Divertirse con la literatura o ser Álvaro Pombo
Por Carmen Graciela Díaz @carmen7graciela desde Puerto Rico
Mientras el escritor Sergio Ramírez leía su ponencia sobre Rubén Darío y el modernismo, un señor a su izquierda leía ocasionalmente unas hojas con anotaciones a mano que le tapaban el rostro.
Como si su cabeza fuera de papeles.
Ese señor es Álvaro Pombo -poeta, novelista y filólogo español considerado uno de los maestros de la literatura española contemporánea- que con su ponencia sobre el poeta Juan Ramón Jiménez en el VII Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) arrancó risas este miércoles por su talento para el comentario agudo, la diversión inevitable y la posibilidad de quebrar lo más serio o solemne.
Pombo tuvo a su cargo el cierre de la sesión plenaria “Hispanoamérica y la esencia de la lengua: homenaje a la poesía de Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas y Luis Palés Matos”, dedicada a cuatro grandes de la literatura en español a quienes se les rinde tributo en CILE, evento que continúa hasta el sábado en San Juan, Puerto Rico.
“¿Se oye bien? Me campearé con libertad para no dejar mal a Víctor García de la Concha”, advirtió Pombo tras la presentación que hizo de él, antes de tomar el micrófono, el director del Instituto Cervantes.
“Dios está azul. La flauta y el tambor/ anuncian ya la cruz de primavera./ ¡Vivan las rosas, las rosas del amor,/ entre el verdor con sol de la pradera!”, declamó Pombo al decir que esa escena de Jiménez se parece a cómo luce este miércoles Puerto Rico.
Pombo se dedicó a discutir a Jiménez, el escritor que al estallar la Guerra Civil española se exilió y cuya vida fuera de su país lo condujo a Puerto Rico donde recibió la noticia en 1956 de que se convirtió en Premio Nobel de Literatura y donde murió en 1958.
Por eso, Pombo citó versos que Jiménez le escribió a Puerto Rico, la "isla de los horizontes magnéticos", como la llamó en uno de sus poemas.
Pero fue su actitud de cuentista o de actor, al resaltar la obra y vida de Jiménez, lo que hizo que la audiencia no disimulara su entusiasmo ante sus ocurrencias.
“Hay que recordar que Juan Ramón es un hombre del siglo 19 y como para todos los hombres del 19, la mujer no es igual. Es una compañera. Pero la mujer que él eligió, que amó y que le amó (Zenobia Camprubí Aymar), era una de las más valientes y modernas”, explicó Pombo.
“Juan Ramón no se casa con una chica ñoña, se casa con una mujer rica y guapa que además es una espléndida… ¿cómo se dice ahora?... empresaria. Esto es muy importante porque Juan Ramón era un inútil”, señaló al provocar risas por su osadía, por su intervención que inyectó de vitalidad este evento académico en el que los expertos Javier Blasco, Mercedes López-Baralt y Christopher Maurer, aparte de Ramírez y Pombo, analizaron la obra literaria de los homenajeados de CILE.
Pombo es un performance que muestra hasta qué punto el español se lleva tan bien con la teatralidad. Su intervención fue de análisis con risa, como lo hacen los buenos profesores al enganchar a sus estudiantes.
Leía versos, desmenuzaba ciertas imágenes y de pronto soltaba comentarios que mantuvieron con entusiasta atención a la audiencia, especialmente cuando llegaba el doble sentido.
“Que nuestra ‘obra’ quede libre de nosotros (…) desnuda, redonda, sin adherencias como el huevo, ¿de qué pájaro?”.
Pombo leyó así a Jiménez, y al soltar el libro, con su histrionismo y sus lentes en la mano dijo: “¿De qué pájaro nos escribe Juan Ramón? ¿Qué pájaro? No hay pájaro que no sepa cuál es su propio huevo”.
Las carcajadas fueron imparables entre la audiencia pero también entre algunos istas ante Pombo, artista de la palabra que en este contexto actuó como un artista de rock.
Tras agradecer su intervención, García de la Concha despidió la plenaria en esa misma tónica liviana que Pombo trajo: “Me decía el director de la Real Academia Española (Darío Villanueva) que para que vean ustedes qué aburridos son los académicos”.
En los pasillos, la gente detenía a Pombo, quien aparte de todo es miembro de la Real Academia Española.
Fotos, felicitaciones. "Te quedó fabuloso", le dijeron varias veces.
Pombo le respondió a uno de ellos, con "gracias" y risas al explicar que es que le quedó "Pombísimo".