En Nueva York, si buscas asistencia mental gratis, solo tienes levantar el teléfono

En Nueva York, una de cada cinco personas –cerca de 1.6 millones– lucha contra algún tipo de enfermedad mental. Un programa lanzado la última semana se propone ayudar, de alguna manera, a cada una de ellas.
La iniciativa conocida como NYC Well , parte del plan de 850 millones de dólares de salud mental integral ThriveNYC, ofrece gratuitamente consultas, ya sea a través de llamadas, de textos, o de mensajería instantánea. Las conversaciones con consejeros especializados son confidenciales y posibles en más de 200 idiomas. El número telefónico para este servicio es el 1-888-NYC-WELL y también se puede recibir apoyo enviando la palabra WELL por mensaje de texto al número 65173.
Las líneas directas no son una novedad conceptual: de hecho, Nueva York ha mantenido abierta LifeNet, encargada de prevenir suicidios, desde 1996. Recientemente, CityLab profundizó en la colaboración de San Francisco con la red nacional Crisis Text Line, cuya finalidad radica en comunicar a potenciales suicidas con los servicios pertinentes. Pero la mayoría de los recursos existentes se adaptan de manera específica al momento de intervención en la crisis, sostiene Chirlane McCray, la primera dama de Nueva York en encabezar ThriveNYC. La idea detrás de NYC Well, indica McCray, “es transformar la cultura en torno a la salud mental y la forma en que la ciudad de Nueva York y sus asociados prestan los servicios”.
Eso empieza con hacer asequible a todos la consulta, y en cualquier momento. En una declaración de la Oficina del alcalde, McCray dijo lo siguiente:
“No importa dónde vives o cuánto dinero ganas, tú puedes comunicarte con NYC Well por medio de una llamada, un mensaje de texto, o del chat. Si eres una esposa preocupada por que las drogas o el alcohol afectan a tu pareja; o un padre al que le inquietan los cambios en la conducta de su hijo adolescente; o estás tan estresado que no puedes trabajar, o tan triste o tan solo, y luchas por salir de tu casa, NYC Well está aquí para ti”.
En un lugar de una sola llamada ofrecida por Lifenet, NYC Well podría devenir una presencia continua en las vidas de los residentes, reportó el blog Gothamist. Además de la conversación preliminar –sea a través del teléfono o digitalmente- los consejeros de NYC Well pueden concertar citas de los pacientes con terapeutas en su red de seguros y realizar un seguimiento para asegurarse de que la sugerencia fue la adecuada, añade McCray.
Desarrollando NYC Well, McCray y su equipo sopesaron los recursos de que disponían otras ciudades y llamaron a centros locales para identificar falencias; una falta de servicios preventivos y de permanentes opciones de asistencia son algunos de los problemas medulares que ellos esperan poder resolver para el caso de los neoyorkinos.
Este nivel de inversión en un aspecto de la salud pública por parte del gobierno de la ciudad es algo muy significativo, sostiene Heather Butts, académico en política y gestión de salud en la Universidad de Columbia. “Nos hemos acostumbrado a que las organizaciones privadas hagan este tipo de trabajo, pero las ciudades tienen una larga historia en promover iniciativas de salud pública”, acota Butts. Se remonta a un caso de 1905, Jacobson v. Massachusetts, donde la corte estableció que la ciudad de Cambridge podía hacer obligatorias las vacunas contra la viruela. Si bien las utilidades del caso han sido varias, repara Butts, “el punto crucial es este: ¿Tiene una ciudad responsabilidad en proteger a sus ciudadanos? La respuesta es sí, la tiene”.
Si bien Nueva York se ha vinculado con la Asociación de la Ciudad para la Salud Mental a fin de gestionar los servicios, NYC Well, a juicio de Butts, es solo un paso hacia el reconocimiento de la necesidad de una responsabilidad cívica de cara a la crisis de salud pública, en particular de las enfermedades mentales y la adicción. La iniciativa, añade Butts, hace del compromiso social y de la atención “una prioridad para la ciudad de un modo muy especial”.
Pero McCray reconoce que crear una plataforma para estos servicios no es suficiente: la gente necesita usarla. Una línea directa de texto para adolescentes, promovida por la propia McCray el año pasado en las escuelas públicas de Nueva York, falló por no suscitar un interés sustancial. Sin embargo, en New York Post, la fundadora de Crisis Text Line, Nancy Lublin, atribuyó su mediocre impacto a su estrecha ventana de disponibilidad: de 2:30 pm a 9 pm (la mayoría de las solicitudes de ayuda, añade, llegan más tarde en la noche).
Por eso NYC Well funcionará las 24 horas. A su vez, McCray está gestionando una multimillonaria campaña pública de concientización, incluyendo anuncios en el metro y la televisión, y también de participación puerta a puerta en barrios de alto riesgo ( donde los bajo ingresos exacerban el estrés), “de modo que la gente será capaz de obtener información en su propio lenguaje, de parte de alguien que entiende su cultura”, subrayó.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.