Las mentiras de Jeff Sessions para justificar la eliminación del DACA
El fiscal general Jeff Sessions anunció este martes la decisión del presidente Donald Trump de rescindir el programa de Acción Diferida (DACA), que comenzó a funcionar en 2012 bajo el gobierno de Barack Obama y que protege de la deportación a unos 800,000 jóvenes que llegaron a Estados Unidos siendo niños.
En poco más de un minuto, Sessions dijo al menos 5 mentiras para justificar esta medida:
Esta afirmación no tiene fundamento. Si bien los datos oficiales revelan que existió un aumento del 77% de la cantidad de niños solos en la frontera suroeste en 2014 (68,541), no hay evidencia de que este incremento se deba al DACA. Según las cifras del gobierno, el número cayó en 2015 (fue 39,970) y volvió a aumentar en 2016 (59,692).
Es importante explicar que los niños que llegaron en los años siguientes a 2012, cuando fue establecido el DACA, no califican para formar parte del programa, pues uno de los requisitos es haber llegado a Estados Unidos antes de los 16 años y estar en el país al menos desde el 15 de junio de 2007 (en su versión original) y desde el 1 de enero de 2010 ( en su extensión en 2014).
En 2014, un informe del Congreso de EEUU indicó que es muy difícil establecer las verdaderas causas del aumento de menores en la frontera sur. Pero señala que la “enorme mayoría” de los niños solos en la frontera –que provienen de Guatemala, Honduras y El Salvador– escaparon de “las altas tasas de crímenes violentos, las malas condiciones económicas impulsadas por bajas tasas de crecimiento económico, altas tasas de pobreza y la presencia de pandillas transnacionales”.
Diversas investigaciones aseguran que los inmigrantes ilegales no le quitan el trabajo a los estadounidenses. El Simposio 2015 del Southern Economic Journal, señala que los indocumentados generan un incremento en los salarios de todos los empleados. Y de acuerdo a un estudio de Wharton, la Escuela de Negocios de la Universidad de Pensilvania, "es improbable que los inmigrantes, ya sean de alta o de baja calificación, legales o ilegales, reemplacen a los trabajadores nativos o reduzcan sus salarios en el largo plazo, aunque pueden causar algunas perturbaciones en el corto plazo".
A esta evidencia, se suma el informe de la Academia Naciona de las Ciencias de 2016, que indica que los inmigrantes pueden afectar positivamente los salarios de estadounidenses. Otro documento de 2017, por su parte, señala que si hubiese un efecto de la inmigración en los salarios y el empleo de los trabajadores nativos, es en general muy pequeño, y que cualquier impacto negativo tiene más probabilidades de afectar a inmigrantes previos o a nativos, que abandonaron la secundaria. La conclusión del estudio es que "la inmigración tiene un impacto positivo general en el crecimiento económico de Estados Unidos a largo plazo".
Sessions vinculó el DACA y la inmigración con el aumento del crimen. Esta relación es falsa. La realidad es que, en general, los inmigrantes cometen menos delitos que los nativos. En este caso también, hay abundante evidencia científica de que estas personas violan la ley en menor medida que los estadounidenses. Un estudio de los expertos en criminología Matthew Lee y Ramiro Martínez Jr concluyó que, contrariamente a "la opinión popular", los inmigrantes "casi siempre exhiben tasas de criminalidad más bajas que los grupos nativos”.
Consultado por Univision Noticias, Martínez, profesor de la Universidad Northeastern, explicó que "más inmigración típicamente significa menos crímenes violentos". Al analizar "los niveles de inmigración en los barrios de Miami", por ejemplo, "generalmente no están relacionados con la violencia", agregó.
Como ya dijimos, no hay evidencia contundente de que los inmigrantes generen mayor criminalidad. En este sentido, la afirmación de Sessions carece de sustento pues el fin del DACA no tiene ninguna relación con mayor seguridad. De hecho, uno de los requisitos para formar parte de este programa es carecer de antecedentes criminales.
Esta afirmación hace eco a la promesa de campaña de Trump de hacer al país más seguro frente a los supuestos altos niveles de criminalidad. Pero la realidad es que el crimen no ha aumentado. Los datos del FBI revelan una disminución de la tasa de asesinatos a casi la mitad entre 1995 y 2014, de 8.2 asesinatos y 684.5 delitos violentos por cada 100,000 habitantes a 4.5 y 365.5, respectivamente.
La caída de la inmigración ilegal no es el resultado exclusivo del gobierno de Trump. Las cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza revelan que el número de detenidos en la frontera suroeste de Estados Unidos también cayó significativamente durante el gobierno de George W. Bush y los mandatos de Barack Obama (se vio una caída entre 2007 y 2012, luego entre 2015 y 2016).
En este sentido, el subdirector del Instituto México del Wilson Center, Christopher Wilson, dijo a Politifact que "sin importar cómo se lo vea, Trump está lejos de ser el primer presidente de Estados Unidos en presidir durante grandes caídas de la inmigración clandestina".
De acuerdo a los promedios publicados por Politifact, "durante los años 1980, hubo un promedio anual de 1 millón de detenciones de la patrulla fronteriza en la frontera suroeste" mientras que en el gobierno de Obama "el promedio fue menor a 500,000". Según los datos, la caída en la inmigración no es solo el resultado de Trump, sino también el producto de los gobiernos previos.