Los datos más recientes estiman que 142 personas muere a diario en Estados Unidos por una sobredosis de drogas. Los opioides son los principales responsables de estas fatalidades: en 2015, dos de cada tres sobredosis estuvieron asociadas a estas sustancias. "Nuestros ciudadanos están muriendo. La epidemia de opioides que estamos enfrentando no tiene precedentes", alertó un informe de la comisión creada por el presidente Trump para atender el problema. Hoy las muertes por sobredosis ya superan las de homicidios por arma de fuego y accidentes automovilísticos juntos. Crédito: Robert F. Bukaty/AP
Los opioides son sustancias derivadas de la semilla de la amapola. Actúan en el sistema nervioso para aliviar el dolor; su uso puede generar dependencia física y adicción. Aunque existen distintos tipos, todos tienen una composición química similar: desde pastillas recetadas por el médico como la hidrocodona, la oxicodona, la morfina y la codeína, opioides sintéticos como el fentanilo o drogas ilegales como la heroína. Crédito: Michael Probst/AP
De ellos, uno de los más peligrosos es el fentanilo, cuya potencia es entre 50 y 100 veces mayor que la de la morfina. Entre 2013 y 2014, por sí solo causó más de 700 muertes en EEUU. El popular cantante Prince falleció como consecuencia de una sobredosis fatal de esta droga. Crédito: Chris O'Meara/AP
Un opioide aún más potente y peligroso es el carfetanilo, hasta 10,000 veces más fuerte que la morfina y 100 veces más que el fentanilo. 17 personas experimentaron sobredosis y una murió a las nueve horas de que el carfentanilo llegara a la ciudad de Akron, en Ohio, uno de los estados más afectados por la crisis de opioides. En la foto, un adicto en recuperación (que no es más que una persona enferma) muestra la imagen del momento en que recibió cuidados luego de sufrir una sobredosis casi mortal. Crédito: David Dermer/AP
Un factor que ha contribuido a la adicción a opioides en EEUU es la facilidad con la que los médicos prescriben estos potentes medicamentos. No siempre fue así. En los años 60, los especialistas eran renuentes a hacerlo por temor a los efectos secundarios, postura que fue cambiando en la década de los 80. Actualmente se ha emprendido una campaña para concientizar a los médicos a no recetar este tipo de analgésicos a menos de que sea estrictamente necesario. Crédito: Carla K. Johnson/AP
Algunos doctores han sido culpados de fraude por la prescripción irresponsable de opioides. Así le ocurrió a Fathalla Mashali, quien rutinariamente veía a más de 100 pacientes al día y recetaba oxicodona y otros medicamentos sin hacer exámenes físicos o pruebas para determinar si de verdad los necesitaban. Se espera que las autoridades vigilen y penalicen de forma más estricta estas prácticas. Las compañías farmacéuticas también han sido señaladas de ejercer presión y popularizar este tipo de medicamentos. Crédito: Steven Senne/AP
Muchas de las personas que se vuelven adictas lo hace después de tener un accidente o sufrir alguna herida de gravedad, y recibir una receta de su propio médico. La adicción, sin embargo, continúa rodeada de estigma y no es vista en la sociedad como lo que es en verdad es: una enfermedad. Otras veces los pacientes los usan de forma incorrecta. El Instituto Nacional de Abuso de Drogas recomienda que se informen de las interacciones de los opioides con otros medicamentos o el licor, y sigan al pie de la letra las instrucciones del médico, nunca suspendan un opioide o cambien su frecuencia o dosis sin preguntar, jamás compartan estas medicinas y las guarden en un lugar seguro fuera del alcance de niños y jóvenes. Crédito: Spencer Platt/Getty Images
Poco más del 30% de las muertes relacionadas con opioides recetados se deben a interacciones negativas con otros medicamentos o sustancias como las benzodiazepinas o psicotrópicos usados para el tratamiento de la ansiedad u otros trastornos. Por eso, es fundamental que, antes de que les prescriban cualquier opioide, los pacientes enumeren a su médico todas las drogas que consumen (sean legales o no). Crédito: George Frey/Reuters
