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Estafa y Fraude

“Somos de Sinaloa, del crimen organizado”: 'secuestro virtual' le quita a una inmigrante sus ahorros y la manda al hospital

Leda Rodríguez, de 71 años, es una de las víctimas más recientes de una vieja estafa que suele realizarse desde cárceles mexicanas. Los criminales fingen haber secuestrado a un familiar y exigen pagar un rescate. El FBI ha notado un incremento en denuncias por este delito en estados fronterizos.
28 Ago 2020 – 02:08 PM EDT
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A las 11:30 am del martes 18 de agosto, Leda Rodríguez, una inmigrante colombiana que vive en Estados Unidos desde 1985, recibió una llamada de un número que no reconoció. Dejó de trabajar, angustiada por el llanto de una mujer al otro lado de la línea. “¡Mami! ¡Me pasó algo horrible!”, exclamó.

La conversación fue interrumpida por la voz golpeada de un hombre. “Somos de Sinaloa, del crimen organizado”, le advirtió. “Estábamos haciendo un negocio, teníamos armas y drogas, y su hija comenzó a gritar y por su culpa nos persigue la Policía. Nos dañó un negocio de 30,000 dólares y ahora ella tiene que responder”, le explicó.

“Necesito que me consiga el dinero, porque me la llevo a México y la mato”, amenazó el hombre, quien se identificó con un apodo similar al de los narcotraficantes.

A Rodríguez, de 71 años, se le vino el mundo encima. Dice que apenas escuchó los sollozos de la mujer creyó era Vicki, una de sus dos hijas que viven en California. “Yo le sentí la voz igualita, como si mi hija estuviera llorando, eso fue lo que me impresionó”, dice en una entrevista con Univision Noticias.

Cuando confirmó horas después que se trataba de un secuestro virtual y que su hija jamás fue raptada por criminales, el daño ya estaba hecho: ya les había entregado sus pocos ahorros y el fuerte susto le provocó un problema cardiaco por el cual estuvo internada ocho días en un hospital.

Quienes le llamaron no parecían improvisados. Le dieron el nombre completo de su hija, la mantuvieron en el teléfono tres horas para asegurarse que no descubriera el engaño, mencionaron calles de Los Ángeles, le pidieron que respirara profundo “para que no se den cuenta que usted está nerviosa” y la guiaron hasta que les envió 2,000 dólares desde una tienda Walmart y otro negocio en Long Beach.

En ese punto la comunicación se fue a WhatsApp, por donde les mandó fotos de los recibos. Envió a México lo que se ganó limpiando casas en el condado de Orange. “Fui ahorrando ese dinero, poquito a poquito”, dice quien tiene cuatro hijos, dos en EEUU y otros dos en Colombia.

“Si él se muere, yo la mato”

Pero los estafadores querían más. Para seguirla presionando, otro hombre tomó el teléfono y le pidió todo lo que tuviera en su cuenta de banco.

“Oiga, señora, su hija acaba de cometer otro error: se puso a gritar, otra vez vino la Policía y baleó a uno de mis hombres. Si él se muere, yo la mato. Ahora usted tiene que correr con los gastos del hospital”, recuerda que le advirtió.

Hasta que Rodríguez le envió una foto de su estado de cuenta, mostrando que solo tenía 131 dólares, el hombre dejó de amenazarla y le dio indicaciones dónde supuestamente liberarían a su hija Vicki. “Me dijo: ‘ya la voy a soltar, se la dejo en la Anaheim y Long Beach bulevar’”, contó la mujer.

Su hija, en realidad, estaba de paseo con su familia en Riverside, en una zona con poca señal telefónica.

Apenas concluyó la comunicación con los estafadores, Rodríguez sintió un dolor en el corazón y mucho cansancio. La transportaron a un hospital y allí se quedó ocho días. La dieron de alta el martes y no sabe cuánto deberá pagar por la atención médica que recibió, ni cuándo podrá regresar a trabajar.

