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Bombas

Cómo descubren a los criminales que usan el correo para enviar paquetes bomba

Después de cinco días de una masiva operación de búsqueda, las autoridades parecen haber encontrado al sospechoso detrás de los múltiples paquetes con explosivos enviados a prominentes figuras relacionadas con el Partido Demócrata. Pero, qué estrategia despliegan las autoridades para dar con responsables de este tipo de actos. Aquí te lo contamos.
26 Oct 2018 – 05:56 PM EDT
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Usando el ADN que encontrron en uno de los paquetes bombas, las autoridades llegaron a su primer sospechoso de los paquetes bomba. Crédito: Getty Images

Después de cinco días de alarma en todo el país durante los que más de una decena de prominentes figuras relacionadas de una manera o u otra con el Partido Demócrata recibieron a través del correo paquetes con artefactos explosivos, la policía parece tener ya su primer sospechoso vinculado con el caso: Cesar Sayoc, de 56 años, un hombre de Florida con antecedentes criminales y votante republicano registrado.

Descubrir los paquetes no fue, en realidad, una tarea difícil, una vez que las autoridades calificaron los artefactos de “crudos”, es decir, que con un simple escaneo de rayos x era sencillo dilucidar su contenido. Teniendo en cuenta que los blancos fueron todas personas prominentes de la política o la vida social o los medios, la mayoría contaba con este tipo de sistema para vigilar la correspondencia.

Pero, cómo es que en cuestión de días las autoridades han logrado dar con el posible responsable.

Descubrir quién está detrás del envío de explosivos a través del correo no ha sido siempre una labor tan efectiva. Basta con mirar unas décadas atrás casos como el del emblemático 'Una Bomber' que fabricó 16 bombas entre 1978 y 1995 y asesinó a 3 personas y dejó 23 heridas aterrorizando a la opinión pública nacional. O los casos de sobres con ántrax en 2001 de los que aún no se tiene ningún inculpado. Y el reciente caso del colocador de bombas de Austin, identificado en marzo de este año, que por tres semanas mantuvo las autoridades de Texas en vilo.

Las cosas, sin embargo, parecen haber resultado un poco más sencillas en este nuevo caso. Aquí hay algunos elementos que contribuyeron a resolverlo y que históricamente han usado las autoridades para revelar la identidad de aquellos que a través de sus cartas o sus paquetes quieren generar terror.

1. Laboratorios y análisis de ADN de los paquetes

Lo primero que tenían las autoridades eran los paquetes en sí mismos. Trece en total y todos con unos patrones parecidos: envueltos en sobres de manila, seis estampillas similares dispuestas en dos filas, con una dirección de devolución igual y unos artefactos explosivos que, en todos los casos, resultaron ser bombas en cilindros improvisadas y que no detonaron.

Tan pronto fueron detectados los paquetes se prosiguió a enviarlos al laboratorio del FBI en Virginia en donde se realizaron análisis centrándose en los orígenes de los explosivos, sus sistemas de diseño, tipo de componentes y detonadores usados, y otra serie de detalles que les aportara a las autoridades pistas para dilucidar quién o quiénes habrían tenido la habilidad y la capacitación para construirlos.

Según ha explicado Larry Johnson, director de CyberSponse y exdirector de la división de investigación criminal del Servicio Secreto, los experto “van en búsqueda de rastros de ADN o fibras dejadas en la manipulación tanto de los paquetes como de los explosivos en sí mismo”.

De hecho, como se lo confirmaron fuentes consultadas por la cadena CBS, fueron estas pruebas de ADN las que habrían jugado uno de los roles más importantes en esta primer arresto.


“El FBI descubrió una huella digital en uno de los sobres que se había enviado a la congresista Maxine Waters. Hemos confirmado que esta huella digital es la de Cesar Sayoc ", dijo el director del FBI, Christopher Wray, en una conferencia de prensa el viernes por la tarde, en donde dio detalles de la dificultad que es escrutar este tipo de explosivos en la búsqueda de huellas por el peligro que representan para quienes los analizan, ya que pueden detonar en cualquier momento.

Los análisis genéticos que se realizan sobre los objetos que pueden estar relacionados con un criminal son de tan alto caracter probatorio que cuando las autoridades apresaron a Sayoc recubrieron la camioneta que encontraron en su residencia con una manta azul para preservar toda la evidencia.

2. Sistema de imágenes del Servicio Postal

Sin embargo, las autoridades contaban con otra fuente de información privilegiada y, para muchos, desconocida: el sistema de imágenes del Servicio Postal.

Después de las investigaciones fallidas para dar con un responsable de los ataques con el agente patógeno ántrax en 2001 y tras las más de 9,000 entrevistas realizadas a sospechosos sin que arrojaran a un culpable, finalmente en 2013 se estrenó un sistema para que hubiera un registro de cada paquete que se envía a través del correo.

Así, por casi cinco años el Servicio Postal de EEUU (USPS) le ha tomado fotos a todas las cartas y paquetes enviadas a través de su red (un promedio de 160,000 millones de paquetes) y las ha guardado en un archivo (máximo por un mes para luego desecharlas).

El sistema está acompañado además de un programa conocido como ‘sistema de aislamiento y seguimiento de correo’ que permite al FBI rastrear y hacer seguimiento de los paquetes de ciertas personas, con antecedentes criminales o relacionadas a algún grupo calificado de peligroso por el Servicio Secreto.

Esa información es utilizada por las autoridades para sus investigaciones y resultan útiles para perfilar un sospechoso que quiera usar la red de correos para esparcir amenazas o ataques.

3. Rastrear los detalles y cabos sueltos

En muchas investigaciones han sido los detalles pasados por alto por los criminales los que han terminado delatando sus identidades y ubicación. Así ocurrió en el ‘atacante con bombas de Austin’, quien usó los servicios de Fedex para enviar paquetes bomba durante tres semanas que acabaron con la vida a dos personas.

En este episodio las autoridades encontraron que el autor de los ataques había usado una exótica y sofisticada batería para todas sus bombas, baterías que no se encuentran en cualquier supermercado y supusieron que las habría pedido online a China. Empezaron a rastrear envíos y solicitudes de este tipo de objetos. Cuando llegaron a una serie de sospechosos empezaron a revisar los videos tomados por el Servicio Postal de personas que habían entregado paquetes para tratar de encontrar alguna coincidencia y la encontraron.

El atacante era Mark Anthony Conditt, un joven de 23 años, ermitaño, perteneciente a una familia muy religiosa que se inmoló cuando la policía descubrió su ubicación.

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