Estas son las ciudades de EEUU que están defendiendo la salud de las mujeres

Si estás buscando clínicas para la salud femenina y la prevención de enfermedades trasmitidas sexualmente que estén bien financiadas, no vayas a Jacksonville. Esta ciudad de la Florida quedó al fondo de los rankings de un nuevo reporte publicado por el Instituto Nacional para la Salud Reproductiva (o NIRH por sus siglas en inglés), el cual calificó a las 40 ciudades más pobladas según sus políticas de justicia reproductiva, salud reproductiva y derechos reproductivos.
Calificación | Ciudades |
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5 estrellas | Los Ángeles, CA; Nueva York, NY; San Francisco, CA |
4 estrellas | Chicago, IL; Filadelfia, PA |
3.5 estrellas | Seattle, WA; Washington, DC |
3 estrellas | Austin, TX; Boston, MA; Minneapolis, MN; Portland, OR; San Diego, CA |
2.5 estrellas | Baltimore, MD; Columbus, OH; Denver, CO; Fort Worth, TX; Indianapolis, IN; San José, CA; St. Paul, MN |
2 estrellas | Dallas, TX; Houston, TX; Miami, FL; Milwaukee, WI; Nueva Orleans, LA; San Antonio, TX; St. Louis, MO |
1.5 estrellas | Atlanta, GA; Charlotte, NC; Cleveland, OH; Detroit, MI; El Paso, TX; Hartford, CT; Las Vegas, NV; Louisville, KY; Memphis, TN; Nashville, TN; Oklahoma City, OK; Phoenix, AZ; Richmond, VA |
1 estrella | Jacksonville, FL |
La calificación de una estrella para Jacksonville representa la falta que hay en la ciudad de numerosas protecciones en cuanto a la salud reproductiva, entre ellas el financiamiento para las clínicas abortivas, campañas para la prevención de enfermedades transmitidas sexualmente y la programación comunitaria de educación sexual. Sin embargo, Andrea Miller, presidente del NIRH, ve algunas señales de esperanza: en febrero 2017 Jacksonville aprobó una histórica legislación que prohíbe la discriminación contra personas gay y transgénero. Es la última ciudad de su tamaño en asegurar tales protecciones.
“Jacksonville ha tomado este paso histórico con la protección de las personas LGBTQ”, dice Miller. “Ese es un paso increíble. Porque han demostrado que el tipo de organización e interacción entre la comunidad y los líderes electos nos pueden avanzar. Eso es realmente lo que esperamos que la gente aprenda de esto”.
Ninguna ciudad recibió una calificación perfecta de cinco estrellas, lo cual significa que ninguna ciudad ha cumplido con cada una de las 37 políticas que monitorea la NIRH, una organización defensora que promueve la libertad reproductiva. Pero el reporte —el cual se titula Índice de Libertad Reproductiva Local— ofrece un plan que indica lo que las ciudades ya están haciendo bien y las maneras en que puedan incrementar el al cuidado reproductivo para sus residentes y, con frecuencia, para los residentes de comunidades rurales que quedan a su alrededor.
“Nuestros centros urbanos son los ejes de la istración del cuidado de la salud para tantas personas”, dice Miller. “No sólo para sus propios residentes sino también para los que viven a decenas o bien cientos de millas de distancia”.
De hecho, en muchos x<<, una mujer promedio tiene que conducir más de 180 millas para obtener un aborto. En comparación, las mujeres que viven cerca de ciudades sólo tienen que conducir unas 15 millas para llegar a una instalación de Planned Parenthood o bien otra clínica comparable.
