New Hampshire, aquí está lo lindo: Tenemos todo lo que necesitamos para detener esta locura. Ya ven, aunque nuestras madres y abuelas usualmente carecían del poder para cambiar sus circunstancias, hoy como mujeres tenemos todo el poder que necesitamos para determinar el resultado de esta elección. (Aplausos.)
Tenemos conocimiento. Tenemos una voz. Tenemos un voto. Y el 8 de noviembre, nosotras como mujeres, nosotras como estadounidenses, nosotras como seres humanos decentes podemos unirnos y decir que ya basta, y que no vamos a tolerar este tipo de comportamientos en este país. (Aplausos.)
Recuerden esto: En 2012, el voto femenino marcó la diferencia entre la victoria y la derrota de Barack en los principales estados oscilantes, incluyendo aquí en New Hampshire. (Aplausos.) Así que para aquellos que piensen que nuestro voto no importa realmente, o que una persona no puede realmente marcar una diferencia, que considere lo siguiente: En 2012, Barack ganó New Hampshire por unos 40,000 votos, lo cual parece mucho. Pero cuando se desglosa ese número, la diferencia entre la victoria y la derrota de este estado fue de sólo 66 votos por precinto. Piensen en eso. Si 66 personas de cada precinto hubieran votado de otra manera, Barack habría perdido.
Así que cada uno de ustedes hoy aquí podría ayudar a marcar la diferencia en todo un recinto y ganar esta elección para Hillary tan sólo yendo, con sus familias, sus amigos y sus vecinos a votar. Pueden hacerlo aquí. (Aplausos.) Pero también podría ayudar a marcar la diferencia a favor del oponente de Hillary con un voto de protesta o quedándose en casa por la frustración.
Porque está es la verdad: Ya sea Hillary Clinton o su oponente, alguno de ellos dos será elegido Presidente este año. Y si ustedes votan por alguien que no sea Hillary, o si usted no vota, entonces usted está ayudando a ganar a su oponente. Y piensen cómo se sentirían si eso sucediera. Imagínese despertar el 9 de noviembre y mirar a los ojos de sus hijas o hijos, o mirarse ustedes mismos en el espejo. Imagínense cómo se sentirán si se quedaron en casa, o si no hicieron todo lo posible para elegir a Hillary.
Simplemente no podemos permitir que eso suceda. No podemos permitirnos estar tan enojados que terminemos apagando el televisor y alejándonos. Y no podemos sentarnos a retorcernos las manos. Ahora, necesitamos recuperarnos de nuestra conmoción y depresión y hacer lo que las mujeres siempre han hecho en este país. Necesitamos que ustedes se suban las mangas. Tenemos que ponernos a trabajar. (Aplausos.) Porque recuerden esto: Si ellos se rebajan, nosotros --
AUDIENCIA: ¡Nos crecemos!
SRA. OBAMA: Así es. (Aplausos.)
Y votar ya es un buen comienzo, pero también tenemos que apresurarnos y empezar a organizar. Así que tenemos que hacer llamadas, y llamar a las puertas, y llevar a la gente a las urnas el día de las elecciones, y suscribirnos como voluntarios con uno de los funcionarios de la campaña de Hillary que hoy están aquí esperando a que demos un paso al frente. (Aplausos.)
Y, jóvenes y no tan jóvenes, vayan a las redes sociales. (Aplausos.) Compartan sus propias historias de por qué es importante esta elección, por qué debería importarles a todas las personas con conciencia en este país. Hay mucho en juego en esta elección.
Miren, la opción que ustedes escojan el 8 de noviembre podría determinar si tenemos un presidente que trata a las personas con respeto, o no. Un presidente que lucha por los niños, las buenas escuelas y los buenos empleos para nuestras familias -- o no. Un presidente que cree que las mujeres merecemos el derecho a tomar nuestras propias decisiones sobre nuestros cuerpos y nuestra salud -- o no. (Aplausos.) Eso es sólo un poco de lo que está en juego.
Así que no podemos permitirnos estar cansados o apáticos. Y no podemos permitirnos el lujo de quedarnos en casa el día de las elecciones. Porque el 8 de noviembre, tendremos el poder para demostrarles a nuestros niños que la grandeza de Estados Unidos proviene del reconocimiento de la dignidad innata y el valor de todo nuestro pueblo. El 8 de noviembre, podremos demostrarles a nuestros niños que este país es lo suficientemente grande como para ofrecernos un lugar para todos nosotros -- hombres y mujeres, personas de todos las condiciones sociales -- y que cada uno de nosotros es una parte preciosa de esta gran historia estadounidense, y somos siempre más fuertes juntos. (Aplausos.)
El 8 de noviembre, podremos demostrarles a nuestros niños que aquí en Estados Unidos, rechazamos el odio y el temor -- (aplausos) -- y en tiempos difíciles, no desechamos nuestros ideales más elevados. No, nos alzamos para lograrlos. Nos alzamos para perfeccionar nuestra unión. Nos alzamos para defender las bendiciones que nos da nuestra libertad. Nos alzamos para encarnar los valores de igualdad y oportunidad y sacrificio que siempre han hecho de este país la nación más grande sobre la tierra. (Aplausos.)
Eso es lo que somos. (Aplausos.) Y nunca permitamos que alguien nos diga lo contrario. (Aplausos.) La esperanza es importante. La esperanza es importante para nuestros jóvenes. Y nos merecemos un presidente que pueda ver esas verdades en nosotros -- un presidente que nos pueda unir y sacar lo mejor de nosotros. Hillary Clinton será la presidenta. (Aplausos.)
Así que, durante los próximos 26 días, necesitamos hacer todo lo que podamos para ayudarla a ella y a Tim Kaine a ganar esta elección. Yo sé que lo haré. ¿Están conmigo? (Aplausos.) ¿Todos ustedes están conmigo? (Aplausos.) ¿Están listos para subirse las mangas? ¿Para empezar a tocar a las puertas?
Muy bien, pongámonos a trabajar. Gracias a todos. Que Dios los bendiga. (Aplausos.)