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Cuando tu trabajo emigra sin ti a México, el país del que llegaste

Los mexicanos de la planta de Carrier en Indiana, protagonista de la campaña, ven cómo el trabajo que les permitió alcanzar la prosperidad en Estados Unidos se marchará para beneficiar a sus compatriotas.
2 May 2016 – 06:44 PM EDT
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INDIANAPOLIS. INDIANA. Hasta hace poco más de dos meses, la vida del mexicano Eloy Navarro se parecía al ideal de muchos emigrantes en Estados Unidos.

Se había mudado recientemente con su esposa y dos hijos a una amplia casa a solo cinco minutos en auto de la fábrica de Carrier en Indianapolis.

Allí, a sus 40 años y tras 11 en la compañía, ganaba un cómodo sueldo de unos $50,000 al año como montacargas de los aparatos calefactores y de aire acondicionado que se producen en la fábrica.

Pero el 9 de febrero se enteró de que el empleo que le dio una relativa prosperidad se marchará al país del que proviene.

A la hora del almuerzo, un manager convocó a la plantilla y les comunicó que esa factoría y otra en Huntington, al norte del estado, serían cerradas para trasladar la producción a Monterrey, México, donde la mano de obra es mucho más barata.

De la "eternidad" a la "transición"

En total, 2,100 personas perderán sus trabajos en un proceso gradual de tres años que la dirección de la empresa llama "transición".

Navarro se crió en Zacatecas y había trabajado para Carrier desde que se mudó a Indianapolis, procedente de California: "Esperaba que éste iba a ser mi trabajo para siempre. Pero nada es eterno", dice resignado.

El cierre de las dos factorias de Carrier en Indiana ha reavivado los temores en Estados Unidos a un éxodo industrial a México y otros países.

Esta planta es solo una de muchas que se han marchado al extranjero pero ha adquirido una atención inusual porque el momento del anuncio de despidos fue grabado en celular por uno de los trabajadores y el video se volvió viral.

Pero si aún hoy Carrier sigue dando que hablar es porque los candidatos presidenciales lo han convertido en símbolo de los males que aquejan a la industria estadounidense y que ellos prometen solucionar. Con las espadas en alto por la crucial primaria de este martes en Indiana, Carrier ha sido un tema recurrente estos días en la campaña.

Pero la supuesta fuga masiva de factorias de este estado industrial es desmentida por la realidad de la economía de este estado, que tiene una tasa de desempleo del 5%, menor que la de otros estados vecinos del Rust Belt (cinturón industrial).

Nuevas fábricas de industrias más avanzadas como la aeronáutica o equipamiento médico han reemplazado a las que se fueron.

Sin estudios

Aquí la mayoría de trabajadores de Carrier sabe que no tendrán muchos problemas en un nuevo empleo, pero sí se angustian pensando que no encontrarán un trabajo que les pague tan bien.

"Sin título universitario es difícil encontrar un trabajo que me pague igual", dice Navarro. Ahora está pensando en ir a la universidad.

Aunque el sindicato y los candidatos les han dicho que conseguirán cancelar el traslado, aquí muchos desconfían de las promesas.

"Todos los políticos son iguales. Como en México. Te prometen un puente y todavía no hay río", dice Ansurio Miramontes, otro mexicano trabajador en la fábrica.

MIramontes ya se ha acostumbrado a sufrir despidos colectivos.


Éste es el tercero que sufre desde que llegó a Indiana en 1998. Entonces le dijeron que aquí podría encontrar trabajo fácilmente, algo que no desmiente.

"Una puerta se cierra y otra se abre", dice. "Ahora empezar de nuevo será difícil pero no nos queda otra que trabajar duro y salir adelante".

Hay una veintena de inmigrantes hispanos trabajando en la fabrica de Indianapolis y según Miramontes ninguno está hablando de volverse a su país.

"Mis dos hijas nacieron aquí y no se me ha pasado por la mente volverme", explica.

Este deseo de quedarse no lo comparten otros. Según un análisis del Centro Pew, desde la Gran Recesión hasta hoy, más mexicanos inmigrantes han vuelto a su país que los que han llegado aquí.

Los trabajadores mexicanos de esta fábrica dicen que algunos compañeros les recriminan por el mero hecho de ser mexicanos, acusando a sus compatriotas de trabajar como esclavos. Pero agregan rápidamente que la convivencia es por lo general buena.

A diferencia de ellos, Miramontes ve un lado positivo en esta "transición" y dice que en parte se alegra por el traslado a México: "Para ellos será un buen sueldo. Eso es perfecto para aquella gente y les va a ser de mucha ayuda".

Contribuyó reportando Jika González.

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