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Greenpeace hace caer en la trampa a científicos de EEUU

Los ecologistas muestran como académicos aceptan realizar trabajos favorables al carbón o el petróleo a cambio de dinero sin desvelar el origen de los fondos.
9 Dic 2015 – 07:09 AM EST
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¿Qué pasa cuando se pide a científicos que redacten un trabajo favorable al carbón o el petróleo a cambio de dinero">ha desvelado ahora Greenpeace con motivo de la Cumbre Mundial del Clima de París (COP21), durante seis meses, activistas de la oficina británica de la organización ecologista se hicieron pasar por representantes de empresas de combustibles fósiles para poner a prueba a algunos académicos de las universidades de Princeton y Pensilvania, en EEUU.

Uno de los profesores que cayeron en su trampa fue William Happer, conocido escéptico que, según Greenpeace, aceptó escribir un informe para una “compañía petrolera de Oriente Medio” (‘Greenpeace Petroleum’, bromean los ecologistas) y se comprometió a no divulgar cuál era su fuente de financiación. Happer fue también el orador principal de una audiencia reciente en el Senado de EEUU organizada por el candidato republicano Ted Cruz

Otro en caer en sus redes fue Frank Clemente, sociólogo de la Universidad de Pensilvania, al que se le planteó escribir un trabajo para “contrarrestar las investigaciones perjudiciales que establecen una vinculación entre el carbón y las muertes prematuras, en particular la cifra de la OMS según la cual 3.7 millones de personas mueren cada año por la contaminación de los combustibles fósiles”.

Siempre según Greenpeace, la respuesta del profesor universitario fue que el precio por este encargo sería de unos 15,000 dólares por un artículo de 8-10 páginas. 

Además, los ecologistas aseguran que cuando le preguntaron si no tenía que hacer público el origen de los fondos, el profesor Clemente declaró: “No hay ninguna obligación de declarar las fuentes de financiación en Estados Unidos”. Y puso como ejemplo un discurso y una tribuna financiadas por Peabody Energy, la mayor empresa de carbón del mundo: “En ninguno de estos casos, el sponsor fue identificado. He publicado todo mi trabajo como investigador independiente”, dicen que respondió el profesor universitario los grupos ecologistas. 

En cuanto al precio, el trabajo de investigación de Greenpeace desvela que Clemente había recibido por otro informe sobre el valor mundial del carbón 50.000 dólares por parte de la firma estadounidense Peabody Energy. 

Si bien resulta poco ético, no sorprende tanto que haya académicos que presenten trabajos como independientes sin desvelar que están financiados por actores interesados. La novedad es que esta vez han sido pillados. 


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