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La historia de Nezahualcóyotl, el suburbio que se transformó en ciudad, en las voces de sus vecinos

De ser un poblado con calles de tierra a alojar a más de un millón de personas, esta localidad mexicana guarda una importante herencia y enseñanzas sobre el poder de la comunidad.
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Por: Gustavo Graf,
7 Jul 2017 – 05:57 PM EDT
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El comercio prospera dentro de la Ciudad Nezahualcoyotl. Ahora el distrito es un centro regional y un pionero de tendencias para la franja de bajos ingresos de la megaciudad. Crédito: Gustavo Graf

En la ‘Neza’ actual no sorprenden las calles pavimentadas ni las construcciones de cemento. Pero hace no mucho tiempo atrás, predominaba la fuerza de voluntad y poco más.

La ciudad de Nezahualcóyotl funciona como un centro comercial y de servicios para los distritos orientales más pobres de la Ciudad de México. Ubicada sobre los pantanosos restos del antiguo Lago Texcoco, en la franja este de la ciudad, es comúnmente llamada Neza (a veces, con cariño, “Neza York” o “MiNezota”).

Neza fue parte del lado oscuro del así llamado ‘Milagro Mexicano’, durante el cual el país experimentó poco más que un 6% de crecimiento entre 1940 y 1971. Para la época, las pujantes fábricas de la urbe atrajeron trabajadores de todo el país, quienes encontrarían terrenos pantanosos baratos, los cuales, en medio del lago drenado, eran contrabandeados por los supuestos promotores de tierras, en alianza con políticos locales y generales del ejército.

El salino fondo del lago alojaba unas 6,000 personas en 1950. Para 1963, la población había crecido hasta los 100,000 habitantes, antes de dispararse hasta los 600,000 en 1970 pese a la falta de servicios urbanos básicos. La introducción gradual de servicios, tales como el de agua potable en los sesentas, la electricidad de 1969 a 1974, el primer sistema de drenaje en 1975 y de recolección de residuos a fines de los setentas alentaron el crecimiento. La población oficial alcanzó 1.4 millones de habitantes para 1983.

Hoy día, Nezahualcóyotl es el municipio más densamente poblado de México, con 18,000 habitantes por kilómetro cuadrado y una población total de 1.1 millones de personas. Sin ser ya ese enjambre de chozas sobre un pantano, Neza está atravesada por amplias avenidas surcadas por vistosos tramos de césped y parques.

El comercio bulle hacia dentro de sus fronteras. Se ha convertido, sin exagerar, en un centro que marca tendencias dentro de la franja oriental de la megaurbe, acaso la más necesitada. Con todo, carga con el estigma de sus orígenes y es considerado uno de los distritos más difíciles de la región. Muchos no han puesto ni pondrán sus pies en ella.

Los poquísimos testigos que quedan de la impresionante transformación de la ciudad, que pasó de ser un suburbio a lo que es hoy día, son mayores de edad. La mayoría de los principales líderes sociales de esos años han muerto. La creación del Movimiento de Restauración de Colonos –un hito en la historia de la urbe fue iniciada por residentes originarios en 1965, con el fin de erradicar los problemas relativos a la posesión de la tierra, cuyos lotes eran comúnmente retenidos hasta que fueran pagados al completo a sus promotores, quienes a menudo vendían las mismas parcelas hasta 9 veces e incumplían las promesas de fomentar la infraestructura urbana.

“Éramos muy pobres, no teníamos nada”, dice Natividad Trejo, de 83 años, mientras mira un amarillento álbum de viejas fotos de sus días como organizadora. “Vivíamos en una choza con techo de carbón. Todo era un inmenso pantano salado. Residíamos aquí unos siete años antes de que instalaran el primer tanque de agua público. Previo a eso, teníamos que salir de la comunidad para conseguir agua”.

Por casi dos décadas, este suburbio existió en condiciones de perpetua lucha. Las hondas (o resorteras, como se les llaman en México) eran conocidas como 'pistolas aztecas'. Las parcelas eran vendidas infinitas veces. Cuando los residentes se rebelaban contra los especuladores de los terrenos, la policía se ponía del lado de los especuladores inmobiliarios, hasta que los políticos se percataron de que los miles de votos que podían conseguir en el lodo valían más que dinero.

Formalmente creada en 1963, Ciudad Nezahualcóyotl fue uno de los primeros laboratorios del México moderno en que se ensayó la combinación de la política de masas y la urbanización. El éxito relativo de este distrito es un testimonio del poder político nacido de las organizaciones de base.

Rogelio Vargas fue precisamente uno de los fundadores del Movimiento de Restauración de Colonos. Tras comprar un terreno en 1953, le preguntó al que se lo vendió dónde acababa su propiedad. El vendedor lanzó una piedra al agua: su lote terminaba donde la piedra había chapoteado. 20 años después, cuando Luis Echeverría se convirtió en el primer presidente en visitar la ciudad, Vargas recuerda haber agarrado la mano del mandatario y negado a soltarla hasta que hubiera escuchado su explicación de los muchos problemas que aquejaban al suburbio.

Mientras los hombres de la localidad partían a trabajar, las mujeres permanecían en casa junto a los niños, ocultando a los líderes de las organizaciones de colonos, u organizando las estructuras sociales de apoyo a la comunidad, que sufría la carencia de servicios de plomería, electricidad y de vías asfaltadas. A su vez, las féminas crearon un sistema de guarderías privadas. Muchos de los que se involucraron en el activismo político veían tambalearse, a cambio, sus relaciones.

“Yo creé una organización solo de mujeres, encaminada únicamente a resolver el problema de los celos. Pensaba que si no había hombres en las reuniones, los maridos no se pondrían celosos”, rememora Ana Ventura Ortiz, presidenta de la liga de las mujeres y fundadora de una guardería.

“Una vez, hubo una batalla terrible con armas de fuego y la policía nos abatió. Cuando por fin llegué a casa en medio de la noche, mi esposo me golpeó también”. Pese a estos inconvenientes, 8 de sus 9 niños obtuvieron títulos profesionales.

Un 70% de la población económicamente activa de la ciudad trabaja dentro del municipio en sectores del comercio y los servicios, según un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México. Es algo excepcional considerando el resto de la periferia capitalina, muchos de sus municipios son conocidos como enclaves dormitorio donde hasta un 80% de la población trabaja fuera de su localidad.

“Debido a su alta densidad poblacional, Nezahualcóyotl tiene una clara vocación comercial”, sostiene Perfecto Martínez, hoy dirigente del tradicional Partido Revolucionario Institucional (PRI), organización a la que se han afiliado los vendedores callejeros. “Cuando la gente construía sus casas, con el paso del tiempo, también hacía tiendas en el piso inferior. Esto permitió que Neza se convirtiera en un importante centro comercial de la región”.

Varias organizaciones políticas locales han tenido, con los años, un verdadero impacto en Neza. Nombrada así a raíz de uno de los triunviratos de reyes que gobernaron la Triple Alianza Azteca, los lazos sociales y los recursos acumulados con los años de lucha urbana han colocado al distrito en una trayectoria ascendente.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.

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