Por qué es falso lo que dice Trump de que hubo millones que votaron de forma ilegal en las pasadas elecciones
De nuevo, Donald Trump asegura que la elección presidencial estuvo amañada en su contra. La noche de este lunes 23 de enero el presidente aseguró en una reunión con líderes del Congreso, que su derrota en el voto popular se dio porque hubo entre tres y cinco millones de votos ilegales y por eso Hillary Clinton le ganó por 2.8 millones de votos a nivel nacional.
Y este martes, su secretario de prensa, Sean Spicer, repitió esas acusaciones e incluso citó un estudio del Pew Research Center –que ha utilizado de forma incorrecta el equipo de Trump durante meses– para justificarse, durante una rueda de prensa en la Casa Blanca.
“El presidente sí cree eso. Él ha dicho eso antes, creo que mostró su preocupación sobre personas votando ilegalmente durante la campaña, y continúa manteniendo esa creencia, basado en estudios y evidencia que le han presentado”, dijo Spicer.
“Él estaba teniendo una conversación con algunas personas y lo mencionó ligeramente, que ha sido una creencia que ha tenido desde hace tiempo. No es la primera vez que le hemos oído decirlo”, expresó el funcionario.
Efectivamente, Trump ya había hecho una acusación similar en noviembre sin ningún tipo de pruebas, aunque en esa ocasión no dio cifras, como sí lo hizo ahora. En ese momento, el magnate aseguró que hubo fraude en Virginia, New Hampshire y California, estados que él perdió.
Casi de inmediato, distintas autoridades de esos estados salieron a desmentir a Trump, incluyendo el exfiscal general republicano Tom Rath, que escribió en su cuenta de Twitter: "Esto probablemente me costará mi lugar en el gabinete, pero no hubo fraude, ni serio ni nada, en esta elección en NH. Simplemente no hubo".
En ese momento, presionado para que ofreciera pruebas, el portavoz de Trump, Jason Miller, citó dos estudios que son frecuentemente citados por quienes alegan que existe una votación masiva de indocumentados. Se trata de un reporte del Pew Center de 2012 y otro de Old Dominion University de 2014.
La investigación del Pew a la que hacen referencia Miller y Spicer fue publicada en febrero de 2012, y titulada 'Impreciso, Costoso e Ineficiente'. Es un estudio sobre el registro de electores a nivel nacional y principalmente critica lo costoso que es y cómo dificulta la inscripción de nuevos electores, así como la imprecisión de los datos de votantes que se mudaron de estado o que fallecieron entre una elección y otra.
La palabra fraude sólo se menciona una vez en el estudio, al mencionar que la dificultad para actualizar los registros de votantes que se mudan o mueren “puede llevar a problemas con los registros, incluyendo la percepción de que carecen de integridad o de que podrían ser susceptibles al fraude”, según corroboró el Detector de Mentiras de Univision Noticias.
Más allá de los problemas que resalta el estudio del Pew Research Center, sus conclusiones no llevan, de ninguna manera, a suponer que pueda darse un fraude electoral masivo. De hecho, el mayor impacto del ineficiente sistema electoral se refleja en el altísimo número de adultos que ni siquiera están registrados para votar: 51 millones para el año 2012, un 24% de la población elegible.
Afirmaciones infundadas
El problema de estas afirmaciones que hacen Donald Trump y su equipo es que no hay ninguna prueba para sustentarlas. No las hubo en noviembre, y tampoco ahora. De hecho, diversos estudios y datos históricos apuntan a que el sistema de votación de Estados Unidos es uno de los más confiables.
En 2014, una investigación de Justin Lewitt, profesor de leyes de la Universidad de Loyola, encontró que desde el año 2000 –período en el que se han emitido más de 1,000 millones de votos en el país– sólo se habían comprobado 31 incidentes de voto fraudulento en elecciones primarias, nacionales o municipales. Ninguno de esos incidentes supuso un número masivo de votos ilegales o tuvo efectos en el resultado de la elección.
Lewitt es el autor de otro estudio –uno de los más aceptados– que publicó el Brennan Center for Justice en 2007. Dicho informe concluyó que no existe ningún caso demostrado de que un extranjero haya votado o se haya registrado para votar de manera fraudulenta. Levitt ofreció varios ejemplos de acusaciones de voto por inmigrantes indocumentados que resultaron totalmente infundadas.
A comienzos de diciembre anterior, el Washington Post reportó que a nivel nacional se habían comprobado sólo cuatro casos de voto fraudulento enlas elecciones de 2016: una mujer que intentó, y no pudo, votar dos veces en Iowa; un hombre en Texas que fue arrestado por votar dos veces; una mujer que votó por su esposo recientemente fallecido en Illinois; y una mujer que en Miami rellenó la casilla de alcalde en diversas tarjetones.
A mediados de diciembre, el New York Times recopiló las denuncias (comprobadas o no) de voto fraudulento a nivel nacional: 26 estados no reportaron ninguna y en otros ocho se dio una por estado. Los que más denuncias recibieron fueron Tennessee y Georgia: 40 y 25 denuncias respectivamente que estaban siendo investigadas.
También es bueno recordar que las elecciones presidenciales están bajo la organización de cada uno de los 50 gobiernos de los estados, más el Distrito de Columbia. El pasado 8 de noviembre, 85.6 millones de votos se emitieron en estados con gobernadores republicanos, de un total de 136.6 millones, por lo cual la elección estuvo principalmente bajo el mando del partido de Trump.
Y en octubre de 2016, la Asociación de Secretarios de Estado (los encargados de las elecciones en cada uno de los 50 estados) emitió un comunicado rechazando las dudas sobre la integridad de las elecciones.
"Los votantes no deben tener dudas de que sus votos –y únicamente los votos– van a determinar el proximo presidente de Estados Unidos en noviembre", escribió la organización.
Con la información disponible y la falta de evidencia que ha ofrecido el presidente Trump, podemos calificar su acusación de fraude como una mentira absoluta.
Tras su más reciente denuncia, el Senador republicano Lindsey Graham pidió al mandatario "compartir con nosotros la información que tiene sobre esto o por favor dejar de decirlo".
Está por verse si lo hará.
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