Para ayudarla económicamente, una mujer cuya familia le contrata para limpiar su casa en Orange, Mary Kramer, abrió una cuenta de GoFundMe que ha recaudado más de 4,200 dólares.

“La comunidad latina debe saber que esto está ocurriendo”, dijo Kramer a este medio.

Rodríguez, no solo lamenta que le hayan robado lo que tenía para visitar a su familia en Sudamérica, sino que el espanto por el falso secuestro de su hija le dejó graves secuelas en su salud.

“Ahora tengo que recuperarme, no puedo hacer nada y vamos a ver si quedo bien. Lo triste es que yo no sufría de nada, pero ahora tengo que tomar diez pastillas cada día”, lamentó.

Llamadas en inglés a Beverly Hills

Desde mayo de 2019, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) advierte sobre un incremento en las denuncias por secuestros virtuales y subraya que los delincuentes han cambiado sus tácticas. Este delito ha estado bajo su lupa desde hace más de 20 años. La gran mayoría de las víctimas son inmigrantes hispanos que viven en estados fronterizos.

La alerta más reciente del FBI fue emitida el pasado 27 de marzo, en la cual se menciona que registró varias denuncias de personas de Nuevo México que recibieron llamadas telefónicas pidiendo el pago de un rescate por un familiar que habían raptado.

En septiembre de 2019, el FBI informó que hubo un incremento en este delito afectando a vecinos del Valle del Río Grande, en Texas.

Y en mayo de ese año, la dependencia descubrió que los delincuentes se volvieron más audaces: llamaron a hoteles del área de Tucson (cerca de la frontera de Arizona) para decirle a sus víctimas que el lugar estaba rodeado de policías. Les convencieron de que cruzaran la frontera, se registraran en un hotel de México y que desde allí hicieran una videollamada. De ésta tomaron imágenes que enviaron a sus familiares para advertirles que los tenían secuestrados y les pidieron dinero para liberarlos.

“Las víctimas informan que las amenazas se sienten terriblemente reales”, señaló entonces la oficina del FBI en Tucson. “En un caso, se convenció a una víctima de que se quedara en una habitación de hotel durante varias noches. En otro caso, los compañeros de trabajo de la víctima se armaron dentro de una habitación de hotel pensando que afuera había criminales armados que los perseguían”, agrega.

Rastreando las llamadas de secuestros virtuales entre 2013 y 2015, los agentes federales descubrieron que casi todas se realizaron desde cárceles mexicanas.

Durante la llamada operación ‘Hotel Tango’, realizada para capturar a estos delincuentes, las autoridades identificaron a más de 80 víctimas de California, Minnesota, Idaho y Texas. Les robaron más de 87,000 dólares.

Hace cinco años, la oficina del FBI en Los Ángeles detectó que los secuestros virtuales comenzaron a realizarse también en inglés y que una de las llamadas fue tomada en una afluente ciudad californiana.

“Los presos estafadores (…) eligieron una zona próspera, como Beverly Hills. Buscaron en la Internet para conocer el código de área correcto y el prefijo de marcación telefónica. Luego comenzaron a marcar números en secuencia, buscando víctimas”, describe un comunicado.

Este no es un delito que queda impune. En septiembre de 2018, un juez federal impuso una sentencia a más de siete años de prisión a Yanette Rodríguez Acosta, quien cobró 28,000 dólares después de que sus cómplices llamaron a dos padres para decirles que habían secuestrado a sus hijas. Para convencerlos amenazaron con cortarle los dedos. La banda buscaba sus víctimas en Texas, California y Idaho. El pago de los ‘rescates’ se enviaba a México y a lugares específicos en Houston (Texas).

Colgar de inmediato si recibe este tipo de llamadas, ar directamente al familiar ‘secuestrado’ y jamás pagar un ‘rescate’, son algunos consejos que hace el FBI para no caer en este engaño.

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