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Estos son los gentrificados vecindarios mexicanos que han estado en el foco del terremoto

La Condesa y La Roma, dos céntricas colonias de Ciudad de México, tienen en común no solo haber sido duramente afectadas, sino ser una de las zonas más aspiracionales de la capital.
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20 Sep 2017 – 04:39 PM EDT
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Rescatistas y residentes frente a un edificio en Colonia Condesa, en México, luego del terremoto del martes. Hector Vivas/Getty Images Crédito: Hector Vivas/Getty Images

Cuando Cinthya Chávez y su marido estaban viendo un departamento para comprar en La Condesa, recuerda haber hecho la pregunta clave. “ Preguntamos cómo le fue en el ‘85. Es que es un referente. El vecino nos dijo que no pasó nada. Y, de hecho, ahora tampoco le pasó nada”, dice esta camarógrafa, minutos después de haber estado barriendo los vidrios rotos que cayeron en su cama debido al sismo.

Las colonias –como les llaman a los vecindarios en México– Roma y Condesa han sido algunas de las zonas que más han aparecido en los primeros reportes de daños, luego del terremoto de 7.1 en la escala de Richter del martes. Pero estas no sólo comparten haber sufrido de edificios colapsados, sino también el ser el ejemplo de la gentrificación en la capital.

“Son barrios fundados a inicios del siglo pasado, los cuales durante mucho tiempo fueron de clase media”, explica el economista y urbanista Salvador Medina. “En el sismo de 1985 fueron muy afectados, pero en las últimas décadas tuvieron un renacimiento, y ahí se concentraron muchos bares, tiendas y gentrificación”.

De acuerdo al sitio de propiedades Properati, las colonias Condesa, Roma Norte e Hipódromo Condesa tienen algunos de los costos más altos de la ciudad, llegando hasta 43,000 pesos mexicanos por metro cuadrado en Condesa (alrededor de 2,400 dólares). A modo de referencia, un vecindario de clase media trabajadora no supera los 20,000 pesos mexicanos (1,121 dólares).

Para muchos, este auge – el que incluso ha sido tildado de ‘burbuja’comenzó justamente con el gran terremoto de 1985. Hasta entonces, la zona se caracterizaba por su población de clase media, pero esta fue muy afectada en este desastre. En esta zona, como otras en la capital, se construyó sobre lo que alguna vez fueron los lagos de México. Las propiedades quedaron dañadas en ese terremoto en gran parte debido al terreno sobre el que estaban. “Después del sismo se transformó en una zona muy barata y, para fines de los noventa, muchos artistas llegaron hasta ahí”, dice Salvador Medina.


El argentino Andrés Cruz es, de hecho, músico y documentalista. Viven la zona de Roma Sur con su familia. Adora su vecindario, en el que se estableció cuando llegó a México hace 17 años. “Es una zona que es muy céntrica, conveniente. Tenemos todas las facilidades y es muy bonita, tiene parques, de todo. Hay muchas familias, pero también es muy trendy", dice Cruz, quien aprovecha la oferta cultural local. "Hay muchos restaurantes, cafés, tiendas. Es una zona de gente que se dedica al arte, diseño, la televisión”.

La casa de Cruz aguantó bien, pero el panorama que ve desde un parque, donde está con su familia, es extraño. “ Hay edificios viejos que están enteros. Y otros que eran nuevos, pero están afectados. No hay ninguna garantía”, dice. Pero la historia la conoce: hay signos del terreno pantanoso y del terremoto de 1985 en pequeños detalles de su vecindario. Cruz recuerda hace unos años, cuando fue a ver un potencial departamento para mudarse.

“Quise rentar ahí, porque era hermoso, pero se veía torcido. Puse una canica y caía hacia el lado”, dice Cruz. “Pero hoy, después del terremoto, está entero, perfecto. Otros, que sí son modernos, no se ven nada bien”.

Este músico dice que no sabe cómo este terremoto afectará sus decisiones futuras. Antes, dice que el tema de posibles terremotos era considerado, pero se sopesaba con otros factores, como el vecindario, vivir cerca de los amigos y evitar el horrible tráfico de Ciudad de México.

“El problema, que es lo que vamos a ver ahora, es lo que pasará con los edificios que quedaron a punto de caerse. Se le hacen arreglos, pero el próximo terremoto lo puede terminar tumbando”, comenta Cruz. “Aunque el tiempo todo lo olvida… los malos amores y las malas experiencias”.

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