Entre 1999 y 2015, las muertes por sobredosis relacionadas con opioides por prescripción se cuadruplicaron. En ese tiempo las ventas de estos potentes analgésicos se dispararon en igual proporción, advierten los Centros para el Control de Enfermedades. Lo que es más: cada día más de 1,000 personas llegan a salas de emergencia por uso incorrecto de estos medicamentos. En la foto, la madre de un joven que murió de una sobredosis cuenta su relato durante una rueda de prensa del Departamento de Salud de Utah. Rick Bowmer/AP
Muchas veces se confunde el concepto de dependencia con el de adicción, pero no son lo mismo. La primera es consecuencia de la adaptación del cuerpo a la exposición continua a una droga, que genera tolerancia y hace que paulatinamente se requieran mayores cantidades del medicamento para obtener el mismo efecto. Cuando se deja de tomar se experimentan síntomas de abstinencia. La adicción implica una búsqueda y uso compulsivo de la droga aunque tenga consecuencias negativas. En la foto, la clínica de rehabilitación Private Clinic North en Rossville, GA, muestra algunas imágenes de celebridades que han sufrido de adicción. Crédito: Kevin D. Liles/AP
Una de las maneras más eficaces de tratar la adicción es la terapia basada en fármacos, que consiste en dar al paciente una dosis de metadona o buprenorfina, en mínima cantidad para satisfacer la necesidad de consumo y disminuir los efectos el síndrome de abstinencia, pero no tanta como para generar euforia. De esta manera, los cambios modifican la química en su cerebro para finalmente liberarse de la adicción. Tanto los CDC, como el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas y la OMS la avalan. Sin embargo, algunos como el ex secretario de salud, Tom Price, consideran que alimenta la adicción, algo que la ciencia ha desmentido. Crédito: Pablo Martinez Monsivais/AP
Muchas ciudades como Baltimore, en Maryland, se han visto obligadas a innovar para enfrentar el incremento en el número de muertes por sobredosis. Allí, la comisionada de salud, Leana Wen (a la izquierda, en la foto), aprobó que cada habitante reciba una receta del naloxone (que puede revertir casi el 100% de las sobredosis) después de hacer un entrenamiento de cinco minutos sobre cómo istrarlo. La idea es que cualquier adicto o familiar lo tenga a mano y sepa cómo actuar en caso de una emergencia. Crédito: Images for Colgate Bright Smiles, Bright Futures/AP
Desde el gobierno federal, Trump prometió en agosto que se declararía una emergencia nacional por la adicción a los opiodes, algo que aparentemente se materializará a finales de octubre. Su decisión se conoció horas antes de anunciar que su nominado para ser zar antidrogas, el congresista republicano Tom Marino, se retiraba de la puja luego de la publicación de un reportaje, que lo culpa de promover una ley que dificulta a la Agencia Antidrogas de EEUU (DEA) vigilar a las farmacéuticas que fomenten la disponibilidad de narcóticos recetados en las calles de EEUU. Crédito: Saul Loeb/AFP/Getty Images
En el ínterin, personas que se han visto afectadas por la crisis, como Patty Farrell, cuya hija murió de una sobredosis de heroína hace cuatro años, siguen esperando una solución y presionando a los legisladores para que dicten nuevas y más severas penalizaciones para los traficantes de drogas. Crédito: Mary Esch/AP
Otro que anhela que el gobierno tome medidas contundentes es Paul Kusiak, padre de dos exadictos. “ Espero que el presidente cumpla con las promesas que hizo durante la campaña en las que aseguró que quería ayudar a familias como la mía a evitar a este tipo de experiencia. Intento desesperadamente tener fe y creer en su palabra”, declaró en mayo. Aún queda mucho por hacer: el problema está lejos de resolverse. Crédito: Elise Amendola/AP