Los 'saludables' suburbios esconden cada vez más muertes por drogas

Lleno de históricos pueblos suburbanos en las afueras de Boston, el condado de Essex, Massachusetts, no parece enfermo en teoría. No está asolado por la obesidad, la diabetes o las enfermedades del corazón. Sus residentes hacen bastante ejercicio. La mayoría están asegurados. A juzgar por los factores sociales que influyen en la salud, en realidad debería estar en mejor forma que el promedio: casi un 38% de la población tiene educación universitaria. Sólo un 11% vive en la pobreza.
Sin embargo, no todo está bien en el condado de Essex. Las drogas están arrebatando vidas a un ritmo creciente. En 2010, las drogas fueron responsables de la muerte de aproximadamente 11 de cada 100,000 personas a nivel de condado. Cinco años después, la tasa casi se triplicó, pasando a 31 de cada 100,000 personas en 2015, según los datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
El letal repunte en el condado de Essex — impulsado por la heroína y los analgésicos recetados— habla de la adicción nacional a los opioides que ha estado creciendo durante años. Pero esto también es un ejemplo de la nueva dimensión geográfica de esta crisis: los condados suburbanos grandes fuera de las principales áreas metropolitanas —en algunos casos, lugares que son saludables según otros estándares— son donde las drogas están cobrando más vidas.
Publicadas el miércoles, las Clasificaciones de Salud de los Condados de la Fundación Robert Wood Johnson para 2017 analizan los datos a nivel de condado de todos los 50 estados en cuanto a más de 30 resultados sanitarios y conductas de salud. El informe llega a la conclusión de que ha habido un claro vuelco en la geografía de la adicción: hace una década, las grandes áreas suburbanas experimentaban las tasas más bajas de muertes prematuras debido a sobredosis de drogas. En 2015, sufrieron las más altas.
El análisis de la Fundación Johnson no señala qué condados experimentaron los mayores aumentos dramáticos en las muertes provocadas por drogas. Lo que hace es clasificar cada condado de Estados Unidos, por estado, usando los datos que reflejan las condiciones de salud locales, tales como la diabetes y la obesidad, así como los indicadores que pueden predecir los resultados sanitarios, incluyendo los embarazos de adolescentes, las tasas de fumadores y el a tiendas de comida.
Parte de la información compuesta sobre muertes relacionadas con las drogas se incluye en cuadros de resumen sobre condados de la Fundación Johnson, pero no se incluye en la clasificación general de cada condado. Para comprender el tipo de suburbios que experimentan repuntes en sobredosis, analicé los datos de mortalidad de los CDC en línea.
Comparando esos números con el informe de la Fundación Johnson, encontré desconexiones sorprendentes entre problemas de drogas letales y lugares donde, aparte de eso, tienen una fachada bastante ‘saludable’. Por ejemplo, el condado de Essex ocupa el sexto lugar en el ranking de condiciones de salud entre los 14 condados en Massachusetts, según el nuevo informe (esto moderado en cuanto a las condiciones de salud crónicas que normalmente prenden señales de alarma para los investigadores de salud pública). Sin embargo, este condado se ve cada vez más afectado por las muertes relacionadas con las drogas.

Este gráfico muestra la evolución de muertes prematuras por drogas. En amarillo y verde se ven las preocupantes tendencias de los suburbios y las pequeñas áreas metropolitanas. En azul está la zona rural y en rojo, las grandes ciudades (Fundación Robert Wood Johnson).
En la periferia de Cincinnati, el condado de Boone, en Kentucky, ocupa el primer lugar de los 120 en su estado en todas las demás clasificaciones de salud. Como en el condado de Essex, las tasas de diabetes, tabaquismo y embarazos de adolescentes son relativamente bajas; la pobreza está contenida y el empleo es sólido. Sin embargo, si se les echa un vistazo a los datos de los CDC, se puede ver que el condado experimentó un aumento en su tasa de mortalidad relacionada con las drogas desde 26 por cada 100,000 personas en 2010 a casi 46 en 2015. Posicionado justo en medio de los 88 condados de Ohio y también incluido en el área metropolitana de Cincinnati, el condado de Clermont registró un aumento similar. Otro ejemplo: el condado de Clay, parte del área metropolitana de Jacksonville, Florida, ocupa el 11º lugar entre los 67 condados del Estado del Sol. Pero las muertes relacionadas con las drogas aumentaron de 14 en 2010 a 23 en 2015.
Algunos suburbios parecen estar implementando mejoras: por ejemplo, el condado de Paulding, Georgia, en la periferia de Atlanta, experimentó una caída de la tasa anual de aproximadamente 27 a 16 en el período de 2010 a 2015.
Dicho esto, el informe de la Fundación Johnson afirma que las muertes prematuras relacionadas con sobredosis de drogas aumentaron en todos los tipos de comunidades: suburbanas, urbanas y rurales. Aunque los condados de aspecto saludable están sufriendo una alarmante tasa de mortalidad inducida por los opiáceos entre los jóvenes, los índices más altos se encuentran en algunas de las partes más pobres y enfermas del país. En 2015, el condado de McDowell, Virginia Occidental, experimentó una tasa de mortalidad inducida por las drogas de 141, casi la más alta de la nación. También fue el último en las clasificaciones de su estado (Virginia Occidental ha sido la zona cero en la epidemia de opioides del país, en gran parte debido a una trágica confluencia de factores económicos).
Las tasas de mortalidad por drogas son notablemente inestables. Según los CDC, es probable que en muchos condados los conteos estén por debajo de la realidad, debido a los casos no resueltos y a las clasificaciones erróneas. Pero la tendencia nacional es clara: los estadounidenses están muriendo demasiado jóvenes a causa de las adicciones, incluso en comunidades que parecen saludables en todos los demás aspectos.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.