En 2018, Joe DiMeo, de Nueva Jersey se quedó dormido al volante cuando volvía de su turno nocturno como técnico de medicamentos en un laboratorio. Chocó contra un borde de una vía y un poste de electricidad, su auto volcó y estalló en llamas. Otro conductor que vio el accidente se detuvo para ayudar al joven, quien resultó con quemaduras graves en varias partes del cuerpo, incluidos su rostro y sus manos. Crédito: Mark Lennihan/AP
DiMeo, hoy de 22 años de edad, pasó meses en un coma inducido médicamente en el Hospital Universitario del estado de Nueva York. Fue sometido a 20 cirugías reconstructivas y múltiples injertos de piel para tratar las extensas quemaduras. Sin embargo, Eduardo Rodríguez, médico que operó a Joe contó a Univision Noticias, que esos procedimientos no pudieron ayudarlo a recuperar la visión completa o el uso de sus manos. Crédito: Cortesía NYU Langone.
El doctor Rodríguez cuenta que fue entonces cuando le plantearon la posibilidad de realizar dos arriesgados covid-19. Crédito: Cortesía NYU Langone.
A principios agosto, el equipo médico del doctor Rodríguez halló al posible donante en Delaware y, el día 12 de ese mismo mes, llevaron a cabo el procedimiento quirúrgico que habían ensayado durante meses que tomó 23 horas. A DiMeo le amputaron ambas manos, reemplazándolas en la mitad del antebrazo y conectando nervios, vasos sanguíneos y 21 tendones con suturas delgadas como un cabello. También realizaron el trasplante de cara completa, incluida la frente, las cejas, la nariz, los párpados, los labios, las orejas y los huesos faciales subyacentes. Crédito: Mark Lennihan/AP
"Los pacientes tienen que comprender todo el riesgo al que se están enfrentando", dijo el doctor Eduardo Rodríguez (a la derecha en la imagen). Sin embargo, Rodríguez aseguró que el paciente resultó ser "perfecto" para el procedimiento al ser joven, fuerte y sano. "El espíritu de lucha que tiene lo ha ayudado mucho en todo este procedimiento". Crédito: Mark Lennihan/AP
Rodriguez dice que, hasta ahora se han hecho 100 trasplantes de manos y 45 de cara exitosos en el mundo y que tenía la esperanza, tras estudiar los casos que no se lograron, que el del Joe lograría hacerse con éxito. Sin embargo, los trasplantes simultáneos de cara y doble mano simultáneos son extremadamente raros y solo se han probado dos veces antes que a Joe DiMeo. Aun así, desde que se le realizó el procedimiento, DiMeo no ha mostrado signos de rechazar su nuevo rostro o manos, dijo el doctor Rodríguez. Crédito: Mark Lennihan/AP
Desde que salió del hospital en noviembre de 2020, DiMeo ha estado en rehabilitación, ha dedicado horas diarias a terapia física, ocupacional y del habla. "La rehabilitación ha sido bastante intensa", dijo DiMeo a la agencia AP, e implica una gran cantidad de "reentrenamiento para hacer las cosas por su cuenta nuevamente". Crédito: Mark Lennihan/AP
DiMeo practicó durante una sesión reciente el movimiento de sus cejas, abrir y cerrar los ojos, fruncir la boca, levantar el pulgar y silbar. El hombre de 22 años dijo que puede sentir que su frente y sus manos nuevas se le enfrían en algunas ocasiones, pero que ya puede estirar la mano para apartar el pelo largo de la cara. Crédito: Mark Lennihan/AP
Joe DiMeo juega con Buster en su casa de Clark, Nueva Jersey el jueves 28 de enero de 2021, seis meses después de que fuera sometido a la cirugía. Ahora puede vestirse y alimentarse solo. Juega al billar y ha vuelto al gimnasio: llega a levantar 50 libras y practica su swing de golf. Crédito: Mark Lennihan/AP
El doctor Eduardo Rodríguez apoya a DiMeo para aumentar la flexibilidad y fuerza en las manos. Al igual que con cualquier trasplante, el peligro de rechazo es mayor al principio, pero dura indefinidamente. Los medicamentos que toman los pacientes también los dejan vulnerables a las infecciones por el resto de su vida. Crédito: Mark Lennihan/AP
"Solo tienes una oportunidad en la vida. No puedes rendirte", dijo Joe DiMeo a la agencia AP. En la imagen, sus padres, Rose y John, en el jardín de su casa en Clark, Nueva Jersey. Sus padres han sido los pilares que lo han sostenido durante toda su recuperación. Crédito: Mark Lennihan/AP