Los rankings sobre los derechos reproductivos se han publicado en un momento en que la ansiedad sobre la salud reproductiva está creciendo bajo la istración Trump. En enero 2017 el presidente nombró a Neil Gorsuch —quien se espera que será un enemigo de los derechos a tener un aborto— a la Corte Suprema. También reestableció la ‘ley mordaza global’, la cual frena el flujo de financiamiento de EEUU a las organizaciones internacionales no gubernamentales que proveen o promueven servicios abortivos. En julio 2017 la istración Trump puso fin al Programa de Prevención de Embarazo Adolescente dos años antes del tiempo previsto. Esto ocurrió en el medio de un período de financiamiento de cinco años en que el programa apoyaba a los enfoques comunitarios de ponerle fin al embarazo adolescente. Y ahora en octubre 2017 el presidente anunció una nueva regla que les permite a los empleadores a no proveer cobertura para el control de la natalidad en sus planes de seguro médico.
No sorprende ver cuáles son las ciudades que encabezan el ranking: se trata de urbes progresistas como San Francisco, Los Ángeles y Nueva York, todas con calificaciones de 4.5 estrellas. Estas ciudades han adoptado numerosas protecciones para las mujeres y familias, entre ellas el financiamiento para el aborto y la educación sexual, apoyo para las políticas antidiscriminación y un sueldo mínimo de 15 dólares la hora (la Ciudad de Nueva York planea aumentar su sueldo mínimo para 2019). En general, las ciudades costeñas más grandes con largas historias de inversión en las causas de justicia social sacan las calificaciones más altas.
(Datos: NIRH; Mapa: Soren Walljasper).
La calificación promedio de todas las 40 ciudades incluidas fue de 2 estrellas e incluso las ciudades con altas calificaciones tienen un margen para realizar mejorías al respecto. Por ejemplo, San Francisco carece de regulaciones protectoras de zonificación alrededor de las clínicas abortivas y la Ciudad de Nueva York aún no ha retirado totalmente el apoyo financiero para los llamados centros de embarazos de crisis, espacios que a veces se hacen pasar por clínicas de salud reproductiva de servicio completo, que los activistas proelección califican como espacios que “usan mentiras y manipulación para disuadir de considerar un aborto”.
Algunas ciudades están luchando por proteger el a los servicios de salud femenina que son polémicos, incluso mientras que sus legislaturas estatales —encabezadas por republicanos— buscan eliminar esas protecciones. Por ejemplo, en 2016 Columbus, Ohio aprobó la ‘Ordenanza de Protección de Trabajadores del Sector Sanitario y Pacientes’. Esta ley estableció zonas neutrales de quince pies alrededor de clínicas y dentro de tales zonas ciertos comportamientos se penalizan estrictamente. De manera parecida, en 2015 el Condado Cook de Illinois aseguró cobertura de abortos para las mujeres de bajos ingresos en un esfuerzo local encabezado por el NIRH, el Chicago Abortion Fund (Fondo para Abortos de Chicago) y la sucursal de Illinois de la Unión Americana de Libertades Civiles. En ambos casos, tales esfuerzos se hicieron después de implementarse acciones estatales o federales que amenazan estas protecciones.
El reporte ofrece soluciones creativas para los legisladores proelección en ciudades como St. Louis que quizás tengan que luchar más arduamente contra gobiernos estatales conservadores —o bien las culturas predominantes en algunas ciudades— para promover la libertad reproductiva. Por ejemplo, para obtener sueldos mínimos más altos y más licencia familia pagada, los líderes electos podrían insistir que los incentivos fiscales para las empresas se vinculen con los requisitos sobre salarios mínimos y prestaciones extensas. De forma parecida, las ciudades podrían asegurar que los servicios de la salud para los empleados municipales incluyan asesoría sobre el control de la natalidad y opciones en cuanto a la salud reproductiva, entre ellas el aborto.
“Cada ciudad tiene un presupuesto. Cada ciudad toma decisiones sobre cómo utilizan su poder presupuestario”, dice Miller. “Los líderes municipales electos tienen puestos influyentes realmente importantes. Alzarse en la defensa [de estos derechos] no sólo comunica un mensaje poderoso, sino que también es el comienzo del cambio. Fue por eso que hicimos esto”.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.